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La debilidad de los sindicatos da oxígeno a Zapatero para imponer la reforma laboral
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LA MAYORÍA DE FUNCIONARIOS 'PASA' DE LA HUELGA CONVOCADA POR UGT, CCOO Y CSI-CSIF

La debilidad de los sindicatos da oxígeno a Zapatero para imponer la reforma laboral

El escaso seguimiento de la huelga de funcionarios convocada en toda España dejó ayer al descubierto la debilidad de los sindicatos, que ven ahora muy reducido su margen de maniobra

Foto: La debilidad de los sindicatos da oxígeno a Zapatero para imponer la reforma laboral
La debilidad de los sindicatos da oxígeno a Zapatero para imponer la reforma laboral

El escaso seguimiento de la huelga de funcionarios convocada en toda España dejó ayer al descubierto la debilidad de los sindicatos, que ven ahora muy reducido su margen de maniobra para llamar a una huelga general, y dio un balón de oxígeno al acorralado José Luis Rodríguez Zapatero para imponer por decreto su reforma laboral y presentarse la semana próxima en Bruselas con los deberes hechos al último Consejo Europeo bajo presidencia española.

Zapatero ya advirtió el pasado día 2 que la reforma del mercado laboral, una medida que tanto la UE como los mercados exigen a nuestro país, se aprobará "con acuerdo o sin acuerdo" en el Consejo de Ministros del próximo día 16, víspera de la cita de Bruselas. Es decir: que si los sindicatos, la patronal y el Gobierno no pactan los términos de la reforma antes de esa fecha, Zapatero impondrá los cambios sin contar con nadie. Las negociaciones entre las tres partes -que hoy volverán a verse las caras- continúan en vía muerta y es muy poco probable que las insalvables diferencias se resuelvan en tan poco tiempo.

De ahí que el exiguo poder de convocatoria demostrado ayer por UGT, CCOO y CSI-CSIF -las tres centrales convocantes de la huelga de funcionarios- suponga un respiro para Zapatero, que logra así un plus de legitimación para imponer de forma expeditiva, vía decreto, la reforma laboral. Pese a la esperada guerra de cifras sobre la incidencia de la huelga -el Gobierno destacó su "alcance limitado", con un escaso 12% de seguimiento, mientras los sindicatos elevaron el listón al 75%, que calificaron de "éxito"-, lo cierto es que una evaluación más realista sitúa ese porcentaje por debajo del 25%, según fuentes independientes consultadas por El Confidencial.

Esa cifra supone que algo más de 500.000 funcionarios, de los cerca de 2,5 millones que ayer estaban convocados a la huelga, se sumaron al llamamiento de las tres principales centrales sindicales contra el recorte salarial a los empleados públicos. En esa modesta participación ha podido pesar decisivamente, según las mismas fuentes, el deseo de los funcionarios de no castigar todavía más su ya maltrecho bolsillo. Los efectos del tijeretazo los sentirán ya en su próxima nómina -un 5% menos de media-, que quedaría aún más mermada si se les descontase un día de salario -unos 85 euros de media- por hacer huelga.

Críticas a los sindicatos

El escaso seguimiento de la huelga de funcionarios convocada en toda España dejó ayer al descubierto la debilidad de los sindicatos, que ven ahora muy reducido su margen de maniobra para llamar a una huelga general, y dio un balón de oxígeno al acorralado José Luis Rodríguez Zapatero para imponer por decreto su reforma laboral y presentarse la semana próxima en Bruselas con los deberes hechos al último Consejo Europeo bajo presidencia española.

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