Jugada de estrategia de Laporta para ‘romper’ la junta del Barça e imponer a su sucesor

El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, fue el instigador de la reaparición del vicepresidente Alfons Godall como nuevo presidenciable, según manifestaron fuentes internas a El Confidencial. Godall había asegurado, a principios de año, que pensaba retirarse en el 2010 y que no quería estar en la próxima junta del Barça aunque se lo propusieran. Esta fue una de las razones para que el director general del club, Joan Oliver, no encargase un informe sobre él a la agencia Método 3: fue el único vicepresidente al que no se le hizo seguimiento alguno porque no era una figura sensible a proteger. Sobre los otros cuatro vicepresidentes (Jaume Ferrer, Rafael Yuste, Joan Franquesa y Joan Boix) se hicieron sendos informes.

 

El candidato de Laporta, no es ningún secreto, es el economista Xavier Sala i Martin, apodado El Micolor por los llamativos colores de sus americanas, preferencias que él mismo se encarga de airear y que el presidente culé ya ha hecho saber a su círculo. Sala asegura que “la mayoría de la junta está de mi parte”, critica a quienes le juzgan por sus americanas y afirma que tanto la directiva como los socios le votarán por su inteligencia, no por su indumentaria.

 

Paro no las tiene todas consigo, ya que en realidad no cuenta con el beneplácito de la mayoría de la junta, que ha fijado sus ojos en el vicepresidente de marketing, Jaume Ferrer. Según fuentes cercanas a la operación, Laporta pidió a Godall -amigo y socio suyo- que recapacitase y que no se retire, a lo que su socio y amigo puso reparos. Sin embargo, algunos gestos de las últimas semanas dejan el camino abierto para que retome la carrera hacia la presidencia.

 

El motivo, según argumentan las fuentes citadas, es “dinamitar” la junta y romper la mayoría que se opone a que Xavier Sala i Martin sea el candidato oficial. “De todos modos, eso es difícil -señala otra fuente-, porque en la actualidad Sala cuenta con sólo dos o tres votos a su favor y 14 o 15 en contra, mientras que si irrumpe Alfons Godall, el equilibrio puede quedar en una horquilla que va de los seis o siete que obtendría éste a los 11 o 12 en su contra. La estrategia, pues, no valdrá de mucho, aunque sí es cierto que debilita la oposición interna de la propia junta”.

 

Otra fuente del club señala que “Con Godall de cabeza de lista, la cosa es diferente y los equilibrios podrían cambiar, quedando Ferrer muy debilitado. En ese caso, Godall lucharía hasta el último momento, en que podría integrarse en una candidatura que dejase el camino expedito a Sala para suceder a Laporta”.

 

La maquinaria del FC Barcelona, pues, está a máxima potencia. Fuentes cercanas al sector oficialista señalaron a este diario que es pronto todavía para pensar en un candidato, ya que las elecciones son a principios del verano próximo. Pero con un presidenciable in péctore como Sandro Rosell, que tiene buena imagen y que puede ganar de calle las elecciones a la junta oficialista, las luchas internas pueden dejar malherida la apuesta de Joan Laporta. La coyuntura la ilustra perfectamente un comentario realizado hace escasos días por un alto cargo del club, que señalaba a sus interlocutores: “Ya nos hemos cargado a Jaume Ferrer y ahora vamos a preparar a Sala i Martin”. Pero no todo es tan fácil, porque la venta del economista a las fuerzas vivas -en el sentido de la imagen que proyecta y de su idoneidad para el cargo- está siendo más difícil de lo previsto.