Zapatero pierde confianza en De la Vega y la margina del 'triunvirato' anticrisis

La pérdida de peso político de María Teresa Fernández de la Vega parece inexorable. José Luis Rodríguez Zapatero se ha distanciado de la vicepresidenta primera casi desde el inicio de esta legislatura y le ha ido retirando paulatinamente su confianza, según afirman fuentes solventes de La Moncloa consultadas por El Confidencial. La última muestra inequívoca de ese enfriamiento de sus relaciones ha sido la marginación de De la Vega del triunvirato designado por el presidente del Gobierno para negociar un pacto anticrisis con la oposición, que integran la vicepresidenta económica, Elena Salgado, el ministro de Fomento, José Blanco, y el de Industria, Miguel Sebastián. El titular de Trabajo, Celestino Corbacho, muy devaluado políticamente, tampoco está ni se le espera en ese nuevo núcleo de poder.

Zapatero se reunió en la tarde de ayer en La Moncloa con Salgado, Blanco y Sebastián para fijar la estrategia del Gobierno con vistas a la primera reunión que la troika presidencial mantendrá el próximo jueves con los representantes de todas las fuerzas parlamentarias. La ausencia de De la Vega y Corbacho de esa comisión negociadora ha causado sorpresa en las propias filas socialistas, que la interpretan como una clara señal del declive político de ambos.

La exclusión de la vicepresidenta primera se entiende aún menos, si cabe, porque ha sido, durante sus casi seis años en La Moncloa, la auténtica apagafuegos de Zapatero. De la Vega, además de asumir la responsabilidad de coordinar las iniciativas de todos los ministerios y elaborar los proyectos legislativos del Gobierno que luego son enviados al Congreso, preside la Comisión General de secretarios de Estado y subsecretarios que debate semanalmente los acuerdos que más tarde aprueba el Consejo de Ministros.

Salgado echa balones fuera

Cuando este periódico preguntó ayer a Salgado, durante la rueda de prensa posterior a la reunión que el triunvirato mantuvo con Zapatero, por qué De la Vega no estaba en esa mesa negociadora, la vicepresidenta segunda echó balones fuera y afirmó con muy escasa convicción que "es una comisión fundamentalmente económica", respuesta que casa mal con las amplísimas competencias -también económicas- que la número dos del Gobierno ha ejercido desde que en 2004 entró a formar parte del Gobierno.

"De la Vega se ha ido aislando progresivamente desde que comenzó esta segunda legislatura. En 2008 entró con fórceps en el Gobierno, y sus vínculos con los pesos pesados de La Moncloa, las personas que verdaderamente influyen en Zapatero, están muy deteriorados", señala una fuente con acceso al Consejo de Ministros, que asegura que tanto José Enrique Serrano, director de Gabinete de la Presidencia del Gobierno, como Bernardino León, secretario general de la Presidencia -los dos auténticos hombres de confianza de Zapatero-, mantienen una "relación tensa" con la vicepresidenta primera.

"Sus relaciones con Blanco y Pérez Rubalcaba nunca han sido buenas, y con Salgado y Manuel Chaves también ha chocado con frecuencia", sostiene otra fuente cercana al presidente del Gobierno. El ministro de Fomento y número dos del PSOE, cuyo ascendiente sobre Zapatero es incuestionable y su peso en el Ejecutivo cada vez mayor, "se está encargando de amplificar, a través de los canales adecuados, el deterioro de la posición de De la Vega en el Gobierno", añaden las citadas fuentes, que recuerdan la oposición de la vicepresidenta a la decisión de Zapatero -que conoció a posteriori- de implicar al rey Don Juan Carlos en el impulso de un pacto de Estado contra la crisis.

La estrella de Corbacho se apaga

No menos sorpresa ha provocado la exclusión de Corbacho de la comisión negociadora nombrada por Zapatero. No sólo en el Gobierno y el PSOE, sino también en el propio PP. Su secretaria general, María Dolores de Cospedal, se preguntaba ayer cómo es posible que el ministro de Trabajo no forme parte de esa troika cuando "el mayor drama" que vive España es el paro. Salgado trató de responder a esa supuesta incoherencia afirmando que Corbacho ya preside la mesa de diálogo social por el empleo, en la que participan la patronal y los sindicatos.

La estrella política de Corbacho se ha ido apagando a medida que sus propuestas eran ignoradas o descalificadas por Zapatero y Salgado. Ambos le dejaron en evidencia cuando impusieron el retraso en la edad de jubilación, a la que el ministro de Trabajo se había opuesto siempre con firmeza. La vicepresidenta económica también corrigió recientemente a Corbacho a propósito de la economía sumergida, que, según éste, roza el 20% del PIB. "No hay estimaciones sobre la economía sumergida en España, como no las hay en ninguno de los países occidentales", zanjó Salgado.