El PP se distancia del presidente de la CEOE y ve "complicada" su continuidad

El idilio entre el PP y el presidente de la CEOE, que nunca ha ocultado sus simpatías hacia el partido que lidera Mariano Rajoy, parece a punto de marchitarse. El discurso oficial de los populares, verbalizado ayer por su secretaria general, María Dolores de Cospedal, es que la continuidad de Gerardo Díaz Ferrán al frente de la patronal depende únicamente de los empresarios. Pero, de puertas adentro, Génova empieza a marcar distancias y asegura que la situación del máximo dirigente de la CEOE es "muy complicada" por los graves problemas que atraviesan sus empresas, sus deudas con Caja Madrid y la merma de sus apoyos internos en la organización.

Ayer mismo, sin ir más lejos, el presidente de la asociación que agrupa a las pequeñas y medianas empresas (CEPYME) y número dos de la CEOE, Jesús Bárcenas, dijo que si él se encontrara en la situación de Díaz Ferrán "habría dimitido hace tiempo". Bárcenas, públicamente enfrentado al presidente de la patronal, se mostró muy crítico con las declaraciones de éste en las que afirmó que él no habría comprado un billete "para volar a ningún sitio" en su propia aerolínea, Air Comet, que acaba de presentar un ERE para despedir a más de 650 trabajadores. "Yo hubiera presentado la renuncia irrevocable", aseguró ayer Bárcenas.

Horas después de que el Comité de Dirección del PP, bajo la presidencia de Rajoy, celebrase ayer su última reunión del año, De Cospedal aseguró públicamente, a preguntas de El Confidencial, que "tienen que ser los empresarios quienes decidan la persona que les tiene que representar". Y añadió: "La postura del PP ha sido siempre la de defender la libertad e independencia de los empresarios". Pero, más allá del mensaje oficial de no injerencia, fuentes de la dirección de Génova señalaron a este periódico que la situación de Díaz Ferrán es "muy complicada", y admitieron que el PP tiene un ramillete de candidatos para sustituirle, aunque evitaron dar nombres.

Baile de nombres

La respuesta oficial de Génova, muy alejada del sentir generalizado de la dirección del partido, se parece mucho a la que estos días ha ofrecido el Gobierno, que a duras penas consigue disimular sus preferencias por la salida de Díaz Ferrán y su sustitución por un empresario afín, entre ellos Santiago Herrero, presidente de los empresarios andaluces, o Juan Rosell, cabeza visible de Fomento del Trabajo, la patronal catalana. El ministro que más claro lo ha dicho ha sido el de Fomento, José Blanco, que considera que las graves dificultades que atraviesan Díaz Ferrán y sus empresas "pueden proyectar una imagen negativa de los empresarios españoles".

La plana mayor de la CEOE, sin embargo, volvió ayer a cerrar filas con Díaz Ferrán por segunda vez en los últimos 15 días. El portavoz de la patronal, Francisco Ochoa, aseguró que aquél cuenta con el apoyo del 95% de la Ejecutiva y el de la "práctica totalidad" de los 21 vicepresidentes de la organización empresarial. Según Ochoa, la mayoría de los empresarios "comparte los problemas" por los que está atravesando Díaz Ferrán, ya que muchos de ellos están sufriendo situaciones similares.

Mucho menos condescendiente se mostró el coordinador general de IU, Cayo Lara, que instó al Gobierno a que denuncie en los juzgados la presunta estafa de Air Comet y solicite a la patronal la destitución de Díaz Ferrán, copropietario de la aerolínea, de su cargo de presidente de la CEOE. Lara exigió en un comunicado la restitución de los derechos conculcados a los usuarios y trabajadores de Air Comet, una responsabilidad que, a su juicio, corresponde en última instancia al Gobierno, "puesto que conocía la mala situación de la empresa y no intervino a tiempo para evitar el desastre al que ha conducido la pésima gestión de Díaz Ferrán".