El eurodiputado que desató la guerra contra la clase business, cazado volando en primera

El eurodiputado que desencadenó la cruzada contra los viajes en clase business de los políticos comunitarios ha caído bajo su propia munición. El portugués Miguel Portas, del Bloque de Izquierda, ha sido cazado volando plácidamente en primera tras haber exigido a sus colegas que renunciaran a este privilegio. La fotografía a la que ha tenido acceso este diario fue en un vuelo de la compañía TAP por otro eurodiputado luso, víctima de la campaña desatada por Portas. Una venganza política de manual.

Portas defendió el pasado 6 de abril en el Parlamento Europeo diversas medidas de austeridad, como acabar con los viajes en primera clase, pero la mayoría de grupos votaron en contra, alegando que esta institución mantiene acuerdos con agencias de viajes para obtener descuentos en la compra de billetes de clase business. No obstante, esta decisión provocó un auténtico incendio entre los usuarios españoles de Twitter, que no tardó en saltar a los medios de comunicación.

Para apaciguar a los ciudadanos que cargaban contra los políticos comunitarios bajo la etiqueta de #eurodiputadoscaraduras en la citada red social, PSOE y UPyD rectificaron y anunciaron un cambio en la orientación de su voto. La controversia se extendió también a los diputados nacionales, poniéndose de manifiesto el convenio del Congreso con Iberia para que sus señorías vuelen en business más barato que en turista, o su afición a viajar en preferente en AVE a cargo de la Cámara.

Pero la polémica que ha irrumpido en la agenda política española poco tenía que ver con los verdaderos intereses de Portas. El izquierdista portugués pretendía golpear a sus adversarios conservadores lusos, dada la proximidad de las elecciones generales en ese país, que tendrán lugar el 5 de junio. De hecho, este eurodiputado llegó a confeccionar un video sarcástico en el que ponía cara, nombre y apellido a sus colegas portugueses que se habían opuesto a su iniciativa de austeridad.

Efecto bumerán

Sin embargo, la indignación ciudadana no prendió en Portugal, sino en España, siendo prácticamente el único país de la Unión Europea donde se ha abierto el debate sobre los privilegios de los eurodiputados a raíz de esta votación. Por si fuera poco, Portas ha sido cazado por uno de sus rivales políticos cuando dormía placenteramente en un asiento de primera de regreso a su país.

Portas se ha puesto en contacto con este diario para asegurar que la fotografía podría corresponder en realidad a un viaje oficial que realizó en octubre de 2009 a Mozambique como observador electoral de la Eurocámara. “Las delegaciones oficiales fuera de Europa viajan en clase ejecutiva. Es una regla que no discuto”, señaló a través de correo electrónico. Además, quiso matizar su posición contraria a los vuelos en primera indicando que utiliza esta clase cuando compra el billete con bastante antelación, y cuando no encuentra sitio en turista. “Yo no critico a quien utiliza actualmente la clase ejecutiva. No me considero diferente ni mejor”, expresó. Asimismo, tachó de “basura” y “calumnia” la fotografía.

Su maniobra ha tenido un inesperado efecto búmeran que puede acabar con su credibilidad política. Aunque, de paso, puede llevarse por delante parte del crédito que le resta a los parlamentarios europeos, a ojos de los ciudadanos españoles. Y es que, habrá quién se sienta decepcionado por que el azote de los gastos de los eurodiputados practique justamente aquello contra lo que presume de combatir. Mientras, los representantes españoles en Bruselas se han pasado a la clase turista, aunque sea a costa de billetes más caros, para escapar de las críticas. Al menos, hasta que pase la campaña electoral o se desvanezca el clima creado por #eurodiputadoscaraduras.