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La historia jamás contada de Método 3, la empresa que espió a Nacho González y a los directivos del Barça
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LUCES Y SOMBRAS DE UNA AGENCIA ‘FAMILIAR’ DE DETECTIVES

La historia jamás contada de Método 3, la empresa que espió a Nacho González y a los directivos del Barça

Éxitos y fracasos. Cara y cruz. Ying y Yang. Así es la historia de Método 3, la agencia de detectives que durante los últimos años no

Foto: La historia jamás contada de Método 3, la empresa que espió a Nacho González y a los directivos del Barça
La historia jamás contada de Método 3, la empresa que espió a Nacho González y a los directivos del Barça

Éxitos y fracasos. Cara y cruz. Ying y Yang. Así es la historia de Método 3, la agencia de detectives que durante los últimos años no ha dejado de salir en la prensa con más o menos fortuna. Sus últimas actuaciones son el espionaje a Ignacio González, vicepresidente de la Comunidad de Madrid, a quien siguió hasta Colombia, y la elaboración de informes sobre cuatro vicepresidentes del FC Barcelona por orden del director general del club, Joan Oliver.

 

En realidad, los informes sobre los directivos culés (Jaume Ferrer, Rafael Yuste, Joan Franquesa y Joan Boix) eran meros refritos de la información que aparece en las bases de datos. “Cualquiera que se dedica a la información sabe que un informe así se hace con unos parámetros determinados. Lo que ha trascendido de esta investigación no es lo que se dice en los círculos de los investigadores”, declaró a El Confidencial un destacado detective de la Ciudad Condal.

 

Lo cierto es que esta “auditoría de seguridad”, como la calificó el director general culé, puso de nuevo en el disparadero el nombre de Método 3, un despacho que ha basado en una extraña campaña de marketing sus trabajos de los últimos años. Las apariciones en los medios de comunicación de su director, Francisco Marco Fernández, no han dejado a casi nadie indiferente. Su implicación en los casos que ha investigado le llevó, incluso, a escribir un libro sobre Intervida, defendiendo el honor de los antiguos administradores, que le habían contratado para hacer frente a la intervención judicial de la ONG.

 

De casta le viene al galgo: su madre, Marita Fernández Lado, fundadora de la agencia, vivía también con intensidad los casos en los que trabajaba. O su padre, Francisco Marco Puyuelo, un abogado que durante años fue expulsado del Colegio por un expediente disciplinario y que se atrevió a sacar de un atolladero al ex juez Lluís Pascual Estevill cuando éste estaba ya apestado para la sociedad que le adoraba meses antes: se presentó ante el juez para decir que el personaje que habló con el jefe del dispositivo oficial que debía intervenir cuando se quemaban pruebas de unos de los mayores fraudes del IVA era él y no Estevill. Las comunicaciones policiales de aquella noche, que deberían haber quedado registradas en los libros de parte de la Policía, desaparecieron.

 

Anécdotas aparte, en los últimos años, algunos de los asuntos en los que ha intervenido fueron más tarde filtrados convenientemente a la prensa con mayor o menor fortuna. La historia negra de Método 3 empieza en noviembre del año 1995, cuando una soleada mañana la policía se presentó en sus oficinas de la calle Rosselló y procedió al registro y a la detención de los principales directivos de la agencia por un supuesto caso de escuchas telefónicas. El embrollo había comenzado cuando un juez autorizó a la Policía a utilizar a un falso empresario como cebo para pedir la intervención ilegal de un teléfono de la competencia, un supuesto ex empleado desleal.

 

Marita Fernández aceptó y el escándalo estuvo servido: ocho detenidos, tres de ellos empleados de Telefónica y el resto pertenecientes al despacho de investigadores privados, fueron carnaza de la prensa, hasta que un par de años después fueron absueltos. Método 3 quiso sacar tajada de la prensa y denunció a algunos medios de comunicación por atentado contra el honor, al haber difundido que habían sido detenidos por pinchar teléfonos. Tanto el juzgado de primera instancia como posteriormente la Audiencia y el Tribunal Supremo desestimaron las demandas condenando a la agencia a pagar las costas.

