Una nueva estrella en el Congreso: Soledad López apunta al Ministerio de Defensa

Alta y rubia, rodeada de militares, Soledad López aparecía ayer un tanto extrañada por ser el centro de atención de las cámaras de televisión. Si los rumores se confirman, ella podría convertirse en los próximos días en la primera mujer que asume el ministerio de Defensa de España. Los técnicos de televisión la enfocaban mientras alguno preguntaba al otro "¿Quién es? "Ni idea, pero es una ministrable". Soledad López Fernández (Granada, 1959) se limitaba a sonreír en los pasillos del Congreso, sabedora de que su nombre figura en muchas quinielas.

Tiene un padrino poderoso, José Antonio Alonso, el actual titular de Defensa, al que ayer acompañó en su comparecencia ante la Diputación Permanente del Congreso que ratificó la decisión de enviar a Afganistán especialistas en aviones espías.

Toño tiene acceso a los oídos de José Luis Rodríguez Zapatero, del que es íntimo amigo desde los tiempos de colegiales, y le ha insinuado la conveniencia de nombrar a su actual secretaria de Estado como la nueva ministra de Defensa. Zapatero no suelta prenda: no tiene intención de revelar su próximo Ejecutivo hasta la próxima semana. Incluido el nombre del próximo responsable de las Fuerzas Armadas.

"Mucho cuidado. Igual entre todos la estamos haciendo una faena", alertan en los aledaños presidenciales. "A ver si le va a ocurrir como a Elena Pisonero, que hasta le enviaron flores". Se refieren a un síndrome que planea sobre los ministrables: que al final todo haya sido un sueño. Pisonero era secretaria de Estado de Comercio en abril de 1999 cuando en una remodelación de José María Aznar su nombre circuló tanto como ministra de Agricultura que recibió felicitaciones y declaraciones públicas de apoyo de sus colegas del PP. Ministra por unas horas, acabó yéndose del país como embajadora de España ante la OCDE y pasó después al sector privado.

Zapatero permanece encriptado, aunque, como ocurrió con Pisonero, diversas fuentes socialistas insisten en que Soledad López podría ser la primera ministra de Defensa. El líder socialista permanece en silencio -es una potestad que se reservan todos los presidentes-, mientras baraja todas sus alternativas y, de paso, conoce el alcance de "las maquinaciones de unos y otros", que filtran información interesada, reconocen en otras fuentes socialistas.

En sus manos está la orden de "derribar un avión"

Los militares se cuadran a su paso, por ser secretaria de Estado. Soledad López no se separa del móvil: tiene la responsabilidad de ordenar si hay que derribar un avión comercial en caso de secuestro, como el 11-S, y aconsejarlo así al presidente. Gestiona más de 10.000 millones de euros, y el personal de los tres ejércitos. En realidad, tiene bajo su mando al ministerio de Defensa porque en el último año su padrino se ha dedicado más a las tareas políticas y ella a la gestión.

Inspectora de Trabajo y licenciada en Derecho por la Universidad de Granada, Soledad López ejerció su labor de inspección en diversas provincias y fue asesora de la institución del Defensor del Pueblo. En 1988 entró en la órbita de La Moncloa, porque fue nombrada subdirectora general del Gabinete Técnico del subsecretario del ministerio de Relaciones con las Cortes y después del ministerio de la Presidencia. Además, fue consejera laboral en las embajadas de España en México y Cuba, hasta que en 1998 regresó a Madrid para volver a ejercer como inspectora de Trabajo. José Antonio Alonso la rescató como subsecretaria del ministerio de Interior en abril de 2004 y, desde entonces lo ha seguido en los destinos más delicados, en especial la gestión policial tras la masacre del 11-M.

"Toño la apoyará, porque la considera capacitada y la ha promocionado cuando estuvo de subsecretaria en Interior y luego en Defensa, donde la ascendió a secretaria de Estado", añaden fuentes socialistas. Por currículo profesional, por su capacidad de trabajo, incluso por la paridad de la que alardea Zapatero, es muy posible que sea nombrada ministra de Defensa. "Pero también puede ocurrir lo contrario", apostillan.