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Laporta recluta a políticos, socios comerciales, una prima y un compadre para su ‘guardia de corps’ en el Barça
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RECTA FINAL DE LA CAMPAÑA ELECTORAL EN EL CLUB

Laporta recluta a políticos, socios comerciales, una prima y un compadre para su ‘guardia de corps’ en el Barça

Amigos de confianza, políticos de pura cepa, socios en negocios privados, una prima hermana y un compadre forman el equipo de confianza que el presidente del

Foto: Laporta recluta a políticos, socios comerciales, una prima y un compadre para su ‘guardia de corps’ en el Barça
Laporta recluta a políticos, socios comerciales, una prima y un compadre para su ‘guardia de corps’ en el Barça

Amigos de confianza, políticos de pura cepa, socios en negocios privados, una prima hermana y un compadre forman el equipo de confianza que el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, ha creado en el club azulgrana los últimos años. La carrera por la sucesión de Laporta está a punto de comenzar, pero las estructuras del club están blindadas por una corte de fieles que echarán el resto a favor de la candidatura oficialista, que encabezarán Xavier Sala i Martin y Alfons Godall, con la posible presencia del ex vicepresidente Ferran Soriano.

 

Por el Barça han pasado durante sus dos mandatos un nutrido grupo de dirigentes, muchos de ellos amigos personales desde hace años de Laporta, que por diversas causas decidieron tirar la toalla. La primera crisis tuvo lugar al final de la temporada 2004-2005, y fue protagonizada por el vicepresidente Sandro Rosell, a quien secundaron Xavier Faus, Jordi Monés, Jordi Moix y Josep Maria Bartomeu. Meses después, dejaba su cargo el cuñado del presidente blaugrana, Alejandro Echeverría, tras una dura discusión sobre su pertenencia a la Fundación Francisco Franco.

 

En el verano de 2008, tras la moción de censura que Laporta salvó a duras penas (más del 60% de los socios votaron a favor de la moción, pero era necesario el 66% de los votos), ocho directivos más presentaron su dimisión: Ferran Soriano, Evarist Murtra, Marc Ingla, Toni Rovira, Xavier Cambra, Claudia Vives-Fierro, Albert Vicenç y Josep Lluís Vilaseca. El último en abandonar el barco ha sido Joan Franquesa, viejo amigo de Laporta, que en su carta de despedida firmada el pasado 11 de noviembre señalaba: “No estoy en condiciones de seguir dedicando al club el tiempo que, según mi sentido de la responsabilidad, creo que exige la condición de directivo del FC Barcelona. Los cambios en mis circunstancias personales y profesionales requieren ahora toda mi atención (...) Soy consciente de que mi renuncia puede ser utilizada y malinterpretada. Por esto, quiero reiterar que participo plenamente del modelo que se ha aplicado desde el año 2003, de aquella idea de revolución, con valores identitarios... Cuenta siempre con mi afecto, agradecimiento y la más sincera amistad”. Y acababa con una sentida frase: “Siempre nos quedará París, Roma… y la satisfacción de haber contribuido a hacer el mejor Barça de la historia”.

 

Los cambios de las circunstancias personales de Franquesa son sencillos: acaba de ser padre de mellizas y quiere dedicarse más a sus negocios y a la familia. Pero ello no obsta para que, hasta el momento haya sido uno de los puntales que Laporta tenía en la junta directiva. Franquesa, Laporta y el actual alcalde de Sant Cugat, Lluís Recoder, son compañeros de estudios y desde entonces les une una estrecha amistad, no en vano montaron juntos un despacho profesional de abogados tras acabar la carrera. Además fue Franquesa quien presentó a Laporta a Constanza Echevarría, que a la postre acabaría siendo su esposa.

 

Dos sectores bien diferenciados

 

El equipo de Laporta en el Barça consta de dos sectores bien diferenciados. Por un lado se encuentran personas muy comprometidas políticamente. Su principal apoyo ha sido el catedrático Xavier Sala i Martin, su delfín in péctore. Sala era el presidente de la comisión económica y tuvo manos libres para hacer y deshacer. Vinculado a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), en abril de este año fue avalado por el propio presidente del club para entrar en la junta directiva y hace menos de un mes fue nombrado tesorero del Barça.

 

La conexión política incluye también al recientemente dimitido Joan Franquesa, que fue teniente de alcalde (por CiU) en Sant Cugat durante los años 90 y Jacint Borràs, miembro del consejo nacional de Convergència. La ex concejala convergente Magda Oranich también fue nombrada miembro de la junta en abril de este año, junto a Sala i Martin. Jaume Ferrer, otro miembro de la junta, tiene vinculaciones con el partido nacionalista, especialmente a través de los hijos de Jordi Pujol, con quienes comparte negocios. Pero el asalto definitivo a la estructura se produjo con el nombramiento de Joan Oliver como director general. Oliver fue quien ordenó en marzo pasado el espionaje a cuatro vicepresidentes, y con anterioridad, ya había sido delegado del Barça para Estados Unidos. Tras él llegó a la entidad Vicent Sanchís en calidad de director de Barça TV, tras abandonar la dirección del diario Avui, de marcada tendencia convergente.

 

Sala, Oliver y Sanchís son miembros de la Fundació Catalunya Oberta, un think tank de Convergència donde se asienta el sector soberanista de esta formación. Y fue precisamente esta entidad la que hace pocos días invitó a Laporta a dar una conferencia. El introductor del presidente culé fue Marc Prenafeta, hijo del entonces encarcelado Lluís Prenafeta, que también es miembro de la Fundación. Y Laporta no tuvo reparos en decir claramente que las detenciones de Macià Alavedra y Prenafeta, implicados por Baltasar Garzón en la operación Pretoria, eran humillantes para Cataluña.

