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Así sucedió el accidente: Aviación Civil y Spanair reconstruyen el siniestro
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TRAGEDIA EN BARAJAS

Así sucedió el accidente: Aviación Civil y Spanair reconstruyen el siniestro

El avión se volvió ingobernable. Tras la explosión del motor izquierdo del MD-82, una cadena de errores fatales pudo desembocar en el trágico desenlace que se

Foto: Así sucedió el accidente: Aviación Civil y Spanair reconstruyen el siniestro
Así sucedió el accidente: Aviación Civil y Spanair reconstruyen el siniestro

El avión se volvió ingobernable. Tras la explosión del motor izquierdo del MD-82, una cadena de errores fatales pudo desembocar en el trágico desenlace que se ha cobrado la vida de 153 personas. Posiblemente, aunque todo dato se maneja de momento con suma cautela, varios desperfectos en el timón o en el motor derecho ocurridos tras la explosión del motor izquierdo pudieron bloquear el aparato y ser la causa del siniestro, según han explicado a EFE fuentes de Aviación Civil. A la espera del análisis de las cajas negras, una de ellas bastante dañada, se descarta la hipótesis del error humano y se resta importancia al primer fallo que obligó al comandante Antonio Luna a posponer el despegue.

Terminal 4 de Barajas, 13.05 de la tarde. A esa hora el avión de Spanair con destino a Gran Canaria debería haber abandonado la capital de España. Una anomalía técnica obliga a su comandante a dar marcha atrás. “Antes de iniciar la carrera de despegue, retornó a la puerta de embarque e informó de un problema a través del libro de bitácora”, explicaba ayer Javier Mendoza, subdirector general de la compañía. “El problema era de un calentamiento excesivo en una toma de aire que alimenta algunos sistemas del avión. El personal de mantenimiento trató ese problema de acuerdo con los procedimientos que están descritos en los manuales del avión, lo aisló y dentro de las condiciones aprobadas para volar el MD80, el avión fue despachado”.

“No tuvo nada que ver con el accidente”

Aislar el problema significa que la avería no quedó por completo reparada, sino que “se quitó el interruptor que le da la energía a la toma de aire”. Pero el aparato, de acuerdo con los manuales de navegación, cumplía los requisitos para seguir volando. Un mecánico-inspector de Spanair firmó entonces el certificado que permitía seguir con el vuelo, que inició su segunda maniobra de despegue sobre las dos y media de la tarde. “No hemos encontrado ningún tipo de irregularidad en el proceso”, añade Mendoza.

Los directivos de Spanair, que comparecieron ayer en una multitudinaria rueda de prensa en Madrid, no quisieron en ningún momento entrar en posibles especulaciones sobre las causas del siniestro “porque puede ser información que confunda”. Si bien, según fuentes de Aviación Civil, el primer fallo “no tuvo nada que ver con el accidente”. Técnicos de mantenimiento señalan a este diario que una avería como esa es “insignificante”, semejante a que, por ejemplo, un coche viaje con un intermitente estropeado. En todo caso, el comandante fue “muy escrupuloso”, pues no quiso despegar con un fallo que “no es una alarma grave y con el que se puede llegar a volar”, informa Efe.

Varías piezas se convirtieron en misiles

Según fuentes de aviación civil, todo apunta a que un fallo del motor izquierdo, que según varios testigos explotó instantes después de que el avión empezase a tomar altura, provocó su rotura interior y que salieran despedidas varias piezas que actuaron como misiles. Éstas, a su vez, pudieron provocar serios daños en el timón de dirección de la parte izquierda o el motor derecho del avión, bloqueando el aparato por completo, dejándolo ingobernable.

A partir de ahí, todo se precipita en décimas de segundo. Tras el fallo del motor, los pasajeros debieron escuchar un ruido parecido a “unas latas que se mueven con algo en su interior”. El comandante se da cuenta e intenta corregir el rumbo, pero algo daña la dirección y el avión planea hasta acabar estrellado en una vaguada anexa a la terminal. Se parte en dos y arde por completo en un abrir y cerrar de ojos. Entre las toneladas de chatarra calcinada, solo la cola permite reconocer la forma de la aeronave. Precisamente, las fotos de la cola muestran partes “roídas” que podrían deberse a las piezas que salían del motor. Un fallo en el motor no significaría, en principio, una emergencia y, con un motor inoperativo, el avión “solo hubiera tenido un pequeño desvío a la izquierda, hubiera podido volar y no se hubiera caído del ala derecha”. Este fallo ocurrió después de despegar porque “si el piloto se hubiera dado cuenta, hubiera desistido de la maniobra”

Comisión de investigación

A la espera del análisis definitivo de los datos registrados por las cajas negras, la investigación formal corre ahora a cargo de la comisión de investigación, que ya cuenta con “todo el material probatorio”, en el que figuran, además de las cajas, unas imágenes del momento del accidente. Son en total 15 expertos, siete de ellos españoles. El resto procede de la Agencia Europea de Seguridad Aérea, de la empresa fabricante del avión siniestrado, McDonell Douglas, y del país del que proviene esa misma empresa, Estados Unidos. Todos ellos determinarán, según explicó la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, si “hay alguna irresponsabilidad” o si todo fue fruto de una cadena de errores fatales que se han llevado por delante la vida de 153 personas, entre ellos veinte niños y dos bebes.

El avión se volvió ingobernable. Tras la explosión del motor izquierdo del MD-82, una cadena de errores fatales pudo desembocar en el trágico desenlace que se ha cobrado la vida de 153 personas. Posiblemente, aunque todo dato se maneja de momento con suma cautela, varios desperfectos en el timón o en el motor derecho ocurridos tras la explosión del motor izquierdo pudieron bloquear el aparato y ser la causa del siniestro, según han explicado a EFE fuentes de Aviación Civil. A la espera del análisis de las cajas negras, una de ellas bastante dañada, se descarta la hipótesis del error humano y se resta importancia al primer fallo que obligó al comandante Antonio Luna a posponer el despegue.