Los dimisionarios: tres magistrados sin nada en común

Los tres magistrados del Tribunal Constitucional que han renunciado a sus cargos sólo tienen en común el hartazgo ante la incapacidad de los grupos políticos para renovar este órgano: uno es juez de carrera, otro abogado y la tercera catedrática y, además, discrepan ideológicamente.

Así, mientras el vicepresidente del Constitucional, Eugeni Gay, y la magistrada Elisa Pérez Vera son considerados progresistas y votaron a favor de la presencia de Bildu en las elecciones del pasado 22 de mayo; el tercer magistrado que ha renunciado a su cargo, Javier Delgado, pertenece al bloque conservador y se pronunció en contra.

El año pasado, la sentencia sobre el Estatut de Cataluña también había puesto de manifiesto sus diferencias: las ponencias de Pérez Vera, favorable a la constitucionalidad del texto, fueron derrotadas; Gay formuló un voto particular disconforme con la falta de eficacia jurídica que la sentencia dio al término "nacional" y Delgado se mostró partidario de anular muchos más artículos.

El que sigue es un resumen de las biografías de los tres miembros del Constitucional:

Eugeni Gay Montalvo: Nacido en 1946 en Barcelona, es desde el pasado 20 de enero vicepresidente del Constitucional, en el que ingresó como magistrado -al igual que sus dos compañeros- en noviembre de 2001. Antes había sido decano del Colegio de Abogados de Barcelona y vicepresidente y presidente del Consejo General de la Abogacía Española.

Elisa Pérez Vera: Nacida en 1940 en Granada, es catedrática de Derecho Internacional Público y Privado y fue rectora de la UNED y presidenta del Consejo Consultivo de Andalucía. En el Constitucional fue la primera ponente del recurso del PP contra el Estatut de Cataluña y llegó a presentar hasta cinco borradores de sentencia que no lograron la mayoría suficiente.

Javier Delgado Barrio: Nacido en 1932 en Barbastro (Huesca), esta es su segunda etapa en el Constitucional, del que ya fue miembro entre 1995 y 1996. Entonces lo dejó para convertirse en presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) -del que había sido vocal entre 1984 y 1985- y del Tribunal Supremo, en el que ingresó como magistrado de la sala de lo contencioso-administrativo en 1986.