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Miguel Bosé rechazó la oferta de Zapatero para ser ministro de Cultura en la última crisis de Gobierno
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EL JEFE DEL EJECUTIVO ESTUVO A PUNTO DE SUPRIMIR EL MINISTERIO

Miguel Bosé rechazó la oferta de Zapatero para ser ministro de Cultura en la última crisis de Gobierno

Hubiera sido el gran golpe de efecto de la última crisis de Gobierno. Pero Miguel Bosé le dijo no a José Luis Rodríguez Zapatero. El cantante, uno de

Foto: Miguel Bosé rechazó la oferta de Zapatero para ser ministro de Cultura en la última crisis de Gobierno
Miguel Bosé rechazó la oferta de Zapatero para ser ministro de Cultura en la última crisis de Gobierno

Hubiera sido el gran golpe de efecto de la última crisis de Gobierno. Pero Miguel Bosé le dijo no a José Luis Rodríguez Zapatero. El cantante, uno de los impulsores de la plataforma de artistas que apoyó al líder socialista en la campaña electoral de 2008 -a la que algunos bautizaron como el clan de la ceja-, rechazó la oferta de aquél para dirigir el Ministerio de Cultura. Y la estatuilla de ministra fue a parar, finalmente, a las manos de Ángeles González-Sinde.

Zapatero hizo pública el pasado 7 de abril la por ahora última remodelación del Ejecutivo, profundamente contrariado porque las filtraciones a los medios de comunicación le habían reventado la sorpresa, al revelar por adelantado algunas de las caras nuevas del Consejo de Ministros. Pero en ninguna de esas quinielas figuraba el nombre de González-Sinde, porque el fichaje de la hasta entonces presidenta de la Academia de Cine fue el último que cerró Zapatero. Y no porque la cineasta y guionista se hiciera la remolona, sino porque la negativa de Bosé le obligó a buscar un recambio de última hora.

Según fuentes socialistas consultadas por El Confidencial, emisarios de Zapatero sondearon al cantante para que sustituyese al escritor César Antonio Molina al frente del Ministerio de Cultura. Bosé agradeció la oferta pero la rechazó de inmediato. Y fue entonces cuando el ex secretario de Estado de Comunicación Miguel Ángel Barroso, esposo de Carme Chacón y buen amigo de Zapatero, sugirió a éste el nombre de González-Sinde. Al fin y al cabo, si un escritor había ocupado el cargo y un cantante había estado a punto de hacerlo, ¿por qué no una directora de cine? González-Sinde no dijo de inmediato, pero tras algunos titubeos acabó aceptando. Barroso, hoy en la empresa privada, ha negado cualquier protagonismo en relación al nombramiento de González-Sinde. 

Lo que ni Bosé ni González-Sinde podían sospechar entonces es que, en realidad, el Ministerio de Cultura estuvo a punto de desaparecer. Zapatero, acuciado por la crisis económica, quería transmitir una imagen de austeridad adelgazando la estructura del Gobierno y suprimiendo varios ministerios. Y llegó a tomar la decisión de eliminar el departamento de Cultura -y el de Vivienda- del organigrama gubernamental, según las fuentes consultadas. Pero a mediados de marzo, varias semanas antes de anunciar la remodelación del Ejecutivo, acabó desechando la idea.

Otras opciones

Zapatero barajó entonces dos posibilidades: mantener tal cual el Ministerio de Cultura, reforzándolo además con las competencias del Consejo Superior de Deportes, o fundirlo en el organigrama con el Ministerio de Educación. En el primer caso, Zapatero pensó en Jaime Lissavetzky como responsable de ese departamento de Cultura y Deporte que no llegó a ver la luz; para la segunda opción su candidato era Ángel Gabilondo, que finalmente sería nombrado ministro de Educación, a secas.

Pero ninguna de esas opciones llegó a cuajar. El tiempo apremiaba, y el presidente del Gobierno ideó entonces una solución intermedia: ni suprimir el Ministerio de Cultura ni retocarlo. En lugar de eso pensó en encargar su dirección a un personaje con gran tirón mediático y de perfil marcadamente progresista. El nombre de Bosé fue uno de los primeros en surgir. El cantante se contaba entre los principales promotores de la llamada Plataforma de Apoyo a Zapatero (PAZ) que el año anterior había dado su respaldo entusiasta al líder socialista durante la campaña electoral.

De hecho, durante un multitudinario acto celebrado un mes antes de las elecciones en el Círculo de Bellas Artes de Madrid para presentar el manifiesto de apoyo a Zapatero, Bosé -junto a Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat- interpretó la canción Defender la alegría en honor del presidente del Gobierno. La actuación de Bosé, Sabina y Serrat se proyectó en vídeo durante el acto, que concluía con los tres artistas colocando su dedo índice en forma de V invertida sobre una ceja, que significa zapatero en el lenguaje de sordos.

Fuentes de Rosa Lagarrigue Management S. L., representante de Bosé y una de las principales empresas españolas de contratación artística, ni confirmaron ni desmintieron a El Confidencial la oferta de Zapatero a Bosé para ocupar el Ministerio de Cultura. Un portavoz de la compañía, tras recordar que Bosé se encontraba en La Habana para participar en el concierto por la paz promovido por el cantante colombiano Juanes y celebrado ayer en la capital cubana, se limitó a señalar que el artista "no quiere hablar de ese asunto".  

Hubiera sido el gran golpe de efecto de la última crisis de Gobierno. Pero Miguel Bosé le dijo no a José Luis Rodríguez Zapatero. El cantante, uno de los impulsores de la plataforma de artistas que apoyó al líder socialista en la campaña electoral de 2008 -a la que algunos bautizaron como el clan de la ceja-, rechazó la oferta de aquél para dirigir el Ministerio de Cultura. Y la estatuilla de ministra fue a parar, finalmente, a las manos de Ángeles González-Sinde.