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CiU usará la crisis como arma contra Montilla y moderará sus reivindicaciones independentistas
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CONFÍA EN LA ABSTENCIÓN PARA GANAR LAS ELECCIONES

CiU usará la crisis como arma contra Montilla y moderará sus reivindicaciones independentistas

Los partidos catalanes tienen olfato. Hace meses que se olían que las elecciones serían el 28 de noviembre, como adelantó en exclusiva El Confidencial. Y, con

Foto: CiU usará la crisis como arma contra Montilla y moderará sus reivindicaciones independentistas
CiU usará la crisis como arma contra Montilla y moderará sus reivindicaciones independentistas

Los partidos catalanes tienen olfato. Hace meses que se olían que las elecciones serían el 28 de noviembre, como adelantó en exclusiva El Confidencial. Y, con ello, prepararon sus maquinarias electorales contando con esa fecha, aunque no descuidaron una sorpresa del presidente José Montilla, por si las adelantaba al mes de octubre. Pero el President es hombre de pocas sorpresas. Sólo las da entre bastidores.

El presidente de Convergència i Unió (CiU), Artur Mas, irradió ayer la imagen que espera mantener durante toda la campaña: un líder reflexivo, comprensivo y flexible. “Se desvela una incógnita que no favorecía al clima político. Y es bueno que se hayan convocado las elecciones para que no haya más especulaciones”, dijo.

A partir de esta premisa, CiU tiene vía libre para dosificar sus impactos electorales. El diputado Francesc Homs revela a este diario el eje de su estrategia: “Economía, economía y economía”. En otras palabras: las filigranas identitarias, el independentismo y otros bagages de igual calibre se apartan de los mensajes de los nacionalistas. “Hemos de lanzar mensajes que la gente pueda asumir y mantener movilizado a nuestro electorado”, admiten en la cúpula convergente.

¿Por qué? CiU sabe que sólo puede ganar con la centralidad. “En 2003, se comenzó a lanzar el mensaje electoral sobre el independentismo, pero nadie apostaba abiertamente. En el 2006, se lanzó el mensaje que había que votar ERC, que eran los únicos que luchaban por el país. Los de CiU éramos unos cagados. En el 2010, de seguir así, el nacionalismo habrá de votar a los extraparlamentarios de nuevo cuño, porque los de CiU y ERC seguiremos siendo unos cagados. ¿Y a quien se habrá de votar en las próximas elecciones?”, se pregunta un dirigente de Convergència.

Un líder de CiU, probablemente futuro consejero si Mas gana las elecciones, asegura que el nacionalismo está hoy como hace casi treinta años: dividido y peleado. El radicalismo ni sienta bien a los catalanes. El seny (sentido común) se impone a la rauxa (arrebato). El propio Mas dijo ayer que no da por desaprovechados los siete años en la oposición. Le han servido para “escuchar, aprender, conocer el país, acercarnos a la gente. Somos conscientes de que hay muchas ganas de cambio y todos debemos poner nuestro grano de arena para ello”. Y prometió una campaña positiva y constructiva.

Mensajes asumibles por la mayoría

Para Francesc Homs, se han de lanzar mensajes “que la mayoría de los ciudadanos puedan asumir”, a pesar de que el leit motiv económico de la coalición nacionalista sea el de pedir un concierto económico similar al del País Vasco y Navarra. “Es que después de la sentencia del Constitucional sobre el Estatuto nos tenemos que buscar la vida, tenemos que renovar el discurso”. Y en eso están.

Montilla lo sabe y prepara su batería de buenas noticias económicas, porque los nacionalistas catalanes pretenden dar la batalla en ese terreno. Es más. Homs matiza que a CiU le va bien incidir en este tema porque puede activar la “abstención positiva”. En otras palabras: “Con nuestras propuestas, puede haber socialistas que no nos voten por razones ideológicas, pero sería un éxito que no fuesen a votar, porque no se fían de los suyos al ver que nosotros sí entendemos de Cataluña y de economía”.

El pistoletazo de salida ha sonado y sólo puede haber un presidente. Sólo Montilla y Mas tienen la oportunidad en sus manos de alcanzar el codiciado sillón. El futuro personal y político de ambos puede depender de lo que consigan. El líder socialista ha de remontar en las encuestas (el aparato del PSC ha puesto los motores al máximo) para evitar que ocurra una debacle. Y desde los círculos de su rival se admite que “nosotros tenemos a nuestro electorado movilizado en más de un 75%. Ellos, hasta ahora, no tienen a su electorado movilizado pero seguro que recuperarán posiciones en estos dos meses y medio que faltan para las elecciones. Por eso es muy pronto para hacer cábalas”. Y desde el PSC, uno de sus máximos dirigentes admite a El Confidencial que “o pinchamos a la gente o nos encontraremos en la crisis más grave de los últimos quince años”.

Los partidos catalanes tienen olfato. Hace meses que se olían que las elecciones serían el 28 de noviembre, como adelantó en exclusiva El Confidencial. Y, con ello, prepararon sus maquinarias electorales contando con esa fecha, aunque no descuidaron una sorpresa del presidente José Montilla, por si las adelantaba al mes de octubre. Pero el President es hombre de pocas sorpresas. Sólo las da entre bastidores.

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