Cascos inicia la reconquista asturiana dispuesto a liderar un nuevo proyecto político fuera del PP

Seguro de si mismo y con ganas de dar guerra se presentó el ex vicepresidente Francisco Álvarez-Cascos en el Hotel Regente de Oviedo dispuesto a iniciar la precampaña electoral en plena tarde dominical. El ex militante popular reiteró su disponibilidad para recuperar el “orgullo de ser asturianos” y dejó claro su intención de liderar un nuevo proyecto político. Aunque no aclaró si fundará un nuevo partido, sí remarcó que está disponible a un grupo de asturianos que se han movilizado. Y aseguró que asume el “reto gigantesco de devolver al Principado a la primera división de la política y la economía española”.

“Toca defender Asturias, que no es defender nuestros intereses particulares, sino que es defender el porvenir de un país, de unas generaciones jóvenes que viven en la incertidumbre, que están bien formadas pero que están abandonadas a su suerte, impulsadas a emigrar, olvidadas por los poderes públicos, sin presente ni futuro en la tierra que aman”. En su discurso no faltó un tirón de orejas a la dirección nacional del PP al considerar: “Asturias les importa un comino”.

Todo son especulaciones. Los casquistas hablan de fundar el “fabada party”, en graciosa alusión al ultraconservador “tea party” americano. Aunque matizan: “En Asturias lo que galvaniza es un voto muy amplio, parecido a lo que ocurrió en Cantabria y al final tendremos al PSOE y al PP fuera del escenario. Los regionalistas no bablistas le apoyarán en masa, además de los descontentos del PSOE. Incluso conocidos miembros de la Corriente Sindical de Izquierda ven con buenos ojos el fabada party, hartos de los despidos de Duro Felguera.

Así como las víctimas de la industria naval asturiana, entre otros”, comenta un seguidor cercano a Cascos. “Fue el interlocutor privilegiado del PNV y CiU, el tío que mejor se entendió con Pujol y con Anasagasti”, añade el casquista. Ante la que se avecina, la candidata oficial Pérez Espinosa intentó   buscar lazos de unión y brindar por un proyecto integrador a todos los que aporten ideas constructivas. De momento, logró un acercamiento de Antonio Rey, alcalde de Grado, que había apoyado al ex ministro y otros alcaldes también muestran respeto hacia la decisión final, pese a que no la comparten.

La dirección regional considera: “El resto de cargos brindarán su apoyo a Pérez Espinosa ante la predecible victoria de Rajoy en las próximas elecciones generales”. Sin embargo, algunos seguidores de Cascos celebran entusiasmados la revancha. La alcaldesa popular Rosa Domínguez de Posada anuncia: “¡La Reconquista volverá a comenzar en Asturias!” Y hasta hay quien asegura que el ex ministro se acaba de censar en Luarca, hecho pendiente de contrastar.

Reacciones en el PP

“Nadie le llamará jamás, ni Esperanza Aguirre, ni Feijoo le convocarán para sus mítines. Ni recibirá más homenajes del PP. Un gobernante que se precie de estadista debería ser mas templado”, comenta a este diario un alto cargo del PP ante la decisión de Cascos. Asimismo recuerda dos de las frases históricas del ex ministro: “Prefiero partido sin gobierno que gobierno sin partido (...) y con el partido, hasta en los errores, decía en otros tiempos”.

El ex Secretario General decidió dar las campanadas de Año Nuevo a las 11 de la mañana del pasado 1 de enero cuando entregó una carta dirigida a Mariano Rajoy al encargado de servicio de Génova. En la misiva le comunicaba que se daba de baja en el partido ante el trato dispensado en su pretensión de optar a la candidatura a la Presidencia del Principado. En el día de autos Cascos informó por correo electrónico a su íntima amiga Esperanza Aguirre y al presidente del distrito de Chamberí, Luis Asúa.

Escasas horas antes Mariano Rajoy deseaba una feliz entrada de Año desde Santiago de Compostela: "Para un santiagués, sí se cierra una Puerta creo que se abre otra que debe ser la de la esperanza y la ilusión por un futuro mejor para España y los españoles”, vaticinaba en el cierre del Año Santo.

El origen de la ruptura

Hace seis años el ex ministro se dio de baja en el PP de Gijón ante las discrepancias con la actual candidata a la alcaldía Pilar Fernández-Pardo. Entonces la popular intentó investigar a la que fuera delegada del Gobierno en Asturias Mercedes Fernández y su presunta implicación en los atentados del 11 M con motivo de los robos de dinamita en una mina asturiana. Cascos no perdonó el desagravió. “Aquellas calumnias no fueron sancionadas”, recuerda ahora en su despedida a Rajoy. En las últimas semanas los casquistas también arremetieron contra la lideresa de Gijón cuando votó a favor del nombramiento de Santiago Carrillo como "Hijo Adoptivo". La militante justificó su apoyo al líder comunista al conceder igualmente el título honorífico al ex ministro Rodrigo Rato.

Sea como fuere, en el Congreso de Valencia también tuvo un encontronazo con el portavoz del PP en Asturias, Joaquín Aréstegui a quien consideró “un cáncer del partido”. Pese a todo, ayer mismo Aréstegui pretendía hacer las paces y consideraba a Cascos “muy apreciado en el partido”. Aunque reseñaba la llegada de tiempos de “renovación”. Cascos insiste en "los menosprecios, descalificaciones e insultos” a los que se vio sometido. Por lo visto, sus quejas fueron desoídas ante el Comité Nacional del Partido. Entre otras lindezas, el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo lo llamó “sexagenario” y llegó a equiparar a sus seguidores con la “kale borroca”.

En la víspera de Fin de Año el Comité Electoral Nacional designó a Isabel Pérez-Espinosa como la candidata oficial y esa fue la gota que colmó el vaso. “No se pusieron en ningún momento en contacto con Paco para informarle de la decisión”, informan fuentes cercanas al agraviado. Por su parte, el sector oficial del PP asturiano califica de “falsas” las notas de prensa emitidas por los casquistas. “Génova en ningún momento le dio ninguna esperanza de que fuera a ser el elegido. No hubo negociaciones porque Cascos quería regresar cortando cabezas. Ni tampoco hubo ninguna intermediación de Rato como aseguran”.