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Zapatero no quiere socios estables: "Estamos cómodos; nadie se querrá retratar con Rajoy"
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Zapatero no quiere socios estables: "Estamos cómodos; nadie se querrá retratar con Rajoy"

Tiempo de contactos discretos. El candidato socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, dedicará las dos próximas semanas a sondear entre los partidos minoritarios las posibilidades de apoyo

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Zapatero no quiere socios estables: "Estamos cómodos; nadie se querrá retratar con Rajoy"

Tiempo de contactos discretos. El candidato socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, dedicará las dos próximas semanas a sondear entre los partidos minoritarios las posibilidades de apoyo para ser investido presidente del Gobierno y sacar adelante las leyes de los próximos cuatro años. "Está muy tranquilo", sostienen en fuentes socialistas. Otras fuentes de este entorno aclaran que el PSOE no baraja firmar pactos estables de legislatura, sino alcanzar apoyos puntuales, ley a ley, hasta 2012.

Un socialista define así la fórmula de pactos del futuro gobierno de Zapatero: "Alianzas de geometría variable". Ora con unos partidos, ora con otros, el líder socialista pretende reeditar la fórmula de su primera legislatura, que le ha permitido gobernar hasta ahora, "pero en una situación más fácil". En primer lugar por la pérdida de escaños que ha sufrido ERC, un aliado incómodo, que ha bajado de ocho a tres escaños. Y en segundo lugar, porque el PP tendrá como líder a Mariano Rajoy al menos hasta el verano, cuando se presente a la reelección interna. "Estamos cómodos, porque nadie se querrá retratar con Rajoy. No suscita empatía y estará aislado" del resto de los partidos políticos presentes en el Congreso.

Ya se han producido las primeras conversaciones con los socios potenciales -CiU, PNV y BNG-, aunque la próxima semana será clave. Los socialistas tendrán que acordar entre sí el nombre de su portavoz en el Congreso "se baraja alguien con más perfil político que Diego López Garrido- y hablar con las federaciones afectadas por sus alianzas con los nacionalistas, el PSC y el PSE-EE. También tienen previsto negociar la distribución de partidos para la mesa de la Cámara Baja, con su presidente incluido, cargo que Zapatero reserva para José Bono.

La siguiente semana, entre el 24 y el 30 de marzo, los esfuerzos de Zapatero y de su secretario de Organización, José Blanco, se concentrarán en pactar la investidura del presidente del Gobierno. Para entonces creen que IU habrá aclarado si continuará apoyando al presidente, después de caer de cinco a dos diputados. Se pretende que todo esté cerrado el día 10 de abril, fecha legal de constitución de las Cortes Generales.

En fuentes socialistas descartan que se firme exclusividad alguna con Josep Antoni Duran, el líder de CiU en el Congreso. Argumentan que sería difícil porque se trata de un partido que hace oposición al PSC en Cataluña; por falta de confianza que hay entre Duran y Zapatero y por la división interna que sufre la federación nacionalista, cuyo grupo parlamentario se presentará desgajado: cuatro diputados de Unió Democrática y seis de Convergència, después de que el recuento de ayer les restara un escaño de Unió por Barcelona.

Tampoco cabe una alianza estable y exclusiva con PNV. Zapatero tiene previsto conversar la próxima semana con Iñigo Urkullu, el presidente de este partido, pero ya ha hecho saber a los nacionalistas en público, a través de Patxi López, líder del PSE, que no habrá acuerdo posible si Juan José Ibarretxe no orilla su plan soberanista.

Guerra de sombras en el PNV

Urkullu e Ibarretxe "mantienen una guerra de sombras", reconocen en fuentes nacionalistas. El primero considera que los planes del lehendakari del Gobierno vasco abocan al partido al desastre, porque les abandona el electorado. En cambio, el segundo está convencido que el 80% de los vascos les apoyan y no se pliega a razones para aparcar su referéndum.

El presidente del PNV no quiere acabar como su antecesor, Josu Jon Imaz, de ahí que haya optado por no desautorizar a Ibarretxe en público pero defienda una "reflexión estructural" sobre el desafío soberanista del Gobierno vasco al Estado, que planea consultar en octubre a los vascos sobre un pretendido "derecho a decidir" sin tener competencias para ello.

En la dirección nacionalista aspiran a que lehendakari se caiga del caballo antes de la convocatoria de la consulta, según las mismas fuentes: "Si Ibarretxe lleva el referéndum al Parlamento, Urkullu se verá obligado a forzar la disolución de la Cámara porque no puede permitir que lo apoyen los del PCTV-EHAK", el partido trasunto de Batasuna cuya actividad fue suspendida por orden del juez Baltasar Garzón por su relación con la banda terrorista ETA pero cuyo grupo parlamentario permanece activo por decisión del Tribunal Supremo.

Zapatero está dispuesto a esperar con paciencia a que el PNV gire lentamente su barco: entonces ofrecerá acuerdos a sus seis parlamentarios, porque forman parte de su fórmula de geometría variable. Pero eso es algo que no se conocerá hasta después del verano.

Tiempo de contactos discretos. El candidato socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, dedicará las dos próximas semanas a sondear entre los partidos minoritarios las posibilidades de apoyo para ser investido presidente del Gobierno y sacar adelante las leyes de los próximos cuatro años. "Está muy tranquilo", sostienen en fuentes socialistas. Otras fuentes de este entorno aclaran que el PSOE no baraja firmar pactos estables de legislatura, sino alcanzar apoyos puntuales, ley a ley, hasta 2012.