Unicaja se transformará en banco en marzo

Unicaja será un banco. En el consejo de administración de finales de marzo está previsto que la entidad malagueña jubile su actual modelo de caja de ahorros. La nueva Unicaja seguirá presidida por el incombustible Braulio Medel, según confirmaron ayer a El Confidencial fuentes financieras andaluzas.

“Aunque no está formalmente decidido, hay voluntad y amplio consenso para crearlo”, señalaron a este diario las mismas fuentes. Con este nuevo movimiento Unicaja intentará consolidar su liderazgo como entidad financiera andaluza de referencia y seguirá los pasos de La Caixa, la primera caja española convertida en banco, que venderá hasta un 10% del capital a uno o dos inversores de renombre.

La entidad quiere aprovecharse del potencial de su marca (Cajasol pleitea con Unicaja por la submarca Caja del Sol, como adelantó este diario el pasado 17 de diciembre) y podría llamarse Banco Unicaja. “Tendremos un instrumento mucho más útil que el actual por si en algún momento hay que recurrir al mercado de capitales”, insisten fuentes financieras consultadas por El Confidencial.

El cambio de caja de ahorros a banco ya se debatió en el consejo de administración del pasado mes de enero. En el de febrero, celebrado a finales de la pasada semana, no surgieron vocees disonantes, avanzó ayer Sur, ante la propuesta del propio Medel que no se quiere quedar atrás ante los múltiples movimientos en el sector.

El probable Banco Unicaja sí someterá a su consejo a una severa dieta de adelgazamiento. El Banco de España recomienda un máximo de 15 consejeros. Antes de la fusión con Caja de Jaén  Unicaja funcionaba con 20 consejeros. Ahora cuenta con 27 miembros. En el consejo de Unicaja hay al menos cuatro cargos públicos electos del PSOE que no tendría encaje en el nuevo organigrama del banco: Marisa Bustinduy, Francisco González Cabaña, Juan Fraile, Luis Reina y Pedro Fernández Céspedes. El BdE reclama consejeros profesionales, sin perfil político.

La actual Unicaja funcionaría como holding y se convertiría en la propietaria de las acciones del banco, que asumiría el negocio financiero. Los beneficios del banco servirían para atender la obra socio-cultural, que sería la principal actividad de Unicaja como caja de ahorros.

“La transformación en banco dará a la clientela tranquilidad y estabilidad de futuro, a la vez de poder identificarse aún más con la entidad y poder convertirse en accionista”, apuntan estas mismas financieras, que añaden: “La ventaja de Unicaja es que no tiene urgencia para salir al mercado. En abril tendrán que decidir qué pasos van a adoptar”.

De modo paralelo, la dirección de Unicaja, que no se puso de acuerdo con Cajasol con una fusión impulsada por la Junta de Andalucía, también continúa sus gestiones para fusionarse con Ibercaja o con Caja Duero, aunque ninguna de las entidades ha tomado una decisión firme.