Binstock: "La compra del casino de Sevilla fue legal. He invertido 40 millones"

“Nuestros clientes hicieron una legítima operación con la compra y construcción del casino, invirtiendo casi cuarenta millones de euros en la ciudad de Sevilla”, asegura Judah Binstock a través de Beauchamps Solicitors, firma de abogados con sede en Irlanda. El polémico hombre de negocios y terrateniente marbellí ha enviado un extenso comunicado a El Confidencial con el que pretender aclarar un confidente aparecido en este medio, Jesulín de Ubrique, el socio torero del ‘judío que llegó del frío’, y la información El exilio parisino de Judah Binstock, el gran ausente del juicio de Malaya. Ambos, en opinión de los aludidos, “falsos y difamatorios”.

Respecto al confidente, Binstock asegura que no es cierto que la operación para levantar un casino en Sevilla fuere ilegal y que se hubiera realizado en connivencia con “amigos en el poder” (en la información se decía que el concurso público fue otorgado por su amigo Gaspar Zarrías).  El empresario explica que los problemas con las licencias para montar el negocio fueron solo “defectos técnicos” por la contradicción en la que incurrían una ley local y otra europea.

Binstock también dice que es falso que existiera ninguna conspiración ilegal con la Junta de Andalucía para hacerse con el concurso (“la junta ordenó el cierre”, decía el confidente, “pero los amigos en el poder del empresario judío se las arreglaron para convocar un nuevo concurso”). Esto es falso y difamatorio, afirma en el comunicado. En cambio, sí que ha invertido 40 millones de euros en Sevilla.

Respecto a la información El exilio parisino de Judah Binstock, en el que se relataban los testimonios de varios de los comparecientes en el juicio de Malaya, el aludido, “que tiene casa en París”, explica que no hay evidencias de que sea culpable de corrupción ni de que haya sido muñidor de la moción de censura en el Ayuntamiento marbellí que llevó al poder al equipo de Roca, tal y como decía el artículo.

Binstock también asegura que ni él ni su familia han realizado jamás negocios con el Coronel Gadafi y que tal afirmación –sobre todo a raíz de la resolución de las Naciones Unidas- daña su imagen y pone en peligro su seguridad.

Igualmente, el comunicado tilda estos artículos de racistas por las alusiones que se hacen en los mismos a la condición judía de Binstock. “Se liga la religión de nuestros clientes a acciones ilegales y de corrupción”, aseguran sus representantes.