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Rajoy responde a Aznar: “No queremos un partido que se recree en la contemplación de sus principios”
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Rajoy responde a Aznar: “No queremos un partido que se recree en la contemplación de sus principios”

Pasado y futuro del PP se dieron cita ayer en el Plenario del XVI Congreso Nacional de este partido. Si por la mañana (ver noticia), José

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Rajoy responde a Aznar: “No queremos un partido que se recree en la contemplación de sus principios”

Pasado y futuro del PP se dieron cita ayer en el Plenario del XVI Congreso Nacional de este partido. Si por la mañana (ver noticia), José María Aznar, ponía la nota discordante con un discurso reivindicativo de su gestión y lleno de reproches a Rajoy, por la tarde el líder del PP respondió con una mirada hacia delante y un claro mensaje de apertura a la sociedad: “No queremos un partido que se recree en la contemplación de sus principios sino que sea capaz de convencer con ellos a una mayoría de españoles”.

En su discurso de presentación de la candidatura, Mariano Rajoy logró un climax de entusiasmo gracias a una equilibrada combinación de firmeza en los principios y búsqueda de nuevos apoyos: “Necesitamos ensanchar nuestro caudal de votos. Es posible. Basta con erradicar los prejuicios que sobre nosotros han cultivado con tanto esfuerzo nuestros adversarios. No quiero que nadie vote al PSOE para que no gane el PP”, afirmó tajante.

Los aplausos se sucedieron a cada una de sus afirmaciones. “No quiero que se manipule nuestra imagen. No quiero que se diga que somos ajenos al sentir de algunas partes de España”, afirmaba el líder del PP en un tono cada vez más vehemente. “Nosotros defendemos a todos los españoles y a todos por igual. Por eso tenemos que cambiar para defender mejor nuestras ideas, para llegar a más gente, para ser más próximos, para ser más comprensibles, para ser más eficaces. En definitiva, para servir mejor a España”. Y aquí el plenario se puso en pie, ovación y gritos de “¡presidente!¡presidente!”.

El discurso de Rajoy y, sobre todo, la aceptación de la inmensa mayoría de los compromisarios, puso de manifiesto que el PP se encamina hacia una nueva forma de hacer política, lejos de doctrinarismos. Rajoy defendió un partido fuerte y unido, “coherente con sus principios y con su idea de España”. Un partido nacional y “un partido de centro”. Y eso para Rajoy quiere decir que “no arrastramos doctrinas ni orejeras. Que no tenemos ideas preconcebidas sobre las cosas. Que huimos de cualquier radicalismo. Y que entendemos la acción política desde la moderación, el diálogo y la convivencia”.

Qué es el centrismo

Pero eso, añadió, “no significa tibieza o indiferencia o relativismo, como si todo nos diese igual”, sino que la conducta del PP se guía por “dos referencias: unos principios que la encauzan y un propósito principal que es el bienestar de todos los españoles”. Y, en ese sentido, señaló que en un partido que integra a liberales, conservadores y democristianos, el centrismo no es una ideología, sino”una voluntad. La voluntad de evitar cualquier exageración. La voluntad de sacar el mejor partido de las cosas sin prejuicios doctrinarios”.

Y ahí es donde, según Rajoy, está la mayoría social, en la moderación y en el diálogo. Y diálogo fue lo que defendió Rajoy por encima de todo, en una expresión de voluntad de consenso que chocaba con la posición de primero ganar y luego dialogar que esgrimió Aznar unas horas antes. Rajoy quiere dialogar para ganar. “Ya sabemos que hemos sido víctimas de una campaña de aislamiento sin precedentes y la superamos”, pero “la primera habilidad de la política es el diálogo”.

Y el diálogo se practica con los adversarios –“para hablar con los próximos no necesito predicar nada, sale solo”-, salvo con terroristas y sus amigos. Diálogo con el Gobierno para derrotar a ETA y para alcanzar pactos de Estado: “Si no se logran, no será por nosotros”. “Un ‘no’ –dijo Rajoy- cobra mucha más fuerza cuando también se sabe decir ‘si’”. Y diálogo con los nacionalistas. Esta fue, sin duda, una de las explicaciones más complicadas de su discurso, y una respuesta a mucho de lo que se ha venido diciendo.

De lo que se puede y no se puede hablar

Rajoy dijo que no quiere hablar con los nacionalistas sobre la unidad de España, ni sobre la soberanía nacional, ni sobre la igualdad de los españoles: “Son cosas en las que nunca nos vamos a poner de acuerdo y sobre las que no vamos a aceptar ninguna consideración porque ellos están tan obligados a respetarlas como nostros”. ¿En qué, entonces, es posible el diálogo? En todo aquello que afecte “al bienestar de los españoles” y a combatir los efectos de la crisis.

Diálogo, mejor comunicación y “ensanchar el abanico de nuestra oferta” es la receta que propone Rajoy para sumar. “Ni somos monotemáticos ni podemos permitirnos parecerlo. No nos van a faltar asuntos de los que ocuparnos (...), la principal preocupación de los españoles es la estrechez derivada de la crisis económica, y el empleo, y la vivienda. Tenemos muchos problemas como la inmigración, la seguridad ciudadana, el agua...”.

Rajoy ofreció dos razones para presentar su candidatura, además de la ya repetida hasta la saciedad de que se lo había pedido mucha gente. La primera, que se considera en condiciones de garantizar la unidad del partido. La segunda, su firme convicción de que va a ganar las elecciones y gobernar: “Si no lo creyera, no me presentaría”, afirmó. Y sus propósitos: “Contra todo lo que nos hemos cansado de oir durante el último mes, yo no defiendo que cambiemos de posición”, afirmó rotundo.

Valores y principios

Y señaló los valores del PP, que no son otros que los reflejados en el Artículo I de la Constitución española: “libertad, justicia, igualdad y pluralismo político”.

“¿Y los principios? ¿Qué pasa con los principios? ¿De dónde se sacan algunos que vayamos a cambiar de principios?”, se preguntó. En la cabeza de todos, la campaña que en ese sentido han llevado a cabo algunos medios de comunicación: “No creo que este partido deba, pueda, modificar una coma de sus principios”. Que son, a saber, la unidad de España, la soberanía nacional, la derrota de ETA, las víctimas, la educación, la familia, la libertad individual, la autonomía de los ciudadanos, los derechos de la mujer, la solidaridad...

Pasado y futuro del PP se dieron cita ayer en el Plenario del XVI Congreso Nacional de este partido. Si por la mañana (ver noticia), José María Aznar, ponía la nota discordante con un discurso reivindicativo de su gestión y lleno de reproches a Rajoy, por la tarde el líder del PP respondió con una mirada hacia delante y un claro mensaje de apertura a la sociedad: “No queremos un partido que se recree en la contemplación de sus principios sino que sea capaz de convencer con ellos a una mayoría de españoles”.

Mariano Rajoy José María Aznar Botella