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La buena suerte no es sólo cuestión de azar: el Gordo también se compra
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HACIENDA ADVIERTE A QUIENES VENDAN DÉCIMOS DE LOTERÍA PREMIADOS

La buena suerte no es sólo cuestión de azar: el Gordo también se compra

La mayoría de los jugadores de lotería deben conformarse cada año con la manida frase de ''lo importante es la salud''. Sin embargo, algunos nombres conocidos

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de azar: el Gordo también se compra
La buena suerte no es sólo cuestión de azar: el Gordo también se compra

La mayoría de los jugadores de lotería deben conformarse cada año con la manida frase de ''lo importante es la salud''. Sin embargo, algunos nombres conocidos pueden presumir de haber sido agraciados con premios importantes, incluso en más de una ocasión. Es el caso del presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra; el ex concejal del PP en Madrid Ángel Matanzo; el ex alcalde socialista de Seseña José Luis Martín o los implicados en el caso Malaya.

En algunas ocasiones se trata de simple fortuna, pero en otras hay sospechas de que no es una cuestión de azar. Martín fue denunciado en julio por la Fiscalía Anticorrupción por la aprobación del proyecto urbanístico de El Pocero. Entre 2002 y 2005, Martín llevó a cabo importantes transacciones económicas, que justificó ante la Fiscalía con un cupón de la ONCE premiado con 144.000 euros.

La investigación del caso Malaya destapó una red de compra de boletos premiados para el blanqueo de capitales. Según las pesquisas del juez instructor Miguel Ángel Torres, Juan Antonio Roca habría lavado 600.000 euros a través de billetes comprados con un extra del 15% para el agraciado original. El destino quiso además que José María del Nido, imputado en el caso Malaya y abogado de Julián Muñoz, se llevara 300.000 euros del Gordo de Navidad en 2006. Fue con el número 20.297, vendido en Santiponce (Sevilla).

Pero sin duda los casos más pintorescos de políticos afortunados son los de Fabra y Matanzo. Este último fue agraciado con 30 millones de pesetas en 1991, regalo de una lotera a la que le habían cerrado el local, y a quien este concejal del PP le permitió que continuara con el negocio. Tres años más tarde, Matanzo obtuvo 300.000 pesetas en el sorteo de la Lotería de Navidad en medio de una tormenta política que le llevó a ser expulsado del Partido Popular y a unirse al proyecto del empresario José María Ruiz Mateos.

Al controvertido Fabra le ha tocado la lotería en cuatro ocasiones y, como afirmó recientemente, este año buscará una quinta: ''He comprado el 27.931 y, si me toca, me sacaré la pirula y mearé en la sede de Izquierda Unida''. Fabra respondió así a un fotomontaje en el que la imagen de Fabra aparece como la del famoso calvo de los anuncios de lotería, soplando los números 27.931. La apuesta de Fabra va en serio, ya que aseguró que había comprado una serie entera de este número en la administración 199 de Madrid.

La polémica por su fortuna en los juegos de azar se relaciona con el hecho de que el presidente de la Diputación de Castellón está siendo investigado por presuntos delitos contra la Administración y fraude fiscal. En sus investigaciones, la Agencia Tributaria localizó dos ingresos extraordinarios en 2004 que correspondían a sendos premios obtenidos en menos de tres meses.  

Cuidado con los compradores de billetes

Y es que la suerte también se puede comprar, aunque no de forma legal. Los técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) alertan, ante la celebración el próximo día 22 de diciembre del Sorteo Extraordinario de Navidad, de los ''riesgos fiscales'' que pueden derivarse para aquellos ciudadanos que vendan sus billetes de lotería premiados a defraudadores que los necesiten para lavar y blanquear capitales.

Fuentes de Gestha explicaron que ciertos ingresos de difícil justificación, como los derivados de operaciones de compra-venta de inmuebles o tramas relacionadas con el narcotráfico o la prostitución pueden buscar su salida mediante la compra de billetes, ya que el premio se encuentra exento de tributación. Según los técnicos, los defraudadores ofrecen a los ganadores entre un 10% y un 20% más por su billete que el importe premiado, de manera que suponga un aliciente lo suficientemente tentador como para que el agraciado opte por desprenderse de su boleto para sacar otro pellizco.

Sin embargo, los técnicos de Hacienda avisan de que esta operación aparentemente redonda constituye una infracción tributaria y un auténtico engaño para el agraciado, ya que difícilmente podrá acreditar ante una inspección el origen de esos fondos, pudiendo terminar con una sanción que supere en más de la mitad el importe ganado. En cambio, el defraudador podrá acreditar el carácter de exento de esos fondos, sin pagar un solo euro y blanquear así un dinero negro de origen incierto.

A modo de ejemplo, desde Gestha apuntaron que un contribuyente con unos ingresos brutos anuales de 30.000 euros, que resulta agraciado con un premio de 300.000 y que, movido por su ambición, decida vender su billete a un defraudador por 350.000 euros, si Hacienda lo descubre, puede acabar pagando al Fisco más de 175.000 euros. Por el contrario, el comprador-defraudador del billete, que probablemente tributaría al 43% por la cantidad lavada, simplemente pagará el sobreprecio, y podrá en todo momento acreditar el carácter exento y lícito de esos fondos.

Por ello, Gestha recomienda a los agraciados por el sorteo que depositen los premios de elevada cuantía en una entidad financiera, de manera que sea ésta la encargada de gestionar su cobro. Asimismo, sugiere que rechacen cualquier transmisión del billete premiado por mucha seguridad que aparentemente ofrezca el comprador. Y es que puede que la buena suerte no se presente dos veces.

La mayoría de los jugadores de lotería deben conformarse cada año con la manida frase de ''lo importante es la salud''. Sin embargo, algunos nombres conocidos pueden presumir de haber sido agraciados con premios importantes, incluso en más de una ocasión. Es el caso del presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra; el ex concejal del PP en Madrid Ángel Matanzo; el ex alcalde socialista de Seseña José Luis Martín o los implicados en el caso Malaya.