El Rey irrita al Gobierno al romper su neutralidad en favor de la fundación del PP que preside Aznar

"El Rey y la Casa Real cometen una gran torpeza. O les han metido un gol o, peor aún, se lo han dejado meter". Así describía ayer un destacado dirigente socialista el malestar provocado en las filas del Gobierno y el PSOE por la decisión de La Zarzuela de aceptar el Premio FAES de la Libertad, que Don Juan Carlos recibirá a mediodía de hoy en Madrid de manos de José María Aznar, presidente de la fundación del PP, en un acto al que asistirá la plana mayor del partido.

Los socialistas justifican su enfado con el argumento de que "el Rey no puede violar el principio de neutralidad de la Corona, que está recogido en la Constitución. Y no puede escudarse en que el premio se lo entrega un ex presidente del Gobierno que ha dejado la política activa, porque FAES es una fundación del PP en cuyo patronato están los principales dirigentes del partido".

La vicepresidenta de FAES es la secretaria general y número dos del PP, María Dolores de Cospedal, y entre sus vocales figuran el propio presidente del partido, Mariano Rajoy; la portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría; el vicesecretario territorial, Javier Arenas; la vicesecretaria de Organización, Ana Mato, o el coordinador de Presidencia y responsable de Relaciones Internacionales, Jorge Moragas. 

"Es intolerable que el PP quiera instrumentalizar la Corona y utilizar la imagen del Rey en su propio beneficio. Si a la Fundación Ideas [el think tank del PSOE, que preside José Luis Rodríguez Zapatero] se le ocurriese hacer algo parecido, seguro que nos crucificaban", añade otra fuente socialista. "El Rey ha recibido muchísimas distinciones a lo largo de su carrera, tanto en España como en el extranjero, pero jamás ha aceptado ninguna de un partido político".

"Impulsor de la Transición"  

Rajoy y Cospedal encabezarán la nutrida representación de la cúpula del PP en el solemne acto de entrega del galardón, que se celebrará en el Teatro del Canal de la Comunidad de Madrid. Fuentes de Génova confirmaron anoche a El Confidencial que Rajoy tiene previsto acudir a la ceremonia, si bien su asistencia dependerá del desarrollo del debate sobre el proyecto de Ley de Economía Sostenible, que arranca a las nueve de la mañana en el Congreso.

La primera edición del Premio FAES de la Libertad, que tendrá carácter anual, pretende reconocer el papel del Rey como "impulsor de la Transición" y destacar su "trayectoria en la promoción y defensa de la democracia y la libertad". La concesión del galardón -que consiste en una escultura de la artista Blanca Muñoz- le fue comunicada personalmente al monarca por Aznar el pasado mes de junio, después de que el Patronato de FAES -que encabeza el propio ex presidente del Gobierno- acordase crear el premio coincidiendo con el 20º aniversario de la fundación, el laboratorio de ideas del PP.

Las fuentes socialistas consultadas recuerdan que Aznar ya se sirvió de la figura del Rey para convertir "una ceremonia estrictamente privada en un acto de Estado", en alusión a la boda de su hija Ana Aznar Botella con Alejandro Agag, celebrada en 2002 en la basílica de El Escorial, a la que fueron invitados Don Juan Carlos y Doña Sofía. Según esas fuentes, el ex presidente del Gobierno "peca de cínico" por entregar el galardón al monarca: "Todo el mundo sabe que nunca mantuvieron buenas relaciones, y que el Rey no sentía precisamente una gran simpatía por Aznar".

Fuentes de La Moncloa aseguraron anoche a El Confidencial que ni Zapatero ni la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, han sido invitados al acto de entrega del Premio FAES de la Libertad. Ningún otro miembro del Ejecutivo o de la dirección del PSOE acudirá a la ceremonia, que contará con más de 500 invitados.

El PP montó en cólera el pasado año cuando el Rey, quebrando el principio de neutralidad que ahora invoca el PSOE, elogió la figura de Zapatero, a quien definió como "un hombre muy honesto" que "sabe muy bien por qué hace las cosas". Los populares no dudaron en calificar de "desafortunadas" e "imprudentes" esas declaraciones porque, según argumentaron entonces, "el Rey tiene la obligación de ser neutral".