Aguirre declara otra vez la guerra a Rajoy y le reprocha la lista de Camps

"Los ciudadanos agradecerán que no lleve imputados del caso Gürtel en mi lista". La frase, pronunciada ayer por Esperanza Aguirre durante la presentación de la candidatura del PP a la Comunidad de Madrid, impactó como un misil de crucero en el cuartel general de la calle Génova, sede central de los populares. La presidenta madrileña expresaba así lo que muchos dirigentes del partido comentan en privado pero no se atreven a decir en público: que Mariano Rajoy ha cometido una torpeza mayúscula -ofreciendo, de paso, una muestra de debilidad y falta de liderazgo- al permitir que Francisco Camps incluya en sus listas a ocho imputados e implicados en el caso Gürtel, empezando por el propio presidente valenciano.

Aguirre metió el dedo en la llaga y hurgó en la herida, plenamente consciente de que sus palabras serían interpretadas por Rajoy y su plana mayor como un gesto de hostilidad. "Con el lógico respeto a la presunción de inocencia penal, creo que cuando un juez sospecha que un político ha utilizado su cargo para su proyecto personal existen responsabilidades políticas que hay que sustanciar. Así lo hemos hecho en el PP de Madrid, y esta lista es otra prueba de ello", afirmó la presidenta regional en presencia de los 132 integrantes de su candidatura. De ella han desaparecido todos los imputados en el caso Gürtel, incluidos un consejero de su Gobierno, tres parlamentarios y varios alcaldes.

La presidenta madrileña volvió ayer a dejar en evidencia a Rajoy. Ya lo hizo en 2009, cuando, tras levantarse parcialmente el secreto del sumario del caso Gürtel, cortó sin titubear las cabezas de todos los imputados en la Comunidad de Madrid. El líder del PP, en cambio, consintió que el ex tesorero Luis Bárcenas conservara su acta de senador -y con ella su condición de aforado- hasta el pasado mes de abril, y sólo forzó su renuncia cuando la presión y el clamor desde dentro y fuera del partido se hicieron insoportables. En el caso de Camps, ni siquiera eso: el presidente de la Comunidad Valenciana, a punto de sentarse en el banquillo por un presunto delito de cohecho impropio, ha ganado el pulso a Rajoy al lograr que éste avale su candidatura plagada de imputados.

Aguirre, además de reprochar a Rajoy, implícitamente, su tibieza y falta de autoridad con Camps, no dudó en sacar pecho, recurriendo al manido símil futbolístico: "No es necesario ser mi admirado José Mourinho para saber que cuando un equipo está jugando bien y gana no hay que cambiarlo, y eso es lo que ha pasado con este equipo en los últimos cuatro años", presumió delante de los candidatos de su lista, en la que repiten, entre otros, su mano derecha, Ignacio González, y su número tres en el Ejecutivo autonómico, Francisco Granados. Lo que la presidenta madrileña olvidó mencionar es que en esa candidatura sí figura un imputado: el concejal del Ayuntamiento de Madrid Íñigo Henríquez de Luna -que ocupa el puesto 37-, salpicado en el llamado caso Guateque por la presunta concesión de licencias comerciales ilegales.

Cospedal echa balones fuera

El malestar provocado en la cúpula del PP por el dardo envenenado de Aguirre era ayer palpable en el rostro de la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal. La número dos de Génova, visiblemente incómoda, respondió con evasivas cuando los periodistas le preguntaron, al término de la reunión del Comité de Dirección presidido por Rajoy, por las palabras pronunciadas por aquélla y su nada velada alusión a Camps. Cospedal se limitó a señalar que no hará "más comentarios" sobre las listas electorales del 22-M porque el PP ya ha ofrecido "cumplidas explicaciones" y "está todo dicho".

La secretaria general y cabeza de lista del PP en Castilla-La Mancha tuvo que salvarle de nuevo la cara a Rajoy. Lo hizo durante meses con Bárcenas, cuando en todas sus comparecencias ante los medios de comunicación se vio forzada a defender -en ocasiones sin ningún entusiasmo- la inocencia del ex tesorero y ex senador, a pesar de que fue ella la que más presionó al líder del partido para que lo defenestrara. Y volvió a hacerlo ayer, al echar balones fuera tras la andanada de Aguirre. Fuentes solventes de Génova han asegurado a El Confidencial que Cospedal se opuso firmemente a que Camps y los demás implicados en la rama valenciana del caso Gürtel figurasen en las listas, pero acabó perdiendo su pulso con Rajoy.

El episodio de ayer revela, según las fuentes consultadas, que la paz sellada entre Rajoy y Aguirre tras el Congreso del PP celebrado en Valencia en 2008 era ficticia, y que las hostilidades pueden reabrirse en cualquier momento, sobre todo si las urnas arrojan el próximo 22-M un resultado mucho más ajustado que la victoria por goleada que auguran casi todas las encuestas. En ese caso, el liderazgo de Rajoy podría verse de nuevo cuestionado, como ocurrió en la antesala del Congreso de Valencia, y Aguirre podría aprovechar esa circunstancia para coquetear, como ya hiciera entonces, con la idea de postularse para liderar el partido.