La inseguridad en la popular Rambla amenaza el turismo en Barcelona

Las celebraciones del FC Barcelona están pasando factura a la popular Rambla, la calle por antonomasia de la capital catalana y una de las más concurridas del mundo. La zona de Canaletes, donde arranca la Rambla, se ha convertido este último mes en el escenario de disturbios y actos vandálicos de una minoría muy ruidosa. La celebración de la Copa del Rey y la de la consecución del campeonato de la Liga se han saldado con varios cientos de miles de euros en destrozos de mobiliario urbano y limpieza (sólo los semáforos, farolas y mobiliario costaron 70.000 euros), casi 100 detenciones, un centenar de heridos y, lo que es peor, un deterioro considerable de la imagen de Barcelona.

Tanto que los hoteleros han alzados sus voces para protestar. Porque, claro, llega el verano y, con él, el turismo a Barcelona. Y se les acumulan los dolores de cabeza: en estos últimos meses, aparte de la violencia que está generando una hinchada descontrolada, los hoteleros están percibiendo un aumento de los pequeños robos y de la prostitución en esta calle de gran concurrencia turística y temen que si esto sigue así se va a notar inmediatamente en la afluencia de clientes a sus locales. Caminar por las Ramblas y ser asediado por camellos y meretrices se está convirtiendo en algo demasiado frecuente, sobre todo a altas horas de la noche.

Manuel Baena, portavoz del Gremio de Hoteles de Barcelona, manifestó a El Confidencial, que “actualmente, la situación no es alarmante, pero hay que acabar con esta mala imagen que se están dando en Las Ramblas para que no llegue a más”. Y explica que “la prostitución y los actos vandálicos han empeorado” y “a la larga, puede notarse en el momento en el que los turistas tengan que decidir si pasan sus vacaciones en Barcelona”.

Desde el Gremio de Hoteles de Barcelona se pide al Ayuntamiento de Barcelona, dirigido por el socialista Jordi Hereu, algunas medidas para reducir los problemas de la zona. Los hoteleros exigen al alcalde “más limpieza y mejor iluminación en esta calle”. Pero no todo son quejas. Desde el gremio, se elogia la labor que los Mossos d’Esquadra, que dependen de la consejería de Interior que lleva el ecosocialista Joan Saura. “La relación con los Mossos es muy fluida y tenemos una buena comunicación para que esta zona sea lo más segura posible para los visitantes”, añaden fuentes del Gremio.

La degradación de la Rambla también es un problema que preocupa al Ayuntamiento de la Ciudad Condal. Para poder controlar mejor la calle, el consistorio está estudiando la instalación de, al menos, cuatro cámaras de videovigilancia en los puntos más conflictivos de esta zona.

La instalación de estas cámaras requiere la autorización del Departamento de Interior de la Generalitat de Cataluña. La consejal de Seguridad de Barcelona, Assumpta Escarp, ya lleva unos meses trabajando para poder instalarlas.

Habrá que esperar a ver qué pasa el próximo miércoles en la final de la Copa de Europa. Si el Barça consigue su tercer título de la temporada, será inevitable que los aficionados culés visiten Canaletes para celebrarlo. Y, si las cosas no cambian mucho, lo más seguro es que se tendrán que lamentar, otra vez, incidentes violentos.

Se hunden los beneficios de los hoteles

Sin embargo, la inseguridad no es el único problema que tienen los hoteleros. Ellos, como el resto de negocios y empresas, están directamente tocados por los efectos de la crisis. El informe Hotel Intelligence Report, realizado por Jones Lang Lasalle, pone de manifiesto que el sector registrará una caída de ingresos de un 25%, lo que significará una reducción de los beneficios de entre un 40% y un 50%.

Asimismo, según la consultora, los hoteleros no empezarán a recuperarse hasta mediados del próximo año y además lo harán de forma suave, sin subidas espectaculares. No será hasta 2011 cuando la demanda aumentará, previsiblemente, un 13% en la capital catalana.