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La relación entre Urkullu e Ibarretxe echa chispas por la pérdida del "Sancta Santorum" de Vizcaya
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La relación entre Urkullu e Ibarretxe echa chispas por la pérdida del "Sancta Santorum" de Vizcaya

 La relación entre el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, y el lehendakari del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, echa chispas a causa de la pérdida de

La relación entre el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, y el lehendakari del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, echa chispas a causa de la pérdida de su feudo en Vizcaya a favor de los socialistas. Por primera vez en la historia, el sancta santorum del nacionalismo vasco ha caído y la dirección vizcaína del partido cree que la causa reside en el desafío soberanista de Ibarretxe, que planea un referéndum ilegal en otoño.

Los electores nacionalistas en Vizcaya optaron el domingo por quedarse en casa o por votar al PSOE. Una actitud que el núcleo de Urkullu, el ex presidente del PNV en Vizcaya, atribuye al rechazo de sus votantes a los planes rupturistas de Ibarretxe. "Si seguimos adelante con este tema, nos vamos al desastre". Ése es el mensaje que el PNV vizcaíno quiso transmitir ayer a Ibarretxe.

Ambos dirigentes coincidieron ayer tarde en la reunión de la Ejecutiva del PNV, el Euskadi Buru Batzar, convocada para analizar los resultados electorales en Sabin Etxea, la sede del partido en Bilbao. En fuentes nacionalistas opinan que, aun así, Ibarretxe seguirá adelante porque su sector hace una lectura diametralmente contraria de los resultados del domingo: cree que los electores les han castigado por no apoyar suficientemente sus planes soberanistas, y por negarse a ir coaligados con EA. Ésa es la opinión del entorno de Joseba Egibar, el líder del PNV en Guipúzcoa.

Otras causas de la pérdida electoral del PNV -una caída de 117.000 votos- residen en que los electores premiaron la apuesta de José Luis Rodríguez Zapatero al diálogo con ETA, así como la actuación algo errática en Guipúzcoa a causa de los fraudes descubiertos en la Hacienda foral. Pero el desafío soberanista es visto en Vizcaya como la primera causa de la pérdida de la confianza de los electores de este territorio.

El PSE-EE, encabezados por el joven Eduardo Madina, de 32 años de edad, arrolló al PNV en Vizcaya. Sacó más de seis puntos a los nacionalistas en la provincia, diez puntos en el caso de Bilbao. Ganó en todos los municipios con más de 50.000 habitantes, excepto en Getxo, donde el PP superó al PNV por tres votos. Además, los socialistas han ganado en bastiones históricos del PNV, como es el caso de Leioa o Zamudio. Mientras, los pueblos de la margen izquierda del Nervión apostaron fuerte por el partido de izquierdas.

En las últimas elecciones municipales, el PNV perdió Álava y Guizpúzcoa en favor del PSE. Ahora ha caído Vizcaya. Los socialistas vascos consiguieron en las elecciones generales del domingo nueve escaños en el Congreso (dos más que en 2004), frente a seis del PNV (pierde un diputado) y tres del PP (pierde un parlamentario). En el Senado, los socialistas lograron nueve frente a dos del PNV y uno del PP.

Urkullu fue el primer dirigente político, tras Mariano Rajoy, en llamar por teléfono a Zapatero en la noche electoral para darle la enhorabuena por los resultados. Ambos quedaron en hablar en las próximas semanas de posibles alianzas en el Congreso. Ahora bien, el presidente del Gobierno le transmitió que no habrá acuerdo si Ibarretxe sigue adelante con sus planes de convocar un referéndum ilegal en otoño.

En fuentes nacionalistas vizcaínas consideran significativo el hecho de que fuera Urkullu el que telefoneara a Zapatero, y que no lo haya hecho Ibarretxe, que sea el partido y no el Ejecutivo vasco el primero en descolgar el teléfono y hablar de pactos con el Gobierno.

Al fin y al cabo, los partidos vascos pensaban que los planes de Ibarretxe pasaban por disolver ahora el Parlamento vasco para convocar elecciones autonómicas en otoño, que haría coincidir con su famosa consulta. Pero la pérdidas de votos que ha sufrido el PNV, ha desbaratado esta operación.

¿Girarán el barco o echarán más madera a la caldera?

Un partido entra en crisis cuando tiene explicaciones antagónicas a un resultado electoral. Y las dos almas del PNV no coinciden en su interpretación sobre lo ocurrido el domingo, cuando el PSOE ganó en Vizcaya, Álava y Guipúzcoa. El histórico partido se encuentra en una encrucijada profunda, de la que se desconoce la solución, aunque cara al exterior sostengan que la consulta de Ibarretxe continuará adelante porque es un proyecto del partido pactado con EA y EB.

"Nadie sabe si el PNV va a girar lentamente el barco hacia posiciones moderadas o va a echar más madera a la caldera". Así se expresaba ayer tarde un dirigente socialista vasco, quien tiene la esperanza de que le PNV gire su buque hacia la moderación. "El PNV tendrá mucho juego en esta legislatura, con seis diputados en el Congreso que podrán inclinar la balanza. Pero tiene que ser pragmático porque, de otra forma, no habrá pacto alguno con ellos y se convertirán en un grupo testimonial", sentencian.

La solución, tras las vacaciones de Semana Santa. Zapatero abre ahora un periodo de consultas para alcanzar alianzas en el Congreso que le permitirán gobernar en los próximos cuatro años. Y el PNV parte como uno de los posibles aliados, siempre y cuando Ibarretxe no eche más leña a la caldera y siga adelante con la idea de convocar un referéndum sobre su famoso "derecho a decidir" del que no tiene competencias.

La relación entre el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, y el lehendakari del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, echa chispas a causa de la pérdida de su feudo en Vizcaya a favor de los socialistas. Por primera vez en la historia, el sancta santorum del nacionalismo vasco ha caído y la dirección vizcaína del partido cree que la causa reside en el desafío soberanista de Ibarretxe, que planea un referéndum ilegal en otoño.