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La victoria más amarga para Izquierda Unida
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EL PACTO EN EXTREMADURA PUEDE APUNTALAR LA CRISIS INTERNA DE LA FORMACIÓN

La victoria más amarga para Izquierda Unida

Extremadura puede ser la última puntilla para una organización fracturada y en una crisis sin aparente salida a la vista. El coordinador general de Izquierda Unida,

Foto: La victoria más amarga para Izquierda Unida
La victoria más amarga para Izquierda Unida

Extremadura puede ser la última puntilla para una organización fracturada y en una crisis sin aparente salida a la vista. El coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara, ha vivido esta semana un inusitado ‘road show’ mediático como nunca ha tenido esta formación para aclarar que puede ocurrir con el gobierno de Fernández Vara. Pero mientras los focos apuntan a la rebelión de las bases extremeñas, IU sigue desangrándose de votos y de referentes. Inés Sabanés, ex diputada madrileña y ex azote de Esperanza Aguirre, ha sido la última tránsfuga en abandonar las filas comunistas para fichar por Equo, la iniciativa ecosocialista de Juan López de Uralde (ex Greenpeace).

El debate en el seno de IU está abierto y ni siquiera hay consenso claro entre sus dirigentes sobre si los resultados de la formación en las últimas elecciones municipales del 22-M son como para tirar cohetes. El partido ha aumentado su apoyo en 200.000 votos más pero, aún así, no se ha convertido en el voto útil y mayoritario de los “indignados” del 15-M. Algunas voces muy críticas lo achacan a la incapacidad de IU para abrirse a la sociedad, como lo ha denunciado con crudeza el escritor Luis García Montero, un personaje de la cultura históricamente afín al partido.

“IU es la gran perdedora de las elecciones del 22 de mayo”, escribía Montero en Público el pasado 5 de junio. “La subida de votos, menos del 1%, es ridícula si se tiene en cuenta la situación de desgaste del PSOE, el malestar ciudadano, las agresiones al movimiento sindical y la indignación social ante los mercados financieros. El PSOE puede haber perdido muchos votos, pero IU está a punto de perder el sentido de su existencia. No aceptar con sinceridad la gravedad de los resultados, hablando de tendencia al ascenso, es otro gravísimo error político”.

“En un marco de crisis, IU es necesaria”

El artículo ha caído como un jarro de agua fría dentro de una coalición que llegó a tener 21 escaños en el Congreso en 1996 y que tuvo su techo electoral en poco más de 2´6 millones de votos. Para el ex diputado Antonio Romero, el análisis de Montero es, sin embargo, falaz. “No debería atacar al Partido Comunista ni a sus dirigentes históricos. A ver si IU, que ha ganado 200.000 votos más en las últimas elecciones, va a tener menos futuro que el PSOE, que ha perdido de forma estrepitosa en casis todas partes. No lo entiendo”, explica a El Confidencial. “En un marco de crisis profunda como el que estamos viviendo, IU es necesaria y, aunque tenga tirones, todas las encuestas dicen que va a conseguir un grupo parlamentario en el Congreso. No debemos dejarnos llevar ni por los cantos de sirena del PP ni por el abrazo del oso del PSOE”.

Lo cierto es que hace tanto tiempo que IU no era decisiva para decantar la balanza de un gobierno autonómico que el papel que hoy tiene entre sus manos la federación extremeña de Pedro Escobar es muy novedoso. Como original es también la oposición mayoritaria de las bases a dejar gobernar como si no hubiera pasado nada a uno de los últimos barones que aún quedan en el PSOE, Guillermo Fernández Vara. ¿Ha llegado la hora de que IU pueda pactar con quién quiera y como quiera? ¿O debe seguir siendo, como ha pedido públicamente Gaspar Llamazares, una barrera de contención contra la derecha popular?

Programa, programa, programa

Julio Anguita explicaba esta misma semana en El Confidencial que dejarse llevar por esa política es convertir al partido en una mera “comparsa” a lo Sancho Panza del PSOE que equivaldría a asomarse al precipicio una vez más. “Es volver otra vez a los linderos del suicidio, técnica que, por otra parte, muchos dirigentes de Izquierda Unida cultivan de manera insensata”.

Programa, programa y programa. Esa debería ser la condición, según Anguita, que permita desatascar la situación de Extremadura y, por ende, la crisis de IU, que ha llevado al propio Lara a viajar hasta Extremadura para evitar la pinza con el PP.  Para Lara y para la dirección federal de la coalición, que en teoría debe tener la última palabra, dejar gobernar al PP podría “hundir” la marca de IU en toda España.

“¿Por qué a Izquierda Unida tiene que dársele en exclusiva la misión de hacer un muro de contención contra la derecha?”, se queja Anguita. “¿Es que acaso los concejales del Partido Socialista que han permitido que el PP gobierne no son un muro de contención? Mi opinión es que los compañeros de Extremadura se dirijan a los candidatos y digan, miren ustedes, aquí tengo tres leyes en beneficio de los parados de Extremadura, de los que están en precario en el mercado… ¿quién me lo apoya? Y aquel que lo haga, Izquierda Unida, bien por acción u omisión, le da la vara de mando. Esto es lo de izquierdas, lo sensato y lo correcto”.

IU abierta sale del armario

En una sola semana, el partido ha sufrido la marcha de Sabanés porque los “compromisos de cambio de IU se han diluido con el tiempo” y ha visto también cómo su líder, Cayo Lara, ha sido zarandeado por los indignados al grito de “no nos representas”. “Ha sido imprudente, por su parte”, explica Romero, “no calcular que ese movimiento que critica a los partidos y al sistema lo iba a ver como una intromisión en su independencia y en su autonomía”.

Y todo, mientras, la corriente que encabeza el diputado Gaspar Llamazares, IU Abierta, que tenía no hace muchos sus esperanzas puestas en otra tránsfuga como Rosa Aguilar, ha anunciado que se constituirá como partido para hacer de “contrapeso” al poder del PCE dentro de IU.

Crónica de la amarga victoria de un partido que, aún subiendo en votos, se ha dejado unos cuantos jirones por el camino y al que le puede pasar factura lo que haga en Extremadura. Tanto si pacta con el PSOE como si deja gobernar a la derecha, una parte de esos “parias de la tierra” a los que alude La Internacional no entenderán la decisión.

Extremadura puede ser la última puntilla para una organización fracturada y en una crisis sin aparente salida a la vista. El coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara, ha vivido esta semana un inusitado ‘road show’ mediático como nunca ha tenido esta formación para aclarar que puede ocurrir con el gobierno de Fernández Vara. Pero mientras los focos apuntan a la rebelión de las bases extremeñas, IU sigue desangrándose de votos y de referentes. Inés Sabanés, ex diputada madrileña y ex azote de Esperanza Aguirre, ha sido la última tránsfuga en abandonar las filas comunistas para fichar por Equo, la iniciativa ecosocialista de Juan López de Uralde (ex Greenpeace).

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