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La llegada de Cospedal a C-LM desencadena la caída del imperio de Díaz de Mera
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SE DERRUMBAN LOS PROYECTOS DEL EMPRESARIO MÁS FAMOSO DE LA REGIÓN

La llegada de Cospedal a C-LM desencadena la caída del imperio de Díaz de Mera

Cuando unos entran, otros, inevitablemente, tienen que salir. Esta máxima se está cumpliendo en los ámbitos políticos tras las elecciones, pero no sólo en los políticos.

Foto: La llegada de Cospedal a C-LM desencadena la caída del imperio de Díaz de Mera
La llegada de Cospedal a C-LM desencadena la caída del imperio de Díaz de Mera

Cuando unos entran, otros, inevitablemente, tienen que salir. Esta máxima se está cumpliendo en los ámbitos políticos tras las elecciones, pero no sólo en los políticos. Cuando un dirigente sale de un Gobierno, los empresarios y grupos logísticos cercanos a él también corren serio riesgo de acabar en caída libre.

Es exactamente lo que le está pasando a Domingo Díaz de Mera, un empresario ciudadrealeño vinculado desde hace muchos años al ex presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, al que, además, le une una notoria y gran amistad. Tras la caída de su imperio mediático justo después de las elecciones (dentro de una sucesión de cierres y recortes que está afectando casi a la totalidad de medios de la región), Díaz de Mera está viendo en los últimos días cómo se derrumba el dinero público para su bien más preciado: el Balonmano Ciudad Real (BM CR), del que es presidente.

Un equipo campeón hecho a base de talonarios

Desde que Díaz de Mera llegó a la presidencia en 1998, el club se ha convertido en uno de los mayores y mejores del mundo. El palmarés no miente: tres Copas de Europa, tres Supercopas de Europa, cinco Ligas, dos Recopas, cinco Copas Asobal... En pocos años, Díaz de Mera se había convertido en el Florentino Pérez del balonmano, llevando a su club a los mejores jugadores del mundo y creando una galaxia de estrellas balonmanísticas que pusieron a Ciudad Real en el mapa deportivo mundial. Sólo se diferenciaban en una cosa: Florentino Pérez conseguía hacer rentable su gestión, mientras que Díaz de Mera hacía millonarios desembolsos de dinero en fichajes que traían la ilusión a los aficionados, pero cuya rentabilidad parecía más que dudosa.

Sin embargo, todo lo que rodeaba al club al margen de los fichajes parecía disfrutar de numerosas ventajas económicas. Para empezar, el pabellón: el Quijote Arena, una majestuosa infraestructura con capacidad para 5.200 espectadores digna de un club de balonmano de primerísima línea. Y con un desgaste económico muy inferior al que cabría pensar, ya que los terrenos, de propiedad municipal, fueron cedidos por el Ayuntamiento de Ciudad Real mediante un contrato de cesión que el año pasado fue prorrogado para los próximos 24 años. Además, las ayudas económicas de instituciones como el Ayuntamiento, la Diputación y la Junta (que en 2009 sumaban aproximadamente un millón de euros, aunque han ido bajando) venían constituyendo un importante porcentaje del presupuesto del club, que en los últimos años ha oscilado entre los 3 y 4 millones de euros. Ante la escasez de patrocinadores (que en su mayoría eran empresas del propio empresario que poco o ningún dinero aportaban), Díaz de Mera aseguraba que el resto de dinero salía de su propio bolsillo.

Una petición fracasada: los terrenos aledaños al pabellón

No obstante, el grifo del dinero público y de las cesiones y contratos ventajosos ha llegado a su fin. Todas las instituciones públicas han rebajado las ayudas al club, y el patrocinador de este último año, la empresa Renovalia, se ha esfumado. Además, a Díaz de Mera le ha salido también el tiro por la culata en uno de los pilares de sus nuevas vías de negocio en torno al balonmano: desde hace años, el empresario venía pidiendo al Ayuntamiento de Ciudad Real que le cediese gratuitamente los terrenos aledaños al Quijote Arena, donde el empresario tenía pensado construir un Centro de Alto Rendimiento (CAR), una instalación que, según Díaz de Mera, serviría para reflotar económicamente al club y para crear empleo en la ciudad. El empresario aprovechaba siempre los actos públicos (celebraciones de títulos, cenas oficiales...) para hacer un llamamiento público a la alcaldesa, Rosa Romero (PP), y pedirle que agilizase los trámites de cesión de estos terrenos. Además, también consiguió que Ciudad Real se convirtiese en una de las sedes del mundial de balonmano de 2013 y que el presidente de la Federación de Balonmano (y ex entrenador del BM Ciudad Real), Juan de Dios Román, hiciese campaña a favor de la cesión de los terrenos para construir el CAR.