 

No mucho tiempo después, la agencia volvió a ser noticia al crear “la primera división de hackers blancos” del panorama detectivesco español. “Los hackers son hackers. Punto. Es una perogrullada decir que hay hackers blancos”, señaló a El Confidencial uno de los más activos piratas informáticos que en aquel momento trabajaba por libre y que hoy forma parte de la cúpula de una multinacional. De todos modos, con las nuevas tecnologías como valor emergente, fue positivo para sus intereses el golpe de efecto.

 

La autopropaganda de Método 3 dice que es la agencia número uno de España, con 1.200 casos al año cerrados y con una estructura empresarial semejante a un pequeño holding industrial que la familia encabezada por Francisco Marco Puyuelo y María Fernández Lado manejan desde su patrimonial Marítimo 15.

 

Marita (así es conocida popularmente la propietaria) es una gallega nacida en una aldea de la Costa da Morte perteneciente a Mazaricos que vivió 10 años en Argentina y que lleva afincada en Barcelona desde finales de los 60. Casada con el abogado Francisco Marco, durante la transición conoció de cerca los círculos políticos del entorno de López Rodó. Marita sintió la llamada de la investigación y entró a trabajar como secretaria en una de las entonces principales agencias de detectives de Barcelona: HAS, de Hugo Sanmartín, una verdadera universidad detectivesca por donde pasaron profesionales que luego alzaron vuelo por sí mismos y se hicieron un nombre en el difícil mundo de los huelebraguetas. Allí vio el potencial que suponía la investigación y en 1985 montó su propia agencia, Método 3.

 

Era una época en la que frecuentaba los sitios de moda. Un local que montó en la calle Tuset le proporcionó la munición que le faltaba. Alrededor, tenía algunos templos de la gauche divine, lo que sirvió a la intrépida detective para despegar, cuando en Barcelona pululaban sólo un par de detectives mujeres con cara y ojos: Mercedes Romera y una actual magistrada que oficia en Barcelona. Compañías de seguros, farmacéuticas, grandes empresas... pasaron a ser sus clientes, en contraposición de los asuntos de faldas que habían ocupado hasta entonces un lugar destacado en las agendas de los investigadores privados.

 

Una investigación errónea

 

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El siglo XXI fue aún más pródigo en casos. Los últimos años, el nombre del despacho ha estado vinculado a algunos de los escándalos más sonados y, en ocasiones, los resultados de sus investigaciones se han vehiculado a través de uno de los diarios más potentes de España, El Mundo. Una de las investigaciones elaboradas para éste fue sobre el diputado de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) Joan Puig, que había asaltado la piscina de la casa de Pedro J. Ramírez en las Baleares.

 

El informe sobre Puig fue literalmente volcado en las páginas del rotativo, pero contenía falsedades de todo tipo. Acusaba al excéntrico diputado de haber recalificado unos terrenos de su pueblo, Blanes, en beneficio de una empresa propia y le acusaba de haber permitido a su cuñado dañar una iglesia del siglo XI para montar un restaurante. Nada más lejos de la verdad. Puig no recalificó nada. Los terrenos donde se ubicaba una nave de su empresa habían sido convertidos en zona industrial en 1981 (él era concejal desde 1995) y en una nueva recalificación de la zona quedó fuera de las modificaciones.

 

Tampoco le dio la alcaldía a los socialistas en Blanes en 1999 para cometer sus tropelías, porque ayudó a que Convergència i Unió (CiU) se alzase con el poder municipal. Y de su familiar, pues tampoco tenía nada que ver con el asunto del restaurante. El propio secretario del ayuntamiento emitió con posterioridad un informe de cuatro páginas desmintiendo punto por punto todas y cada una de las afirmaciones vertidas en el informe realizado por Método 3. Fue, en definitiva, un informe confeccionado “a medida”.

 

Mejor suerte tuvo en la investigación del dinero que Juan Antonio Roca había evadido de Marbella. La agencia siguió las pistas del mismo hasta localizarlo en el paraíso fiscal de la Isla de Man, adonde llegó a través de las empresas Pelbo Limited y Fortis Intertrust. En el caso Malaya también metió las narices y elaboró el Informe Embajador, que detallaba operaciones inmobiliarias realizadas en la República Dominicana por valor de miles de millones de euros de los implicados en el saqueo de Marbella. “He trabajado en varias ocasiones con esta agencia y tiene unos contactos internacionales como nadie. Siempre nos ha hecho los trabajos de emanera impecable. Es de las primeras de España para investigar temas complicados”, señaló a este diario una persona que le contrató.

