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Extrema debilidad de ETA: la estructura operativa de la banda no llega a 50 personas
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EN LA DECADA DE LOS OCHENTA CONTABA CON CERCA DE 600

Extrema debilidad de ETA: la estructura operativa de la banda no llega a 50 personas

Las continuas caídas de comandos etarras que, con la eficaz colaboración francesa, se vienen produciendo cada vez con intervalos de tiempo más cortos gracias al trabajo

Foto: Extrema debilidad de ETA: la estructura operativa de la banda no llega a 50 personas
Extrema debilidad de ETA: la estructura operativa de la banda no llega a 50 personas

Las continuas caídas de comandos etarras que, con la eficaz colaboración francesa, se vienen produciendo cada vez con intervalos de tiempo más cortos gracias al trabajo del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil, han puesto a la organización terrorista en una situación límite. De acuerdo con fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por este diario, la estructura clandestina operativa de la banda apenas cuenta hoy con 50 personas. 

Una situación que contrasta poderosamente con la existente en la época más dura del terrorismo etarra, en plena década de los ochenta, cuando la banda llegó a contar con hasta 600 miembros dentro de esa “estructura operativa clandestina”, expresión clave en toda banda terrorista que se precie, en tanto en cuanto alude al número de militantes con capacidad para llevar a cabo los golpes que determina la dirección.

Las fuentes de la lucha antiterrorista califican el actual ritmo de caídas de comandos etarras de “insoportable” para la banda. ¿Significa esto que ETA está a punto de tirar la toalla? “En absoluto. Su problema no es la falta de cantera, que la tiene y de sobra, a pesar del fantasma de la cárcel que se yergue sobre todo joven que decida dar el paso, como el domingo se encargó de recordar el ministro Rubalcaba. El problema de ETA es de logística, es decir, de cómo seguir operando con una mínima capacidad para proteger a su gente”.

Las últimas detenciones -la más reciente, la de los miembros del aparato militar Asier Borrero, Itziar Plaza e Iurgi Garitagoitia, ocurrida en Pau, Francia- han supuesto un golpe muy duro para la moral de la organización y para el entorno de la izquierda abertzale que le apoya. La idea generalizada en ese entorno es que “ETA está infiltrada hasta el tuétano por los cuerpos y fuerzas de seguridad españoles, situación que convierte en titánica la labor de la nueva dirección etarra”.

Nada se sabe de esa nueva dirección. “Los nombres que han salido a la palestra son puro voluntarismo”, señalan las fuentes. “En realidad nadie sabe nada sobre cómo será la nueva cúpula dirigente, y menos aún sobre la nueva estructura. Lo que está claro es que la labor de la ejecutiva etarra deberá estar centrada en cómo organizar sobre bases de seguridad nuevas los futuros comandos y, sobre todo, cómo hacer frente a los infiltrados”. 

El relevo podría venir de Venezuela

“Nadie sabe quién va a coger las riendas de ETA tras la última caída de la cúpula”. En medios de la izquierda abertzale circula con fuerza el rumor de que será una persona que haya estado en Venezuela durante un cierto número de años, lejos de cualquier posible contaminación. A la sombra de un personaje como el presidente Chávez, el país sudamericano es desde hace tiempo uno de los refugios preferidos para los militantes huidos de la banda.

“La situación de ETA puede convertirse en terminal a corto plazo”, aseguran las fuentes. “Para evitarlo tendrían de concurrir muchas cosas: desde luego acertar con la nueva cúpula, y por encima de todo dotarse de una estructura mínimamente operativa y con alguna capacidad para proteger a sus comandos del acoso policial. Todo muy difícil. La derrota definitiva de ETA puede estar próxima. Esta vez, sí”.

Las continuas caídas de comandos etarras que, con la eficaz colaboración francesa, se vienen produciendo cada vez con intervalos de tiempo más cortos gracias al trabajo del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil, han puesto a la organización terrorista en una situación límite. De acuerdo con fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por este diario, la estructura clandestina operativa de la banda apenas cuenta hoy con 50 personas. 

Guardia Civil Terrorismo Atentado en Túnez