Parecía que no habría problemas, pero esta cesión no acababa de llegar y la cosa se ponía cada vez más difícil. Debido a varias de sus polémicas inversiones (en el Aeropuerto de Ciudad Real, sin ir más lejos), Domingo Díaz de Mera había pasado de ser el gran filántropo local a convertirse en un empresario cuya compañía no venía bien a casi nadie (tampoco a PSOE ni PP). Estaba claro que si esta cesión no llegaba antes de las elecciones, correría un peligro extremo. Y así ha sido: el pasado 22 de mayo, Cospedal acabó con 28 años de socialismo en Castilla-La Mancha, y muchos de los proyectos empresariales íntimamente ligados a José María Barreda están en serio peligro. Entre ellos, los de Domingo Díaz de Mera.

El club podría marcharse a Madrid

Tanto es así, que hace unos días el propio Díaz de Mera se sirvió de un medio de comunicación de Ciudad Real para exponer públicamente la delicada situación del club. Y también para lanzar, dos días después, un ultimatum: “Si en dos semanas no aparece un patrocinador, me llevo el equipo de Ciudad Real”. La situación económica parece indudablemente delicada, sobre todo teniendo en cuenta que en los últimos años el club se ha caracterizado por los fichajes estrella y por el talonario como vía rápida para conseguir un equipo campeón. Sin embargo, también hay quienes han querido ver estas palabras como un chantaje emocional a las instituciones -para que inyecten dinero-, a la sociedad -para que presione a las instituciones- y a los propios aficionados -para que renueven sus abonos y no dejen que el club se escape-.

Si las instituciones quisiesen salvar al equipo, tendrían de plazo hasta el 30 de junio, fecha límite para la inscripción de los clubes en la Liga Asobal. En cualquier caso, ningún político se moja y no parece que esta vez el dinero público vaya a evitar la marcha, ya que si la ayuda de las instituciones venía menguando en los últimos años, con la llegada de Cospedal -otrora asediada por los medios de comunicación de Díaz de Mera- no parecía plantear una feliz solución. Además, con Cospedal en la Junta, no parece posible que el Ayuntamiento vaya a hacer esfuerzos por salvar el club más allá de sus limitadas posibilidades. Así pues, la marcha del club ya ha sido casi confirmada por Díaz de Mera. Parece claro que el equipo se trasladará a Madrid, aunque, según las fuentes del club y varios medios de comunicación, los jugadores entrenarán en Ciudad Real. Resulta difícil pensar qué pabellón madrileño servirá de domicilio los días de partido, y qué afición acudirá a animar a un equipo nuevo en Madrid y a mitad de camino entre dos ciudades. Pero ya hay quien le pone compañero de viaje: la COPE aseguraba la semana pasada que el club pasará a ser el Atlético de Madrid. Muchos rumores y pocas certezas. Lo que está claro es que el 30 de junio se conocerán todas las respuestas.

Un cúmulo de proyectos que se desvanecen

Hace no más de cuatro años, Domingo Díaz de Mera era poco menos que el rey del mambo en Castilla-La Mancha, pero en apenas un año está viendo cómo su imperio se desvanece: sus medios de comunicación echaron el cierre tras las elecciones, y su proyecto estrella, el Aeropuerto de Ciudad Real, languidece con la amenaza de morir definitivamente en pocos meses, dejando tras de sí un cúmulo de escándalos y el cadáver de la intervenida Caja Castilla-La Mancha.

Todos los imperios caen. Y parece que al de Domingo Díaz de Mera podrían quedarle pocas etapas.

Cuando unos entran, otros, inevitablemente, tienen que salir. Esta máxima se está cumpliendo en los ámbitos políticos tras las elecciones, pero no sólo en los políticos. Cuando un dirigente sale de un Gobierno, los empresarios y grupos logísticos cercanos a él también corren serio riesgo de acabar en caída libre.

María Dolores de Cospedal