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Las bases de ERC piden la cabeza de Puigcercós y sustituirlo por Joan Ridao
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EL LÍDER REPUBLICANO CULPA A CAROD DEL DESCALABRO ELECTORAL

Las bases de ERC piden la cabeza de Puigcercós y sustituirlo por Joan Ridao

Las bases de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) están dolidas con los resultados electorales de las autonómicas catalanas. La pérdida de 200.000 votos y 11 diputados

Foto: Las bases de ERC piden la cabeza de Puigcercós y sustituirlo por Joan Ridao
Las bases de ERC piden la cabeza de Puigcercós y sustituirlo por Joan Ridao

Las bases de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) están dolidas con los resultados electorales de las autonómicas catalanas. La pérdida de 200.000 votos y 11 diputados ha sido un duro varapalo a la dirección y el descontento no ha hecho más que comenzar. Según ha podido constatar El Confidencial, el malestar existente ya ha propiciado que comiencen a florecer los cenáculos y las reuniones de militantes para exigir responsabilidades al presidente de la formación y cabeza de lista en estas elecciones, Joan Puigcercós. “Debería aprender de José Montilla [el candidato socialista], que la misma noche electoral anunció su dimisión y hoy [por ayer] su renuncia al escaño”, manifestó a este diario un destacado militante republicano.

Puigcercós, lejos de hacerse el harakiri, manifestó su disposición al frente de Esquerra para “recuperar la confianza de quienes no nos la han dado a nosotros”. Ello no ha hecho sino hacer subir la tensión interna. “Lo que queremos es que Puigcercós plegue [cese]. Cualquier otro, en su lugar, plegaría”, asegura esta fuente. Ayer martes, Puigcercós anunció, por fin, que pondrá el cargo a disposición del consejo nacional del partido, que se celebrará el 18 de diciembre. Pero más radical ha sido el ex vicepresidente del Parlamento, Ernest Benach, el segundo en la lista, que ayer mismo anunció que renuncia al escaño después del descalabro que ha supuesto pasar de ser la tercera fuerza política catalana a ser la quinta.

Según las fuentes consultadas, la comparecencia de Puigercós en la ejecutiva de ayer fue una escenificación para rehuir el mea culpa. “Dijo textualmente que no se sentía responsable del resultado y le echó toda la culpa al Tripartito y, especialmente a Carod-Rovira, que desde la reunión de Perpignan [en la que se vio con miembros de ETA a comienzos del 2004] sólo había dado quebraderos de cabeza y dejado en mal lugar al partido. Además, le achacó que tomaba decisiones personalistas sin consultar con nadie”. Al hilo de esta argumentación, el actual líder republicano explicó a la dirección de la formación que él siempre había consultado lo que tenía que hacer con el partido y, por ello, los resultados electorales eran fruto de una responsabilidad colectiva. Realizó también una valoración negativa de las escisiones que ha padecido ERC y subrayó el daño que éstas le habían hecho, dispersando el voto independentista. Eso sí, también aseguró que de cara al congreso que se ha de celebrar el año que viene -previsiblemente tras las municipales- es imprescindible que el partido se mantenga unido y evite escenificar luchas internas.

“Puigcercós ya ha demostrado de lo que es capaz, Ahora debe dejar paso a otros. Y, hoy por hoy, una parte importante de Esquerra creemos que la renovación pasa por potenciar la figura de Joan Ridao”, señala una fuente interna de la formación republicana. Precisamente ayer, el senador Carles Bonet, que se ha mantenido en silencio durante toda la campaña, salió a la palestra para exigir un cambio de fondo y formas. Bonet pidió “gestos importantes” a los dirigentes, aludiendo a la dimisión de Montilla, y puso el dedo en la llaga al definir a ERC como “un partido de izquierdas, catalanista, a favor de la autodeterminación”, pero alejado de ser “un movimiento ideológico independentista”. Lo que pide es, en definitiva, volver a las viejas esencias de ERC, a la tradicional estrategia de toda su historia.

Rebelión a bordo

Joan Ridao, secretario general del partido y portavoz en el Congreso de los Diputados, se ha mantenido en un discreto segundo plano durante la campaña electoral. “Puigcercós es el activo, el hombre de acción, pero Ridao es culto, intelectual. Nunca comprendimos muy bién cómo habían podido llegar a esa alianza, porque son muy distintos”, añaden las mismas fuentes. Por eso, un sector republicano considera que la recuperación de una línea estratégica coherente podría estar pilotada por Ridao. “Sería muy positivo para el partido en estos momentos”, subrayan.

Esta reflexión es fruto del “malestar terrible” que se vive dentro de las filas republicanas y que se materializó a lo largo del lunes y el martes en algunas reuniones de colectivos para estudiar la situación del día después. Y la sensación es que “en el próximo congreso va a haber problemas”. En otras palabras: si Puigcercós no dimite, se le pedirá la dimisión.

Y en esta tesitura, el presidente republicano puede encontrarse con un verdadero problema, puesto que ERC es un partido asambleario. Si alguien presenta la propuesta de destitución en la asamblea, deberá votarse. Y ahí sí que mandan las bases, puesto que los compromisarios de las asambleas no están controlados por el aparato del partido, sino que cualquier militante tiene derecho a asistir y a votar.

Quien no ha sentido tanto la derrota ha sido el todavía vicepresidente del Gobierno, Josep Lluís Carod-Rovira, descabalgado por las bravas de las listas por el propio Puigcercós. La excusa que le había dado era que su presencia podía restar votos en vez de sumar. Al final, se demostró que, con Carod o sin él, ERC se hundió igualmente. De hecho, tras el descalabro electoral, algunos ojos se volvieron hacia Carod para sopesar la posibilidad de que pudiera encabezar una revolución contra Puigcercós, pero el vicepresidente no está para batallas internas. Y ello por dos motivos: primero, porque su oponente todavía controla el aparato de Esquerra; segundo, porque las municipales están a la vuelta de la esquina y los resultados pueden ser también adversos. Y él no quiere estrenarse teniendo que asumir una posible derrota electoral. Por tanto, su intención es sentarse a la puerta de su casa para esperar a ver pasar el cadáver de su enemigo.

Sobre la mesa queda también la postura del portavoz republicano en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Portabella, un no alineado con ninguna corriente que se ha hecho fuerte en la capital catalana. Portabella apuesta por formar coalición con las restantes fuerzas independentistas para las elecciones municipales con el objetivo de no dispersar el voto, como ha ocurrido en las autonómicas. Alejado de las luchas entre los diferentes sectores, el portavoz municipal está a la espera de ser nombrado el candidato a la alcaldía en enero próximo. Como controla la federación de Barcelona, su elección parece asegurada.

Las bases de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) están dolidas con los resultados electorales de las autonómicas catalanas. La pérdida de 200.000 votos y 11 diputados ha sido un duro varapalo a la dirección y el descontento no ha hecho más que comenzar. Según ha podido constatar El Confidencial, el malestar existente ya ha propiciado que comiencen a florecer los cenáculos y las reuniones de militantes para exigir responsabilidades al presidente de la formación y cabeza de lista en estas elecciones, Joan Puigcercós. “Debería aprender de José Montilla [el candidato socialista], que la misma noche electoral anunció su dimisión y hoy [por ayer] su renuncia al escaño”, manifestó a este diario un destacado militante republicano.

Josep Lluis Carod-Rovira