Qom, la ciudad que alumbró la revolución aún es el centro espiritual de Irán

Javier Martín Qom (Irán), 4 feb (EFE).- A escasos cien kilómetros de Teherán, en las llanuras semi-desérticas que descienden hacia el sur, se recorta la ciudad santa de Qom, capital espiritual del chiísmo y cuna del pensamiento islámico que fundamentó la revolución liderada en 1979 por el ayatolá Rujolá Jomeini.

Con apenas un millón de habitantes, la urbe que vio engendrase el alzamiento que revitalizó el islám, cambió Oriente Medio y sacudió el tablero político internacional mantiene aún hoy una importancia capital en el devenir de la República Islámica de Irán.

"Los grandes ayatolá custodian aquí el legado de Jomeini. Algunos fueron alumnos suyos, casi todos le conocieron, le apoyaron e incluso polemizaron con él", relata a Efe Yafar Mohamadi, estudiante de teología en la madrasa del Imán Jomeini, una de las más reputadas de la ciudad.

"Su importancia es aún grande. Su magisterio mantiene viva la revolución y el espíritu que llevó al ayatolá a plantear su reto" al régimen autocrático del último Sha de Persia, el pro occidental Mohamad Reza Pahlevi.

Aunque Qom es, desde hace 500 años, médula del pensamiento islámico chií, su nombre ha quedado íntimamente ligado a la prolongada figura de Jomeini.

Habitada desde hace más de cinco mil años, inició su esplendor en 1503, cuando bajo el reinado de la dinastía Safavid -que instauró el primer estado chií en Irán- se convirtió en centro de estudio y destino principal de peregrinación.

Durante los siglos siguientes, ha competido con la vecina ciudad iraquí de Nayaf por la preeminencia del pensamiento chií y ha sido origen y escenario de las diversas revueltas instigadas por los clérigos iraníes.

Jomeini llegó a Qom en 1920 para incorporarse como discípulo a la escuela del ayatolá Abdul Karin Haeri Yazdi, fundador de uno de los seminarios islámicos más influyentes de la ciudad santa.

Bajo su ala, el futuro imán escribió su obra -"Secretos al descubierto"-, en la que por primera vez advertía del "peligro que supone el secularismo llegado desde Occidente".

Pero no fue hasta 1961, ya investido ayatolá, cuando Jomeini se enfrentó de forma pública al Sha y asumió el liderazgo de los clérigos opuestos a los planes "pro occidentales" del rey persa.

Dos años después, fue arrestado tras presidir los funerales en recuerdo de un grupo de jóvenes muertos en una represión brutal del Sha contra los clérigos de Qom.

El patio de la casa en el que Jomeini fue detenido el 5 de junio de 1963 está ahora cubierto por lonas color tierra, y la calma que un día arrulló las reflexiones del ayatolá ha sido sustituida por el estruendo de las máquinas y el ajetreo de los obreros.

"La casa va ser restaurada para que pueda ser visitada. Además, en ella se va a instalar una de las oficinas del líder supremo de la revolución, Ali Jamenei, a quien el hijo del Imán regaló esta casa", explica a Efe el hayatolislam Ahmadi, encargado de la custodia del chalé de adobe.

Jomeini vivió en la casa, dividida en dos alturas, con su mujer y sus cinco hijos, entre 1944 y 1964, fecha en la que fue enviado al exilio en Irak.

"Había una parte exterior, donde recibía a los invitados, y una parte interna, ésta donde ahora disfrutamos del té, privada", donde el ayatolá estudiaba, agrega el custodio, nacido igualmente en la ciudad de Jomeini, donde conoció al ayatolá durante la infancia.

Ahmadi recuerda con claridad aquellos turbulentos días de 1963 en los que la revolución comenzó a gestarse en las calles santas de Qom.

"El Imam estuvo encarcelado en una casa en Teherán durante 10 meses y luego volvió a Qom. Aquí mismo ofreció otro discurso, en noviembre de 1964, en que cuestionó la ley de la capitulación entre Irán y EEUU", relata.

"Oficiales del Sha vinieron de noche, detuvieron al Imam y lo metieron en un coche con el motor apagado para que nadie se entrase, empujaron al coche calle abajo y se fueron directamente al aeropuerto de Teherán para enviarlo a Bursa, en Turquía. Desde allí fue expulsado a Nayaf", agrega.

En el patio en el que fue detenido por vez primera, entonces plagado de granados, Jomeini también alumbró una nueva teoría filosófica y política que revitalizó el islám, estableció los principios de República Islámica y se granjeó la oposición de otros grandes ayatolá.

Conocida como "Velayat e Fiqh", propone que los clérigos, como vicarios del Imán en la tierra, deban asumir el poder temporal para salvaguardar la sociedad islámica hasta el regreso del décimo-segundo imán o Mahdi, que se ocultó hace doce siglos.

"Hace treinta años, la voz del islám estaba apagada. Los musulmanes ni siquiera se atrevían a rezar en público en países como Marruecos. Jomeini levantó aquí, en Qom, la voz y el islám entró en una nueva dimensión", apostilla Yafar. EFE jm-msh/cr