Asuntos Exteriores lleva gastados más de 30 millones de euros en el alquiler de su sede provisional

Más de 650.000 euros al mes. O lo que es lo mismo: casi ocho millones anuales. Ése es el precio que el Ministerio de Asuntos Exteriores paga por el alquiler de su sede provisional en la zona norte de Madrid, que ocupa dos monumentales torres de 14 plantas y una superficie de 30.000 metros cuadrados.

Las bautizadas como Torres Ágora son propiedad de Inmobiliaria Colonial, que las arrendó en 2004, a través de la Dirección General de Patrimonio, al ministerio entonces dirigido por Ana Palacio y más tarde por Miguel Ángel Moratinos, que prorrogó el contrato.

Aunque el traslado iba a durar, en principio, un máximo de tres años, ya han transcurrido cuatro y quedan, al menos, otros cuatro antes de que Asuntos Exteriores disponga de una sede definitiva, según ha reconocido el propio Moratinos en reuniones internas de su departamento. El desembolso para las arcas públicas supera, hasta la fecha, los 30 millones de euros.

Todos los intentos de Moratinos por encontrar una ubicación definitiva para el Ministerio de Asuntos Exteriores han resultado, hasta ahora, infructuosos. El primer objetivo fallido fue la sede del antiguo Ministerio del Aire, situada en el distrito de Moncloa y propiedad del Ministerio de Defensa; también se malograron las negociaciones para ocupar el cuartel del Infante Don Juan, en el vecino Paseo de Moret, que albergó durante décadas el Regimiento Inmemorial del Rey; y ahora la pieza codiciada es el solar sobre el que se levanta el Cuartel de Ingenieros del Ejército, en la calle Raimundo Fernández Villaverde del barrio de Chamberí, una vez que ha quedado definitivamente descartada la vuelta a la antigua sede de Asuntos Exteriores en la plaza del Marqués de Salamanca.

El pasado 7 de febrero, Moratinos informó a la Junta de Personal de su departamento de que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, había dado el visto bueno a la demolición del cuartel de la calle Raimundo Fernández Villaverde, en cuyo solar se construiría, en un plazo de unos cuatro años, un edificio de 90.000 metros cuadrados que serviría de sede definitiva a Asuntos Exteriores.

Moratinos añadió que los ministerios de Defensa, Economía y Hacienda y el suyo propio ya estaban trabajando en el proyecto, y que la firma para el traspaso de los terrenos y el inicio de las obras era inminente. Sin embargo, han pasado casi seis meses desde entonces y el plan sigue paralizado: ni existe proyecto de ejecución ni hay previsiones presupuestarias.

Mientras tanto, Exteriores sigue desembolsando mensualmente casi 660.000 euros en concepto de alquiler por las Torres Ágora a Inmobiliaria Colonial. Las dos torres, de más de 50 metros de altura cada una y 14 plantas, están comunicadas por una estructura de cristal y disponen de 30.650 metros cuadrados, superficie a la que hay que añadir tres plantas subterráneas con capacidad para 500 plazas de aparcamiento. El contrato de arrendamiento se firmó en 2004, se prorrogó en 2007 y deberá ser revisado en 2010.

"Quebranto para las arcas públicas"

Una semana antes de que Moratinos informase a la Junta de Personal, ésta remitió una carta al ministro en la que rechazaba el proyecto de la calle Raimundo Fernández Villaverde, argumentando que esa opción supondría "un serio quebranto para las arcas públicas, que deberán continuar sufragando los gastos millonarios generados por el alquiler actual". En opinión de la Junta, "la rehabilitación del edificio de la plaza del Marqués de Salamanca sigue siendo la mejor opción, teniendo en cuenta que es la solución más rápida y eficaz para conseguir una sede amplia, representativa, céntrica y digna".

Dicha sede fue desmantelada y abandonada entre 2004 y 2005 al detectarse que el edificio estaba enfermo por contaminación de hidrocarburos, especialmente naftaleno, que provocaron mareos, irritaciones y dolores de cabeza a más de 150 trabajadores.

El plan inicial elaborado entonces consistía en sanear el inmueble de la plaza del Marqués de Salamanca –que en su día fue sede del desaparecido Instituto Nacional de Industria–, remodelarlo y transformar sus 20.000 metros cuadrados de superficie en algo más de 30.000 mediante un aprovechamiento más racional del espacio. Ese proyecto debía prolongarse durante un periodo inferior a tres años, y mientras tanto se alquilarían las Torres Ágora como sede provisional del ministerio.

Sin embargo, Asuntos Exteriores ha desechado por completo la reocupación de su antigua sede, argumentando que el espacio disponible, incluso tras la frustrada remodelación, sería insuficiente para albergar definitivamente todas las áreas y dependencias del ministerio. Éstas se encuentran actualmente diseminadas en ocho edificios del centro y el extrarradio de Madrid, incluidos los palacios de Santa Cruz y de Viana –sedes históricas del departamento– y las Torres Ágora, en las que se concentra el grueso del personal.