Bildu estará en las elecciones y hace tambalear el pacto antiterrorista PSOE-PP
La coalición abertzale Bildu estará finalmente en las elecciones municipales y forales del próximo día 22. Lo acordó el pleno del Tribunal Constitucional (TC) pasada la
La coalición abertzale Bildu estará finalmente en las elecciones municipales y forales del próximo día 22. Lo acordó el pleno del Tribunal Constitucional (TC) pasada la medianoche e iniciada la campaña electoral, y tras el empate previo a tres entre los componentes de la Sala Segunda, encargada de resolver el recurso de amparo electoral. El fallo es un varapalo para la Sala del 61 del Tribunal Supremo, que anuló sus 254 candidaturas, hace tambalear el pacto antiterrorista PSOE-PP y supone un reajuste del escenario político vasco que puede animar a los nacionalistas a reclamar elecciones autonómicas anticipadas para trasladar la presencia de la izquierda abertzale al Parlamento vasco.
El fallo registró un ajustado 6 a 5 a favor de estimar el recurso de amparo y se hizo esperar hasta cerca de las 0,30 horas de la madrugada. Cinco magistrados han anunciado votos particulares y la argumentación jurídica, la sentencia, no se conocerá hasta dentro de unos días, aunque desde ya Bildu tiene el camino expedito para desarrollar su campaña electoral como cualquier otro partido. Antes de trasladar al Pleno la decisión sobre Bildu, la Sala Segunda concedió el amparo a la Agrupación Electoral Independiente de Zalduondo, la única de las once anuladas por el Supremo que recurrió al Constitucional que, según se desprende del fallo, habrían recibido también el amparo.
La legalización de Bildu abre numerosas incógnitas en la política nacional y en la vasca que se irán resolviendo durante las próximas semanas. De momento, el PP debe decidir si utiliza el fallo del TC para arremeter contra el Gobierno y rompe el pacto antiterrorista, o si considera que el Ejecutivo ha hecho todo lo posible por evitar la presencia de Bildu con los recursos presentados por la Abogacía y la Fiscalía del Estado. El sector duro del PP, que encabeza el ex ministro Jaime Mayor Oreja, recuperará previsiblemente el mensaje que lleva meses reiterando: la existencia de una negociación secreta entre el Gobierno y ETA que explicaría todo, desde la excarcelación del etarra Antonio Troitiño a, en este caso, la legalización de Bildu. María Dolores de Cospedal, secretaria general de los populares, ya amenazó días atrás al Ejecutivo con romper el pacto antiterrorista en el supuesto, ahora confirmado, de que la izquierda abertzale estuviera en las elecciones.
El efecto en la política vasca es mucho más claro por el escenario en el que se produce la legalización, cuando la izquierda abertzale ha hecho la apuesta más rotunda de su historia por las vías exclusivamente políticas y democráticas, y con una tregua de ETA “permanente, general y verificable”. Las urnas medirán el respaldo social de la coalición, pero no es descartable que se sitúe al menos en los porcentajes que logró en las municipales y forales de 1999, meses después de que la banda decretara una tregua en apoyo del Pacto de Lizarra: el 19,91% de los votos para elegir representantes en los ayuntamientos, y el 20,04% en el caso de las diputaciones. Justo el doble del que ha sido su suelo en plena actividad terrorista de ETA. Como ejemplo, tras la ruptura del último proceso de paz (2006/2007), ANV, la marca electoral de la izquierda abertzale en los comicios de 2007, se quedó en un escueto 7,5% y 3,07% de los votos en ayuntamientos y diputaciones, respectivamente.
Elecciones anticipadas.
Las fuentes del PNV consultadas por este diario no descartan que, en función de los resultados, planteen la convocatoria de elecciones autonómicas anticipadas para trasladar la presencia de Bildu al Parlamento de Vitoria, lo que haría matemáticamente imposible el pacto PSE-PP en el que Patxi López se sostiene al frente de la lehendakaritza. Íñigo Urkullu, presidente del PNV, ya anticipó esa posibilidad el pasado 21 de marzo en una entrevista con este diario. Entonces dijo que si Sortu (aún no se había decidido su ilegalización) “se presenta a las elecciones del 22 de mayo es que es legal, y si es legal es que cumple los requisitos que exige la ley y, en ese caso, si queremos avanzar en un proceso de normalización política, cuyo ámbito es el Parlamento vasco, lo conveniente es que Sortu participe. Desde ese planteamiento, sería mejor no esperar hasta 2013 para convocar las autonómicas”. Entonces expresó un deseo que se ha cumplido: “Espero –dijo- que aunque sea en el último minuto el Tribunal Constitucional legalice Sortu”.
También el PP podría dar por rota la entente con el PSE si considera que el Gobierno “no ha hecho lo suficiente” para impedir la presencia de la izquierda abertzale, en palabras de un dirigente de los populares vascos. Una valoración que se hará desde Madrid y que Antonio Basagoiti, líder del PP vasco, tendrá que asumir aunque sea uno de los principales valedores del acuerdo con los socialistas que condenó al PNV a la oposición tras treinta años ininterrumpidos al frente del Gobierno. El paulatino acercamiento entre Mariano Rajoy e Íñigo Urkullu, con la mirada puesta en las generales de 2012, es otra variable política que hay que tener en cuenta para explicar los movimientos que se puedan producir en las próximas semanas.
