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Dirigentes socialistas cargan contra Felipe González por sus confesiones sobre los GAL
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CRECEN LAS VOCES QUE PIDEN REABRIR LA CAUSA JUDICIAL

Dirigentes socialistas cargan contra Felipe González por sus confesiones sobre los GAL

La creciente incomodidad del Gobierno y el PSOE por las confesiones de Felipe González sobre la guerra sucia contra ETA, apenas maquillada tras la consigna oficial

Foto: Dirigentes socialistas cargan contra Felipe González por sus confesiones sobre los GAL
Dirigentes socialistas cargan contra Felipe González por sus confesiones sobre los GAL

La creciente incomodidad del Gobierno y el PSOE por las confesiones de Felipe González sobre la guerra sucia contra ETA, apenas maquillada tras la consigna oficial de enterrar la polémica cuanto antes, ha empezado a desbordarse. Si el lunes era el Ejecutivo vasco de Patxi López el que calificaba de "bastante desafortunadas" sus declaraciones, ayer fueron dos barones socialistas, el extremeño Guillermo Fernández Vara y el castellano-manchego José María Barreda, los que criticaron el "error" del ex presidente del Gobierno, mientras se multiplican las voces que exigen a la Fiscalía la reapertura del caso GAL.

"Yo creo que ha sido un error hacer esas declaraciones, y cuando tenga la oportunidad de hablar con él así se lo manifestaré", afirmó ayer Fernández Vara. Las palabras del presidente extremeño reflejan el desconcierto provocado en las filas socialistas por las revelaciones de González al escritor Juan José Millás recogidas en una extensa entrevista en el diario El País. En ella aseguraba, entre otras cosas: "Tuve una sola oportunidad en mi vida de dar una orden para liquidar a toda la cúpula de ETA (...). Sólo cabía la posibilidad de volarlos a todos juntos en la casa en la que se iban a reunir. Dije no (...). Todavía no sé si hice lo correcto".

Barreda también verbalizó ayer ese mismo estupor. "Yo no he entendido por qué ha realizado estas declaraciones; y, en cualquier caso, lo que nos interesa ahora es acabar con ETA y hacerlo desde la legalidad", manifestó el presidente de Castilla-La Mancha. Mucho más contundente fue la portavoz del Gobierno vasco, Idoia Mendia, que la víspera afirmó: "Si nos atenemos a algunas partes [de las confesiones de González], son bastante desafortunadas".

El malestar de los socialistas por las revelaciones del ex presidente del Gobierno parece más que justificado. González no sólo ha reabierto un incómodo debate que parecía definitivamente sepultado, sino que lo ha hecho en un momento especialmente inoportuno, cuando ETA está arrinconada y José Luis Rodríguez Zapatero -sea él o no el candidato en 2012- fía buena parte de sus esperanzas de remontar en las encuestas a la derrota de la banda terrorista. El PSOE lamenta, además, que González le haya proporcionado al PP una munición de grueso calibre con la que no contaba. Y los populares no han desperdiciado el regalo.

"Profunda investigación"

Esteban González Pons reclamó ayer abrir "una profunda investigación" a raíz de las declaraciones del ex presidente del Gobierno, ya que, a su juicio, González "ha admitido que pudo tener conocimiento de la guerra sucia contra ETA e incluso que pudo ser él". El vicesecretario de Comunicación del PP añadió que los socialistas "deben desmentir y corregir a Felipe González diciendo que no se puede legitimar, ni siquiera teóricamente, la guerra sucia".

Las palabras de González Pons son sólo la punta de lanza de una ofensiva en toda regla contra el Gobierno y, muy especialmente, contra Alfredo Pérez Rubalcaba. El PP ha repartido ya a todos sus dirigentes, según ha podido saber El Confidencial, un extenso argumentario que sitúa en el centro de la diana al vicepresidente primero y ministro de Interior para que aclare su "papel en el Gobierno del señor X", según reza el documento. 

Génova recuerda en ese argumentario que Rubalcaba fue portavoz, entre 1993 y 1996, del último Ejecutivo presidido por González, y que desde ese cargo negó repetidamente cualquier vinculación con los GAL. "González admite que recibía información sobre operaciones ilegales", añade el documento, y que su Gobierno "contemplaba como posibilidad el asesinato".

Tras la polvareda levantada por las revelaciones del ex presidente del Gobierno, la posibilidad de una reapertura judicial del caso GAL, aunque lejana, no parece ahora descabellada. Así, al menos, se ha reclamado en las últimas horas desde diversos ámbitos de la judicatura y la política. El ex fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, José María Mena, dijo ayer que "si González tuviera datos relevantes de un hecho criminal debería ir a un juzgado a decirlo". Mena aseguró que "procesalmente sería posible abrir la causa y recabar estos nuevos datos" si la Fiscalía lo estima pertinente.

Eso es, precisamente, lo que reclaman a la Fiscalía Antonio Romero, ex diputado de IU, y Laura Martín, viuda de Juan Carlos García Goena, la última víctima de los GAL, asesinado en 1987 y sin vinculación alguna con ETA o la izquierda abertzale. Romero y Martín han remitido sendos escritos al fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, en los que exigen que abra una investigación a raíz de las declaraciones de González.

La creciente incomodidad del Gobierno y el PSOE por las confesiones de Felipe González sobre la guerra sucia contra ETA, apenas maquillada tras la consigna oficial de enterrar la polémica cuanto antes, ha empezado a desbordarse. Si el lunes era el Ejecutivo vasco de Patxi López el que calificaba de "bastante desafortunadas" sus declaraciones, ayer fueron dos barones socialistas, el extremeño Guillermo Fernández Vara y el castellano-manchego José María Barreda, los que criticaron el "error" del ex presidente del Gobierno, mientras se multiplican las voces que exigen a la Fiscalía la reapertura del caso GAL.