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Los cines de Cataluña declaran la guerra a la Generalitat por obligar a doblar las películas al catalán
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Los cines de Cataluña declaran la guerra a la Generalitat por obligar a doblar las películas al catalán

Los distribuidores y los empresarios de las principales salas de cine en Cataluña, como Balañá y Yelmo, se han levantado en pie de guerra contra la

Los distribuidores y los empresarios de las principales salas de cine en Cataluña, como Balañá y Yelmo, se han levantado en pie de guerra contra la futura Ley del Cine de Cataluña que ha redactado el Tripartito. El rechazo frontal de este colectivo al proyecto de ley que ya tiene listo la Consejería de Cultura, que dirige el republicado Joan Manuel Tresserras, se argumenta en el hecho de que no aceptan la obligatoriedad que establece la norma para doblar el 20% de las películas al catalán.

 

"Nos parece realmente perjudicial para atraer difusiones extranjeras que seamos los distribuidores y los empresarios del sector los que tengamos que asumir el coste de ese doblaje al catalán", señala a El Confidencial el presidente del gremio de Empresarios de Cines de Cataluña, Camilo Tarrazón. "En el caso de que pudiéramos doblar las películas al catalán, estaríamos dispuestos a aceptar un porcentaje como máximo del 8% de las películas que se distribuyen en Cataluña, pero nunca del 20% como estipula el proyecto de ley del cine", prosigue.

El rechazo de los empresarios del cine llega hasta tal punto que en algunas salas de Barcelona se han colgado carteles en contra de la legislación que pretende aprobar el gobierno catalán en el 2010. "Si quieren obligarnos a doblar las películas de Tarantino o de Walt Disney al catalán, a pesar de no garantizar el aumento de la demanda de este tipo de cine, que asuma ese coste la Generalitat ¿Los catalanes estarían dispuestos a pagar de su bolsillo ese doblaje?", sostiene un empresario de los Cines Sarrià consultado por El Confidencial. A la protesta formal de los empresarios que distribuyen las cintas cinematográficas en las salas, sin cuya colaboración sería imposible ver películas en el cine, se ha sumado la Federación de Distribuidores Cinematográficos.

Como acto reivindicativo para demostrar su postura contraria, y antes de reunirse con el conseller Tresserras, los empresarios del sector han creado una Red de Cines en Catalán como alternativa al anteproyecto de Ley del Cine. La intención es demostrar a la Generalitat que para que las cifras del doblaje al catalán fueran rentables se debería incrementar hasta un 150% las proyecciones íntegramente en catalán. Pero hay un problema: la escasa demanda. Para paliar este problema, los empresarios han puesto a disposición del público este fin de semana 53 pantallas de cine en distintas salas de Cataluña. "Si las 53 salas se llenan de público para ver cine catalán, será todo un éxito y podremos comprobar la demanda real que tienen estas películas dobladas", aseguran desde el gremio de empresarios del cine.

El proyecto de Ley de Cine de la Generalitat establece la obligatoriedad de que la mitad de las películas no españolas con más de 16 copias proyectadas en cines distribuidos en territorio catalán estén dobladas o subtituladas en catalán. Los distribuidores y los cines que no cumplan con esta normativa serán multados.

Posible impuesto por el doblaje

Desde el gremio de Empresarios de Cine se destaca que "la Generalitat lleva quince años subvencionando con recursos públicos la proyección de películas en catalán, pero la verdad es que el público sigue dando la espalda a películas íntegramente dobladas al catalán". Según datos del gremio facilitados a este diario, la futura ley del cine de Cataluña provocaría el cierre de 45 empresas catalanas que dan trabajo a 1.786 trabajadores y la implantación de un impuesto sobre la exhibición, que provocará que el público catalán sea el que pague más caras las entradas de toda España.

En tres meses de aplicación del anteproyecto, los cines catalanes tendrían pérdidas por valor de cinco millones de euros. Exhibidores y distribuidores consideran que "la imposición de cuotas e impuestos que plantea el anteproyecto del Departamento de Cultura perjudicará la oferta cultural de cine, porque habrá menos pantallas disponibles y menos títulos en cartelera". En opinión de Félix Revuelta, que trabaja en los cines Yelmo, "no es de recibo que se obligue por ley a subtitular una película en catalán si antes no se asegura la demanda", apostilla a este diario.

Por otra parte, doscientos profesionales del doblaje en Cataluña han suscrito un manifiesto conjunto en el que critican el actual sistema de adjudicaciones de Televisió de Catalunya y el "creciente y preocupante" desinterés de la Generalitat acerca del doblaje en catalán. El manifiesto considera que el actual sistema de contratación pública de servicios de doblaje se ha convertido en una "subasta a la baja" que obliga a los empresarios que no quieran quedar fuera de la licitación a presentar precios cada vez más inferiores. El Gremio de Empresarios de Cines de Cataluña aglutina a la mayor parte de las empresas privadas de exhibición cinematográfica, tanto grandes como pequeñas: 552 pantallas de 91 cines del total de 779 pantallas existentes en Cataluña, lo que representa un 81% de la cuota de mercado.

La Generalitat lleva años intentando promocionar el cine en catalán y también las versiones dobladas a este idioma,y en las últimas semanas también ha destinado recursos públicos para intentar que Cataluña se integre en la Academia del Cine de Hollywood. De hecho, el actor Joel Joan ha sido designado como embajador para influir en la academia comercial del cine estadounidense para que admitan a Cataluña en esta entidad. Como presidente de la Academia Catalana del Cine, Joel Joan se ha mostrado seguro de que la calidad y volumen de la industria catalana de cine -este año se produjeron 15 largometrajes- se traducirá en un acceso de sus producciones a Hollywood, a través de su participación en los premios Oscar.

Joan -integrante de varias plataformas independentistas y que públicamente manifestó su deseo de dejar la política activa por el bajón de su caché profesional- tiene entre sus prioridades conseguir el apoyo del presidente de la Academia Española del Cine, Álex de la Iglesia, para que el cine catalán opte a una estatuilla en Hollywood. Pero sólo pueden optar a los Oscar las academias de países soberanos con Estado propio.

Los distribuidores y los empresarios de las principales salas de cine en Cataluña, como Balañá y Yelmo, se han levantado en pie de guerra contra la futura Ley del Cine de Cataluña que ha redactado el Tripartito. El rechazo frontal de este colectivo al proyecto de ley que ya tiene listo la Consejería de Cultura, que dirige el republicado Joan Manuel Tresserras, se argumenta en el hecho de que no aceptan la obligatoriedad que establece la norma para doblar el 20% de las películas al catalán.