 

Ante una audiencia en la que no faltaban Sala i Martin y Joan Oliver, aseguró que participaba en el acto “para dar apoyo a las familias de unas personas, unos catalanes, unos barcelonistas, que están sufriendo como consecuencia de una decisión judicial”. Mandó ánimos a los dos políticos detenidos y subrayó en un par de ocasiones que “como catalán, pienso que esta decisión ha sido una humillación también para el país”.

 

Pero no son los únicos directivos con vinculaciones políticas: el director de seguridad, Xavier Martorell, había dirigido los Mossos d’Esquadra en tiempos del Gobierno de Jordi Pujol, mientras que el responsable de Relaciones Institucionales y Protocolo, Ramon Pujol, había sido con anterioridad jefe de protocolo de Bienestar Social cuando la consejería estaba ocupada por Antoni Comas, en tiempos de CiU. Y más: Ramon Roger, el arquitecto que participó en el proyecto de remodelación del Miniestadi (y que no acaba de cuajar por el rechazo de los vecinos), fue subdirector general de Planeamiento de la Dirección General de Urbanismo (alto cargo del departamento de Política Territorial y Obras Públicas) desde 1988 hasta su cese, en el año 2002. También participa en el proyecto del parque temático que el club quiere construir en la localidad próxima de Viladecans. Otro convergente de pro, el ex consejero de Justicia Agustí Bassols, presidente de la Fundació Sobirania i Justícia pasó de la Comisión de Disciplina a Defensor de los Socios y las Socias el pasado mes de abril.

 

El círculo personal

 

Por otro lado, están las personas que forman parte del círculo personal de Laporta. La salida del grupo de directivos en el año 2008 tras la moción de censura fue aprovechada para culminar el control absoluto de las estructuras de poder bajo la excusa de dar un nuevo impulso a su gestión. El primer cambio sonado fue el de la directora general Anna Xicoy, en septiembre del año pasado, tras negarse a firmar unos documentos después de que Laporta iniciase negocios en Uzbekistán. Xicoy era una persona de la confianza de Ferran Soriano.

 

En este sentido, cabe destacar el nombramiento de su prima, Marta Segú Estruch, como directora de la Fundación del FC Barcelona. El padre de ésta participa en la empresa Hakerson Internacional, una de las promotoras de la urbanización de varias hectáreas en lo que es la última zona agrícola de la vecina Hospitalet de Llobregat. Se trata de una operación en la que son socios el propio Laporta, su compañero de despacho, Xavier Arbós, la esposa del alcalde de Sant Cugat, Anna Maria Lloveras, su tío Joaquín Segú, el abogado del Barça Pedro Luis Mellado y dos vicepresidentes culés: Joan Franquesa y Alfons Godall. Los intereses del club entroncan, así, con los negocios privados del presidente.

 

Segú llegó a la Fundación en el 2006 como directora de proyectos internacionales. El nombramiento de su prima, sin embargo, le trajo muchos dolores de cabeza, ya que para hacerle sitio tuvo que despedir al anterior director, Albert Pujol, un veterano empleado del club que estuvo 16 años al frente del Museo del Barça. Hubo querellas cruzadas entre Laporta y Pujol, que acusó al primero de utilizar el club para su promoción personal. Incluso elaboró un dossier donde afirmaba que el número de empleados del club pasó de 160 a 360 con Laporta en la presidencia y que lo único que había hecho el directivo azulgrana era convertir en Barça en “un clan de amiguetes” y de colocar en el mismo a un “escuadrón de fieles al régimen”. Algunas de las declaraciones de Pujol provocaron una querella de Laporta por injurias, denuncia que no fue admitida por los juzgados.

 

Otro de los fieles que llegaron al club en los últimos años es Lander Unzueta, responsable del área Comercial, Marketing y Media, amigo personal de Laporta. También aplicó cambios en el área de recursos humanos, donde puso a Joan Centelles. Éste es padrino de uno de los hijos del presidente y viceversa. El vicepresidente Joan Boix, uno de los espiados hace pocos meses, es también uno de los incondicionales del presidente culé. En su domicilio del céntrico Paseo de Gracia de Barcelona se celebran habitualmente muchas reuniones de la cúpula del Barça.

 

Mención aparte merece un nutrido grupo de abogados que se incorporó al club en puestos relevantes. Joan Franquesa, Magda Oranich, Josep Cubells y Maria Elena Fort son los actuales miembros de la junta que provienen del mundo del derecho. La Comisión de Disciplina también está integrada por amigos y representantes de los principales bufetes: encabezada por Cubells, cuenta entre sus miembros con Sebastià Roca, del bufete Roca i Junyent, y con Josep Ensesa, del despacho Garrigues. En algunos círculos, la estructura montada por el presidente del Barça es denominada “nepotismo ilustrado”, en alusión al alto nivel cultural de sus integrantes pero también al amiguismo que ha predominado en todos los nombramientos.

 

Amigos de confianza, políticos de pura cepa, socios en negocios privados, una prima hermana y un compadre forman el equipo de confianza que el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, ha creado en el club azulgrana los últimos años. La carrera por la sucesión de Laporta está a punto de comenzar, pero las estructuras del club están blindadas por una corte de fieles que echarán el resto a favor de la candidatura oficialista, que encabezarán Xavier Sala i Martin y Alfons Godall, con la posible presencia del ex vicepresidente Ferran Soriano.

Joan Laporta