Los críticos se comprometen a respaldar al ganador del Congreso, aunque sea Rajoy

El presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, fue ayer el encargado de dar el parte a los periodistas sobre la batalla del Comité Ejecutivo Nacional del PP. Valcárcel, afín a Mariano Rajoy, admitió que varios dirigentes habían expresado sus discrepancias con el líder popular, aunque, en tono amable, tildó estas críticas de “constructivas” y “legítimas”. A 18 días del inicio del Congreso del PP, el entorno de Rajoy trata de reconstruir la unidad del partido, y ha comenzado a preparar el terreno para el día después del cónclave. Así, Valcárcel aseguró que existe el “compromiso firme” para que tanto Juan Costa como el resto de los críticos “cierren filas” tras el Congreso, y se pongan del lado de Rajoy, si éste logra finalmente la reelección.

Costa reconoció en la reunión que había sopesado la idea de presentar su candidatura, pero, de acuerdo con Valcárcel, planteó un compromiso de lealtad con quien salga elegido. “Y no me miraba mí, miraba a Rajoy”, afirmó el presidente murciano, quien interpretó de forma “clara como el agua” el compromiso de Costa de seguir trabajando por un proyecto y por un líder que “bien pudiera ser Rajoy”. El círculo más cercano a Rajoy confía en volver a alcanzar la unidad del partido tras la celebración del Congreso, ya que dan por hecho que el consenso será imposible en las próximas tres semanas y, según Valcárcel, sería “cerrar en falso el Congreso”. No obstante, el presidente de Murica señaló que de lo escuchado en el Comité “no se deduce una candidatura alternativa”.

Valcárcel, que también es el presidente del comité organizador del Congreso, insistió en llegar al cónclave “con el mayor nivel del consenso posible”, poniendo fin a las situaciones de tensión que ha vivido el PP en las últimas semanas, y que achacó a la falta de voluntad para “hablar la cosas previamente”. Incluso Gabriel Elorriaga, autor de un artículo de oposición a Rajoy en el diario El Mundo, concedió que la unidad es la única garantía de éxito electoral. Quien no habló en esta ocasión fue la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que abandonó la sede de Génova con cara de pocos amigos, antes de que terminara la reunión. “Su silencio no tiene ninguna interpretación, porque Esperanza, cuando tiene que decir algo, lo dice”, puntualizó el presidente de Murcia. Tampoco se pronunció el alcalde madrileño, Alberto Ruiz-Gallardón, que sufrió un golpe en la frente al tratar de atravesar el enjambre de micrófonos y cámaras que le esperaban en la calle Génova.

Principios y estrategias

En cuanto al debate ideológico sobre los principios del partido, que ha provocado crisis como la renuncia de María San Gil o la baja como militante de José Antonio Ortega Lara, figuras como Alejo Vidal-Quadras y, especialmente, Ignacio González, mano derecha de Aguirre en el Gobierno regional, se mostraron preocupados por el distanciamiento de las ideas que tradicionalmente ha defendido el PP. Valcárcel negó esta “quiebra”, como la calificó González, y manifestó que en sus 26 años de militancia no había detectado que el PP hubiera cambiado de principios. Además, el presidente de Murcia defendió las tesis de Rajoy, recordando que “hay que convivir con realidades en España”, y que “una cosa son los principios y, otra, las tácticas”. No obstante, matizó que eso no significaba hacer concesiones o negociar con los “nacionalismos excluyentes”, ni con ETA. Por ello, apeló a la Ponencia Política, muy dura en su crítica al nacionalismo: “Lo que hemos escrito es lo que queremos llevar al Congreso para su aprobación”.

Sin embargo, los afines a Rajoy gozaron de una cómoda mayoría en la contienda del Comité, e incluso pasaron al ataque con el asunto de los avales, ante el silencio de los opositores que han venido reclamando un sistema que facilitara la presentación de otra candidatura. Valcárcel denunció que se haya tratado de trasladar a la opinión pública una imagen de irregularidad en el proceso, y afirmó: “En este partido no se obliga a nadie, yo no obligo a los compromisarios de Murcia a firmar avales”.