 

Otro caso de renombre fue el de Forum Filatélico, donde investigó las relaciones de Carlos Llorca -también implicado en la Operación Malaya por sobornar a concejales marbellíes-, huido de la justicia y que se sospecha que es uno de los más importantes cerebros del blanqueo de dinero en España en las últimas décadas. Las pesquisas de Método 3 llegaron hasta un tapado de Llorca, Philip Mark Croshaw, investigado en varios países por estafa, fraude y lavado de dinero negro.

 

Paesa, el espía que ‘resucitó’

 

Uno de sus éxitos más sonados fue la investigación sobre el desaparecido espía Francisco Paesa, encubridor del prófugo Luis Roldán que llegó a publicar una esquela con su fallecimiento y al que finalmente Método 3 encontró en París. En este caso, la agencia fue contratada por la revista Interviu -el director de la cual, en aquel momento Manuel Cerdán, era amigo de Francisco Marco Fernández-.

 

El director de la agencia, Francisco Marco Fernández, fue también el autor del libro Objetivo Intervida: el complot contra la ONG, escrito al alimón con el periodista Javier Chicote. La agencia había investigado el tema y el detective defendió a capa y espada a Rafael Puertas, máximo implicado, cofundador y presidente de la entidad, desmontando las acusaciones de un agujero de 200 millones de euros.

 

El caso más controvertido, sin embargo, fue el de la búsqueda de la niña Madeleine McCann, desaparecida en la primavera del 2007 en Portugal. Cuando la agencia fue contratada por los padres de la pequeña británica, la propaganda vino sola y Francisco Marco aprovechó el momento para aparecer insistentemente en diarios y programas donde daba a veces detalles sobre la marcha de las pesquisas. Ello le valió muchos reproches dentro de la profesión -incluso diferencias entre los profesionales del propio despacho-, ya que algunas de las afirmaciones del detective no se podían comprender si no era desde una óptica de autobombo gratuito y de publicidad engañosa. “Con afirmaciones como las que realizó públicamente destruyó una buena parte de la credibilidad que tenía”, afirma un importante detective barcelonés.

 

El nombre de Método 3 aparece también unido a otro escándalo: las heridas que recibió Javier Vilaró, jefe de la Guardia Urbana de Barcelona, en los incidentes ocurridos a finales de junio del año pasado durante la celebración de la Copa de Europa de la selección española. Vilaró fue herido con una pelota de goma de los Mossos d’Esquadra en la noche de autos. Método 3 realizó un informe sobre los sucesos, en el que se adjuntaban incluso los partes médicos del hospital donde fue ingresado, que más tarde utilizó el portavoz del PP en el Ayuntamiento, Alberto Fernández Díaz. Algunas de las conclusiones del informe eran claramente intencionadas y no se sustentaban en ninguna base real. Fue otro informe a medida elaborado por Método 3

 

Otra de las últimas incursiones de la agencia fue en el mundo de las avellanas: La consejería de Agricultura de la Generalitat, que dirige el socialista Joaquim Llena le encargó en el año 2006 un informe titulado Estudio socioeconómico de explotaciones de avellanas por el que cobró 30.000 euros. Este informe está incluido dentro del grupo de “sospechosos” que el sindicato Manos Limpias llevó a la fiscalía y que deben determinar si el dinero público gastado lo ha sido con todas las de la ley.

Éxitos y fracasos. Cara y cruz. Ying y Yang. Así es la historia de Método 3, la agencia de detectives que durante los últimos años no ha dejado de salir en la prensa con más o menos fortuna. Sus últimas actuaciones son el espionaje a Ignacio González, vicepresidente de la Comunidad de Madrid, a quien siguió hasta Colombia, y la elaboración de informes sobre cuatro vicepresidentes del FC Barcelona por orden del director general del club, Joan Oliver.

Ignacio González