La coalición abertzale Bildu estará finalmente en las elecciones municipales y forales del próximo día 22. Lo acordó el pleno del Tribunal Constitucional (TC) pasada la medianoche e iniciada la campaña electoral, y tras el empate previo a tres entre los componentes de la Sala Segunda, encargada de resolver el recurso de amparo electoral. El fallo es un varapalo para la Sala del 61 del Tribunal Supremo, que anuló sus 254 candidaturas, hace tambalear el pacto antiterrorista PSOE-PP y supone un reajuste del escenario político vasco que puede animar a los nacionalistas a reclamar elecciones autonómicas anticipadas para trasladar la presencia de la izquierda abertzale al Parlamento vasco.
El fallo registró un ajustado 6 a 5 a favor de estimar el recurso de amparo y se hizo esperar hasta cerca de las 0,30 horas de la madrugada. Cinco magistrados han anunciado votos particulares y la argumentación jurídica, la sentencia, no se conocerá hasta dentro de unos días, aunque desde ya Bildu tiene el camino expedito para desarrollar su campaña electoral como cualquier otro partido. Antes de trasladar al Pleno la decisión sobre Bildu, la Sala Segunda concedió el amparo a la Agrupación Electoral Independiente de Zalduondo, la única de las once anuladas por el Supremo que recurrió al Constitucional que, según se desprende del fallo, habrían recibido también el amparo.
La legalización de Bildu abre numerosas incógnitas en la política nacional y en la vasca que se irán resolviendo durante las próximas semanas. De momento, el PP debe decidir si utiliza el fallo del TC para arremeter contra el Gobierno y rompe el pacto antiterrorista, o si considera que el Ejecutivo ha hecho todo lo posible por evitar la presencia de Bildu con los recursos presentados por la Abogacía y la Fiscalía del Estado. El sector duro del PP, que encabeza el ex ministro Jaime Mayor Oreja, recuperará previsiblemente el mensaje que lleva meses reiterando: la existencia de una negociación secreta entre el Gobierno y ETA que explicaría todo, desde la excarcelación del etarra Antonio Troitiño a, en este caso, la legalización de Bildu. María Dolores de Cospedal, secretaria general de los populares, ya amenazó días atrás al Ejecutivo con romper el pacto antiterrorista en el supuesto, ahora confirmado, de que la izquierda abertzale estuviera en las elecciones.
El efecto en la política vasca es mucho más claro por el escenario en el que se produce la legalización, cuando la izquierda abertzale ha hecho la apuesta más rotunda de su historia por las vías exclusivamente políticas y democráticas, y con una tregua de ETA “permanente, general y verificable”. Las urnas medirán el respaldo social de la coalición, pero no es descartable que se sitúe al menos en los porcentajes que logró en las municipales y forales de 1999, meses después de que la banda decretara una tregua en apoyo del Pacto de Lizarra: el 19,91% de los votos para elegir representantes en los ayuntamientos, y el 20,04% en el caso de las diputaciones. Justo el doble del que ha sido su suelo en plena actividad terrorista de ETA. Como ejemplo, tras la ruptura del último proceso de paz (2006/2007), ANV, la marca electoral de la izquierda abertzale en los comicios de 2007, se quedó en un escueto 7,5% y 3,07% de los votos en ayuntamientos y diputaciones, respectivamente.
Elecciones anticipadas.
Las fuentes del PNV consultadas por este diario no descartan que, en función de los resultados, planteen la convocatoria de elecciones autonómicas anticipadas para trasladar la presencia de Bildu al Parlamento de Vitoria, lo que haría matemáticamente imposible el pacto PSE-PP en el que Patxi López se sostiene al frente de la lehendakaritza. Íñigo Urkullu, presidente del PNV, ya anticipó esa posibilidad el pasado 21 de marzo en una entrevista con este diario. Entonces dijo que si Sortu (aún no se había decidido su ilegalización) “se presenta a las elecciones del 22 de mayo es que es legal, y si es legal es que cumple los requisitos que exige la ley y, en ese caso, si queremos avanzar en un proceso de normalización política, cuyo ámbito es el Parlamento vasco, lo conveniente es que Sortu participe. Desde ese planteamiento, sería mejor no esperar hasta 2013 para convocar las autonómicas”. Entonces expresó un deseo que se ha cumplido: “Espero –dijo- que aunque sea en el último minuto el Tribunal Constitucional legalice Sortu”.
También el PP podría dar por rota la entente con el PSE si considera que el Gobierno “no ha hecho lo suficiente” para impedir la presencia de la izquierda abertzale, en palabras de un dirigente de los populares vascos. Una valoración que se hará desde Madrid y que Antonio Basagoiti, líder del PP vasco, tendrá que asumir aunque sea uno de los principales valedores del acuerdo con los socialistas que condenó al PNV a la oposición tras treinta años ininterrumpidos al frente del Gobierno. El paulatino acercamiento entre Mariano Rajoy e Íñigo Urkullu, con la mirada puesta en las generales de 2012, es otra variable política que hay que tener en cuenta para explicar los movimientos que se puedan producir en las próximas semanas.