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Ex militares venezolanos contrataron a un despacho español para exigir también comisiones a Navantia
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POR LA VENTA DE LAS OCHO PATRULLERAS A CHÁVEZ

Ex militares venezolanos contrataron a un despacho español para exigir también comisiones a Navantia

Los venezolanos Luis Calderón, ex militar ya fallecido, y su socio Wigberto Marín, ambos con contactos y relaciones en la Armada chavista al más alto nivel,

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Ex militares venezolanos contrataron a un despacho español para exigir también comisiones a Navantia

Los venezolanos Luis Calderón, ex militar ya fallecido, y su socio Wigberto Marín, ambos con contactos y relaciones en la Armada chavista al más alto nivel, exigieron una comisión a Navantia antes y después de la firma del contrato de venta de ocho patrulleras a Venezuela en noviembre de 2005. El acuerdo, logrado tras las gestiones de José Luis Rodríguez Zapatero y el entonces ministro de Defensa, José Bono, con Hugo Chávez, supuso una venta para los astilleros públicos españoles de más de 1.200 millones de euros. Pese a tratarse de una operación de Estado a Estado, Navantia firmó una comisión de 42 millones de euros para la firma venezolana Rebazve Holding Ltd y se negó a pagar más comisiones, lo que provocó un fuerte malestar en altos cargos de la Armada venezolana, ya que Calderón y Marín habían intervenido en la operación antes que Rebazve, según las fuentes consultadas.

Para intentar cobrar, la empresa de los dos venezolanos contrató al despacho madrileño Goñi Abogados, decano en derecho marítimo y que trabaja para Petróleos de Venezuela (PDVSA), la empresa clave del sistema económico venezolano. Fran Goñi, fallecido en 2007, encomendó la misión a un amigo personal, también abogado maritimista. Éste, un especialista con más de una decena de cargos directivos en instituciones y empresas marítimas nacionales e internacionales y que prefiere mantener el anonimato, ha accedido a relatar a El Confidencial cómo fue la operación. “Calderón y Marín habían ayudado técnicamente en el contrato y habían trabajado en la definición de los equipos desde antes del encargo. No recuerdo la cantidad, pero lo que reclamaban era justo, mucho menos que lo que ha cobrado Rebavze, que es una barbaridad. Pero Navantia se negó a pagarles”.

El abogado insiste en que “dejaron al margen a una parte de los venezolanos, profesionales con familia en la Armada y también ex militares que habían ayudado a que las cosas se arreglasen”. La negativa del entonces presidente de Navantia, Juan Pedro Gómez, sentó muy mal en altos cuadros de la Armada: “Esto no ayudó a la buena relación porque estas personas venezolanas tenían el apoyo y la comprensión de la Armada venezolana. Estuve con varias delegaciones y los almirantes de la Armada querían que esto se hubiera arreglado”, afirma. Los astilleros públicos españoles consideraban que no estaba justificado el pago de esas comisiones.

Malestar de Estados Unidos

Según las fuentes consultadas, la operación pasó por momentos muy delicados antes y después de la firma del contrato. A esta disputa por las comisiones y el enojo que provocó en los mandos de la Armada se unía el profundo malestar expresado por Estados Unidos, que presionó a España y vetó la venta de doce aviones de transporte y vigilancia, además de prohibir que se usara su tecnología en las ocho patrulleras.

Al final, en la pelea de distintos lobbies por este contrato ganó Rebazve Holding Ltd, “que se llevó el gato al agua”, en palabras del abogado que trabajó para los “derrotados” de esta operación. Luis Calderón y Wigberto Marín se plantearon demandar a Navantia, pero al final desistieron. En cuanto a la elevada comisión que se adjudicó Rebazve pese a tratarse de una operación cerrada al más alto nivel, entre Zapatero-Bono y el presidente venezolano Hugo Chávez, las fuentes consultadas sostienen que es a todas luces “excesiva”, aunque no les extraña que “aunque sea una operación de Estado a Estado haya un agente comercial, porque esto, no sé si lamentablemente o no, funciona así”.

