Zapatero vuelve a tachar de "antipatriotas" a quienes "exageran" la crisis económica

“Antipatriótica, inaceptable y demagógica”. Así califica José Luis Rodríguez Zapatero la actitud de quienes “exageran” sobre el alcance de la actual situación económica, en una directa alusión al Partido Popular. El presidente del Gobierno lo dijo anoche en el programa 59 segundos de TVE-1, durante una entrevista en la que, salvo contadas excepciones, un selecto y amable grupo de periodistas evitó ponerle en demasiados aprietos.

“Tenemos superávit en las cuentas del Estado y en las de la Seguridad Social porque hemos hecho una buena política económica durante los últimos cuatro años”, argumentó Zapatero. “Y aunque estamos peor que hace un año, nuestra economía tiene potencial de futuro. Ya hemos superado a Italia, y vamos a superar también a Francia en renta per cápita”, pronosticó.

El presidente del Gobierno admitió, implícitamente, que la liberación de los 26 tripulantes del pesquero vasco Playa de Bakio ha sido posible gracias al pago de un rescate. Porque, pese a que no lo reconoció abiertamente, tampoco se esforzó en desmentirlo. Una circunstancia que, con toda seguridad, va a provocar uno de los primeros enfrentamientos a cara de perro entre Ejecutivo y oposición de esta legislatura.

“La primera obligación del Gobierno es preservar la vida de los españoles. Esto es lo que cuenta. Y si uno contempla casos similares en los que se han visto afectados otros países europeos”, añadió, “la oposición siempre se ha puesto al lado del Gobierno, y todo el país se une para salvar a unos compatriotas”. Zapatero aludía, de esta forma, al secuestro de un velero de lujo francés, a comienzos de abril, también frente a las costas de Somalia. En aquella ocasión, el Gobierno de Nicolás Sarkozy tampoco reconoció –pero sí otras muchas fuentes– que se pagó un rescate para liberar a la tripulación del barco, aunque posteriormente unidades de élite del Ejército dieron caza a varios de los secuestradores, una circunstancia que no se ha dado en el caso del Playa de Bakio.

Zapatero volvió a jactarse de haber nombrado un Gobierno con más mujeres que hombres y de haber puesto al frente del Ministerio de Defensa, por primera vez en la historia, a una mujer, Carme Chacón. E insistió, como hizo durante el debate de investidura en el Congreso, en que uno de sus grandes objetivos para la legislatura que acaba de arrancar es lograr la “plena igualdad” entre hombres y mujeres y acabar con la “lacra del machismo criminal”. Pero cometió un tremendo desliz al referirse a la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, a la que llamó, simplemente, “Soraya”, inmediatamente después de mencionar al portavoz socialista en la Cámara Baja, al que sí citó por su nombre y apellido: José Antonio Alonso. Y lo dijo justo tras haber afirmado que “en este país ha habido demasiado machismo”.

El presidente del Gobierno despachó sin excesiva convicción las críticas de quienes le acusan de haberse dejado llevar por la indolencia tras su victoria en las urnas y de no haber cumplido aún ninguno de los compromisos adquiridos durante la campaña electoral y en el posterior debate de investidura, como la convocatoria inmediata de la Conferencia de Presidentes Autonómicos para impulsar nuevas medidas con las que combatir, precisamente, la violencia machista. “El Gobierno lo integran 17 personas”, se defendió. Y respondió con un vago “antes del verano” cuando le preguntaron si iba a recibir en La Moncloa al presidente del PP, Mariano Rajoy, y al lehendakari, Juan José Ibarretxe.

“No habrá ningún diálogo con ETA”, fue su rotunda respuesta, esta vez sí, al ser preguntado acerca de la posibilidad de abrir en el futuro un nuevo proceso de paz con la banda terrorista. Y no menos rotundo se mostró al asegurar que, cuando se reúna con Ibarretxe, volverá a expresar su rechazo a los planes soberanistas del lehendakari. “Diálogo, sí; aventuras, nunca”, afirmó Zapatero.

“No es fácil decirle a un compañero que ha llegado el momento de dejar una responsabilidad, pero hay que saber hacerlo”, argumentó el jefe del Ejecutivo, justificando así el ostracismo político al que ha condenado a casi todos los integrantes de la corriente Nueva Vía que le auparon, en julio de 2000, a la Secretaría General del PSOE, entre ellos los ex ministros Jesús Caldera, Juan Fernando López Aguilar o Jordi Sevilla. “Hay que elegir en todo momento a quienes están más capacitados, sin mirar quién te apoyó en el pasado”, afirmó, con inusitada dureza.