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Grietas en el PSOE: el 'virus' de las primarias se contagia a otras cuatro comunidades
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VALENCIA, CANARIAS, MURCIA Y ARAGÓN

Grietas en el PSOE: el 'virus' de las primarias se contagia a otras cuatro comunidades

El PSOE se parece cada día más a una olla a presión a punto de estallar. El virus de las primarias, que la dirección federal inoculó

Foto: Grietas en el PSOE: el 'virus' de las primarias se contagia a otras cuatro comunidades
Grietas en el PSOE: el 'virus' de las primarias se contagia a otras cuatro comunidades

El PSOE se parece cada día más a una olla a presión a punto de estallar. El virus de las primarias, que la dirección federal inoculó en la Comunidad de Madrid para frenar a Tomás Gómez, amenaza ahora con escapar al control de Ferraz y contagiarse a otras federaciones socialistas, abriendo la espita al creciente descontento hacia José Luis Rodríguez Zapatero que empieza a aflorar en amplios sectores del partido.

La criatura engendrada por José Blanco -y bendecida por Zapatero- para catapultar a Trinidad Jiménez en detrimento de Gómez parece fuera de control. El número dos socialista pretendía limitar el proceso de primarias a la Comunidad de Madrid, asumiendo el riesgo de que una derrota de la ministra de Sanidad supondría un serio revés para Ferraz que dejaría muy tocada la autoridad de Zapatero. Pero las tensiones ya nada disimuladas en el seno del partido y, sobre todo, el efecto llamada provocado por el desafío de Gómez han desatado la fiebre por las elecciones internas.     

Además de la Comunidad de Madrid, donde Gómez y Jiménez se disputarán a cara de perro el próximo 3 de octubre la candidatura que se enfrentará a la popular Esperanza Aguirre, al menos otros dos candidatos autonómicos se decidirán por el sistema de primarias: el de Murcia, tras la renuncia del secretario general, Pedro Saura, a encabezar la lista, y el de Canarias, después del cierre en falso de la crisis abierta por la marcha de Juan Fernando López Aguilar.

El contagio se ha propagado también a la Comunidad Valenciana con la inesperada irrupción del ex ministro del Interior Antonio Asunción, un outsider que llevaba más de una década alejado de la política y que ayer provocó un auténtico terremoto al anunciar que disputará la candidatura al secretario general, Jorge Alarte, al que las encuestas pronostican un batacazo histórico. Y en Aragón, donde el relevo del veterano Marcelino Iglesias por Eva Almunia, secretaria de Estado de Educación y candidata de Ferraz, se anunciaba tranquilo, un grupo de militantes tiene previsto presentar hoy mismo una candidatura alternativa.

Terremoto en Valencia

Asunción, que dimitió en 1994 tras la fuga del ex director general de la Guardia Civil Luis Roldán -apenas estuvo cinco meses al frente del Ministerio del Interior-, acusó ayer a Ferraz de laminar la democracia interna y fomentar la sumisión al líder, y lamentó la "acomodación de las estructuras que hoy dirigen el partido", que tienen "más fijación en mantener el empleo que en ganar". El ex ministro no lo tendrá fácil para lograr los avales necesarios y forzar unas primarias, pero la división endémica del PSOE valenciano, la falta de liderazgo de Alarte y la necesidad de un mesías que devuelva la ilusión a una deprimida militancia pueden hacer saltar la sorpresa.

El aparato de Ferraz tampoco contaba con el nuevo frente que está a punto de abrirse en Aragón tras la renuncia de Iglesias, impulsado por un grupo de militantes cercanos a la corriente Izquierda Socialista y espoleados, según reconoce su portavoz, Manuel Ruiz, por el proceso de primarias abierto en Madrid. Almunia, actual secretaria de Estado de Educación, cuenta con el apoyo de la dirección federal, pero las recientes declaraciones de Iglesias, que aseguró que "a día de hoy, oficialmente, el PSOE no tiene ningún candidato" y que las primarias "no serían ningún trauma", han dado alas a los críticos.     

El PSOE se parece cada día más a una olla a presión a punto de estallar. El virus de las primarias, que la dirección federal inoculó en la Comunidad de Madrid para frenar a Tomás Gómez, amenaza ahora con escapar al control de Ferraz y contagiarse a otras federaciones socialistas, abriendo la espita al creciente descontento hacia José Luis Rodríguez Zapatero que empieza a aflorar en amplios sectores del partido.