Tal y como destapó El Confidencial, la Fiscalía Anticorrupción ha denunciado a Javier Salas Collantes, presidente del Instituto Nacional de industria (INI) entre 1990 y 1995 por tráfico de influencias y delito fiscal en relación a su participación en la venta de los ocho patrulleros. El holding Rebazve pagó a la consultora de Salas y su socio, Antonio Rodríguez, para que ésta los representara en España.

Según las fuentes consultadas, en Navantia era vox pópuli que en esta operación había que repartir comisiones entre venezolanos y españoles, “algunos muy conocidos”, asegura un ingeniero naval.

Navantia tuvo que reclamar los pagos a la Armada

Fuentes oficiales de Navantia han asegurado a El Confidencial que la Armada de Venezuela ha pagado puntualmente. Pese a esta afirmación, el 5 de junio de 2007 el entonces presidente de Navantia, Juan Pedro Gómez Jaén, se dirigió por carta al comandante de la Armada venezolana, Benigno Remigio Calvo Díaz, ante el serio riesgo de un retraso de los pagos.

La misiva, escrita en un lenguaje muy diplomático y cordial, comienza felicitándose por “el alto grado de cooperación” entre ambas partes “transcurrido algo más de un año desde la entrada en vigencia de los contratos”. Pero el presidente de la empresa pública española pronto entra en materia y le espeta al vicealmirante que se dirige a él “con el fin de manifestar nuevamente nuestra inquietud, ya que según el ‘Programa de Construcción y Cronograma de Desembolsos’, Navantia procederá a facturar en el mes de junio los primeros hitos industriales correspondientes al ejercicio 2007”.

Juan Pedro Gómez, sabedor de que la Armada venezolana, de la que ahora conocemos su irritación por la negativa de Navantia a pagar a Velasco y Marín, no estaba cumpliendo con los trámites administrativos para efectuar los pagos a los astilleros públicos españoles, le recuerda que ya se lo advirtió “durante su visita a España en el mes de abril”. Luego le expresa su preocupación: “La incertidumbre actual respecto a la fecha de Aprobación última de la Imputación Presupuestaria y el hecho de que aún debe recorrerse un largo trámite administrativo para la enmienda de los Fideicomisos de Administración e Inversión, nos hace prever un eventual retraso en los pagos (…) poniendo en serias dificultades a nuestra empresa para cumplir con los cuantiosos compromisos económicos contraídos con todos los fabricantes de equipos y sistemas de los patrulleros y muy en particular a los subcontratos con suministradores”.

Gómez Jaén insta al comandante Calvo (la misiva va con copia a la máxima autoridad de la Armada, el almirante Gerson Padrón) a desbloquear los pagos y se pone en lo peor: “Si es previsible que no se pueda atender el primer desembolso previsto durante este ejercicio le ruego nos informe a la mayor brevedad para establecer de común acuerdo las medidas oportunas que minimicen los perjuicios para el Programa de Construcción”.

El plan de entregas de las patrulleras, al que ha tenido acceso El Confidencial, refleja que ya deberían haber sido entregadas seis de las ocho embarcaciones, mientras que las dos restantes están comprometidas para julio y noviembre de este año. Pero hasta la fecha sólo se han entregado cuatro patrulleras, por lo que faltan otras cuatro por terminar. Desde Navantia consideran “normal” esta demora.

Los venezolanos Luis Calderón, ex militar ya fallecido, y su socio Wigberto Marín, ambos con contactos y relaciones en la Armada chavista al más alto nivel, exigieron una comisión a Navantia antes y después de la firma del contrato de venta de ocho patrulleras a Venezuela en noviembre de 2005. El acuerdo, logrado tras las gestiones de José Luis Rodríguez Zapatero y el entonces ministro de Defensa, José Bono, con Hugo Chávez, supuso una venta para los astilleros públicos españoles de más de 1.200 millones de euros. Pese a tratarse de una operación de Estado a Estado, Navantia firmó una comisión de 42 millones de euros para la firma venezolana Rebazve Holding Ltd y se negó a pagar más comisiones, lo que provocó un fuerte malestar en altos cargos de la Armada venezolana, ya que Calderón y Marín habían intervenido en la operación antes que Rebazve, según las fuentes consultadas.

Navantia Hugo Chávez