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El voto conservador puede decidir hoy el nombre del nuevo presidente del Constitucional
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EL BLOQUE “PROGRESISTA”, DIVIDIDO ENTRE TRES ASPIRANTES

El voto conservador puede decidir hoy el nombre del nuevo presidente del Constitucional

Siete contra cuatro. Siete magistrados encuadrados en el llamado sector “progresista”, frente a cuatro del “conservador”. Once en total. Ello equivale a decir que los conservadores

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El voto conservador puede decidir hoy el nombre del nuevo presidente del Constitucional

Siete contra cuatro. Siete magistrados encuadrados en el llamado sector “progresista”, frente a cuatro del “conservador”. Once en total. Ello equivale a decir que los conservadores en modo alguno podrán elegir en el Pleno que hoy celebrará el Tribunal Constitucional (TC) a uno de los suyos como nuevo presidente, en sustitución de María Emilia Casas, pero muy probablemente decidirán con su voto el nombre del ganador, y ello porque el bloque progresista está dividido entre los tres aspirantes al cargo: los magistrados Pascual Sala, Manuel Aragón y Eugeni Gay.

Dos aspirantes (Sala y Aragón), y un outsider (Gay). El favorito en casi todas las quinielas es Pascual Sala, ex presidente del  Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) entre 1990 y 1996, propuesto como magistrado del TC por el propio CGPJ en junio de 2004. Sala es el candidato oficialista por excelencia, al contar con respaldo absoluto del actual hombre fuerte del Gobierno, el vicepresidente y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

El contrincante más serio con el que habrá de lidiar se llama  Manuel Aragón, un catedrático de Derecho Constitucional de gran prestigio que fue elevado al TC por el Gobierno en 2004. Su candidatura, no obstante, ha perdido mucha fuerza dentro del bloque “progresista” a cuenta de su decidida postura en pro de la ineficacia jurídica del término “nación” en el fallo de la sentencia sobre el Estatut de Cataluña, episodio en el que compartió las tesis conservadoras.

Los principales apoyos de Aragón estaban en el entorno de la ex vicepresidenta Fernández de la Vega, gente que también se halla en horas bajas, y están ahora en el actual ministro de Justicia, Francisco Caamaño, opuesto en este punto a Pérez Rubalcaba. Lo llamativo del caso es que el aludido, como secuela del episodio Estatut, podría recibir el apoyo de los conservadores, siempre que estos opten por votar en bloque, naturalmente. Lo cual podría garantizarle cinco votos.

¿Suficientes para ser elegido para el cargo? “En absoluto”, responde una fuente jurídica, “porque cinco votos también podría  conseguirlos Pascual Sala”. Lo relatado hasta ahora pone en evidencia lo que no pasa de ser una obviedad: la absoluta politización del TC, y lo que podría ser calificado de “llamativa curiosidad”: la división interna existente en el grupo progresista. Y es aquí donde podría surgir hoy el nombramiento sorpresa de un tercero en discordia: el abogado Eugeni Gay.

Podría ser necesario ir a una segunda vuelta

Gay,  ex presidente del Consejo General de la Abogacía (CGAE), cuyo protagonismo en el escándalo que supuso la concesión a los Albertos del amparo en el famoso ‘caso Urbanor’ es bien conocido en los ambientes judiciales, quiere ser presidente del Constitucional al final de su carrera. Y es que su mandato ya está concluido, caso también de Elisa Pérez Vera y Javier Delgado Barrio (este último presidente en funciones desde el cese de Casas, por ser el de más edad).

Podría tratarse de una presidencia ciertamente breve, puesto que el alto tribunal estará obligado a elegir un nuevo presidente en cuanto se incorporen los cuatro magistrados que corresponde elegir al Congreso de los Diputados, asunto que lleva tiempo encallado por la negativa del PSOE a aceptar el nombramiento de uno de los dos nombres que propone el PP, Enrique López, pero, dado lo enconado de esta pelea, Gay (o cualquier otro candidato) bien podría disfrutar del cargo muchos meses, lo cual sería para el catalán un inesperado broche de oro a su carrera judicial.

“Pascual Sala quiere serlo a toda costa”, aseguraba ayer una fuente muy cercana al TC, “y ciertamente tiene más posibilidades que un Aragón que se está apoyando en los conservadores, pero mañana (por hoy) puede pasar cualquier cosa”. Lo que parece claro es que el desacuerdo dentro del sector mayoritario podría llevar a una segunda vuelta en la que los progresistas tendrían de negociar con el bloque conservador y dejar alguna pluma, tal que la vicepresidencia del TC, que también hay que cubrir.  

Conviene enfatizar que la elección de hoy se produce en el contexto de anormalidad por el que atraviesa un TC a la espera de que se lleve a efecto la renovación correspondiente al Congreso y que está pendiente desde el pasado 7 de noviembre. Un estricto cumplimiento de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional (LOTC) obliga a elegir nuevo presidente después de cada renovación, de ahí que la duración del mandato de quien resulte hoy designado dependerá de que la Cámara Baja nombre con mayor o menor celeridad los candidatos que le corresponden.

Siete contra cuatro. Siete magistrados encuadrados en el llamado sector “progresista”, frente a cuatro del “conservador”. Once en total. Ello equivale a decir que los conservadores en modo alguno podrán elegir en el Pleno que hoy celebrará el Tribunal Constitucional (TC) a uno de los suyos como nuevo presidente, en sustitución de María Emilia Casas, pero muy probablemente decidirán con su voto el nombre del ganador, y ello porque el bloque progresista está dividido entre los tres aspirantes al cargo: los magistrados Pascual Sala, Manuel Aragón y Eugeni Gay.

Eugeni Gay