Rato pide a Aguirre su voto y ésta se lo niega a la espera de una sanción contra Cobo

La batalla por el control de Caja Madrid vivió ayer una nueva escalada de tensión. Rodrigo Rato, convencido de la fuerza que ha adquirido su candidatura, llamó a Esperanza Aguirre para pedirle su voto favorable, pero la presidenta madrileña se negó a negociar hasta que Manuel Cobo sea sancionado por la dirección del PP. Aguirre continúa muy dolida por la falta de respuesta de Génova a las críticas del número dos de Alberto Ruiz-Gallardón, y le reiteró a Rato que "no tiene nada de qué hablar mientras no se tomen medidas contra Cobo”.

Con su llamada a la presidenta madrileña, el ex director gerente del FMI trató de doblegar personalmente la última resistencia para ser elegido presidente de la cuarta entidad financiera de España. Exhibió el respaldo de Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero a su candidatura, y recordó que en los círculos financieros de la capital ya se da por hecho su nombramiento. Pero ni estos argumentos, ni la autoridad que se le supone al ex vicepresidente económico del Gobierno fueron suficientes para que Aguirre diera su brazo a torcer.

La presidenta de la Comunidad insistió en que primero se ha de satisfacer su reclamación de que Cobo sea castigado según los estatutos del PP. Es decir, que sea suspendido de militancia e inhabilitado para ejercer cargos de representación pública. Y es que, en la Puerta del Sol no se perdona que Rajoy todavía no haya desautorizado públicamente  al vicealcalde, una actitud que se interpreta como un desprecio a Aguirre. Pero el líder popular se mantuvo un día más en silencio, impidiendo cualquier avance en la resolución del conflicto de Caja Madrid y de la crisis interna que fractura al PP.     

Además, según las fuentes financieras consultadas, Rato parece olvidar que no basta con que Aguirre apoye su candidatura. El ex director del FMI necesitaría 11 votos favorables de los 21 que componen el Consejo de la Caja, una mayoría que ya se ha asegurado Ignacio González gracias a sus pactos con el PSM, IU y los sindicatos. El desembarco de Rato en lugar de la mano derecha de Aguirre significaría romper un acuerdo bien trabado entre sectores muy diferentes, y tratar de confeccionar otro en un clima de enfrentamiento. Por otra parte, las citadas fuentes dudan de que el apoyo público de Zapatero a Rato sea algo más que unas palabras de compromiso a la espera de los acontecimientos.

Génova ‘llama a declarar’ a Cobo

La presión de Aguirre y su rechazo a negociar hasta que Cobo sea sancionado comenzaron a dar sus frutos anoche. El presidente del Comité Nacional de Derechos y Garantías, Alfonso Fernández Mañueco, anunció a través de un comunicado que citará al número dos de Gallardón para que comparezca “a fin de que pueda alegar lo que a su derecho convenga”. De este modo, Génova acepta tramitar la solicitud de los populares madrileños, que estarán representados en el proceso por Cristina Cifuentes, presidenta del órgano disciplinario regional.

Lo cierto es que el PP ha tardado 72 horas en poner en marcha el mecanismo contra Cobo, y lo ha hecho al final de una jornada de rebelión entre los populares madrileños. Hasta13 concejales del Ayuntamiento de la capital, y 92 alcaldes de la Comunidad se manifestaron en contra de la mano derecha de Gallardón. La continuidad de Cobo se llegó a someter a votación en el seno del grupo popular en el consistorio madrileño. El vicealcalde se salvó por 6 votos, 19 contra 13, pero su figura quedó en entredicho. En su rescate tuvo que acudir la teniente de alcalde Ana Botella.

Las voces en el interior del partido para que se imponga una sanción no dejan de crecer. El 94,5% de los alcaldes del PP en la Comunidad de Madrid han firmado el manifestó de apoyo a Aguirre, y ya comienzan a oírse las voces de otros barones. El martes, la líder popular en Cataluña, Alicia Sánchez Camacho, reclamó medidas contra Cobo y, ayer, el presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel, expresó que Rajoy “tiene que llamar al orden a todos aquellos que sacan los pies del tiesto”. Ahora, está por ver si Génova se atreve a sacrificar al número dos de Gallardón para allanar el camino de Rato a Caja Madrid, y si ésa decisión detiene el enfrentamiento en el PP madrileño.