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Gallardón se queda solo en la defensa de Cobo y nadie aplaude su intervención
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EL VICEALCALDE DECLARA HOY ANTE EL COMITÉ DISCIPLINARIO

Gallardón se queda solo en la defensa de Cobo y nadie aplaude su intervención

Mariano Rajoy quiso dar respuesta ayer a la duda que corroe al PP desde la derrota electoral de 2008: “Si algunos se preguntan cuándo será la

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Gallardón se queda solo en la defensa de Cobo y nadie aplaude su intervención

Mariano Rajoy quiso dar respuesta ayer a la duda que corroe al PP desde la derrota electoral de 2008: “Si algunos se preguntan cuándo será la próxima, yo le respondo con toda claridad: no habrá próxima”. Mientras el presidente popular trataba de reafirmar su liderazgo con un discurso severo, Manuel Cobo, protagonista de una de las últimas andanadas díscolas, esperaba su turno flanqueado por Alberto Ruiz-Gallardón. Enfrente no tenía a Esperanza Aguirre, que optó por lanzar mensajes a la prensa desde Leganés, sino a Juan José Güemes, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid.

Tras la intervención de Rajoy, Cobo fue el quinto en tomar la palabra. Y, pese a la reprimenda del líder, no rectificó. Mantuvo sus ásperas críticas a la presidenta madrileña, y se negó a disculparse por el contenido de la entrevista que cayó como una bomba sobre el partido. A continuación, Gallardón salió en defensa de su vicealcalde, poniendo la mano en el fuego por su lealtad. Fue el único de los 26 miembros de la dirección que lo hizo abiertamente, aunque otros como José Manuel Soria o Rita Barberá le dieron un respiro al dirigir algunas críticas contra la decisión de Aguirre de no presentarse en el cónclave.

Pero el encanto del alcalde de la capital no fue suficiente ayer para seducir a sus compañeros de partido, que no aplaudieron su intervención. La sensación mayoritaria en el Comité Ejecutivo es que Gallardón y su número dos habían ido demasiado lejos con su ataque público a Aguirre. Güemes, en un tono moderado, exigió a Cobo que pidiera perdón, y recordó que su presidenta había sabido disculparse cuando sus palabras han sido perjudiciales para la imagen del PP.

El ex ministro Miguel Arias Cañete y la alcaldesa Barberá se unieron a los reproches del consejero madrileño sobre el comportamiento de Cobo. Finalmente, el vicealcalde, que llegó a decir que había temido por su familia cuando supuestamente fue objeto de espionaje, se disculpó por el efecto que sus declaraciones han tenido sobre el partido. Es decir, aceptó un defecto en las formas, pero no en el contenido, y puso sus cargos a disposición de la dirección del PP.

Cobo declara este miércoles ante el Comité de Derechos y Garantías, que, previsiblemente, le suspenderá de militancia tras escuchar sus alegaciones. Pese a que Rajoy no desea hacer ninguna concesión ante Aguirre, que ayer acusó a Génova de equiparar al agresor y a la víctima, la sanción al vicealcalde es la única opción posible tras su discurso de ayer. “Es inadmisible hacer declaraciones públicas sobre asuntos que son internos del partido. Es todavía más inadmisible si eso va acompañado de una crítica a otros dirigentes, sean quienes sean”, expresó ayer el presidente del PP.

Rajoy avisa que supervisará las listas electorales

Sin embargo, Rajoy no quiso criticar a Cobo sin azotar también a Aguirre. “Es inadmisible que se fuerce a cargos del partido para que firmen documentos exigiendo lo que sea, al Comité Nacional de Derechos y Garantías o a la propia dirección nacional, a la que luego llegan las quejas”, advirtió en referencia al manifiesto refrendado por los alcaldes de la Comunidad de Madrid a favor de Aguirre.

Tal vez, Rajoy pensaba también en la presidenta madrileña cuando ironizó sobre aquellos que no siempre le desean lo mejor en sus desafíos electorales: “Estoy seguro de que todos los cargos públicos de este partido se alegraron con estos resultados en públicos… y en privado”, señaló tras recordar la victoria en los comicios gallegos y al Parlamento Europeo.

De este modo, no resolvió qué pecado considera más grave, si el cometido por Cobo o por Aguirre, ya que a ambos los tachó de “inadmisibles”. Aunque ofreció la misma receta: “Si tengo que actuar con contundencia, lo haré”, aseguró, tras amenazar con eliminar de las listas electorales a quien no respete su autoridad. El vicealcalde tuvo que asentir en Génova, pero la presidenta estaba en Leganés.

Mariano Rajoy quiso dar respuesta ayer a la duda que corroe al PP desde la derrota electoral de 2008: “Si algunos se preguntan cuándo será la próxima, yo le respondo con toda claridad: no habrá próxima”. Mientras el presidente popular trataba de reafirmar su liderazgo con un discurso severo, Manuel Cobo, protagonista de una de las últimas andanadas díscolas, esperaba su turno flanqueado por Alberto Ruiz-Gallardón. Enfrente no tenía a Esperanza Aguirre, que optó por lanzar mensajes a la prensa desde Leganés, sino a Juan José Güemes, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid.

Mariano Rajoy Manuel Cobo Alberto Ruiz-Gallardón