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Victoria ajustada de Zapatero, que queda otra vez en manos de los nacionalistas
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Victoria ajustada de Zapatero, que queda otra vez en manos de los nacionalistas

 José Luis Rodríguez Zapatero / Efe.Todo queda casi igual, aunque con un Parlamento aún más bipartidista. El candidato del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ganó ayer

Todo queda casi igual, aunque con un Parlamento aún más bipartidista. El candidato del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ganó ayer las elecciones generales al movilizar el voto útil a costa de sus aliados de Izquierda Unida y Esquerra Republicana, que juntos perdieron 680.000 votos. Logró 169 escaños, frente a los 153 de su rival, Mariano Rajoy, pero no podrá formar gobierno en solitario. Otra vez el poder en España depende de las minorías nacionalistas, como PNV y CiU.

Los dos grandes partidos suben a costa de los pequeños. Ambos suman 322 diputados de los 350 escaños que hay en el Congreso. En porcentaje, Zapatero obtuvo el 43,6% de los votos, mientras que Rajoy quedó en el 40,1%. El PSOE y crecieron en cinco escaños cada uno con una participación similar a la de 2004: 75,33% frente al 75,66% de entonces.

Es la primera vez en la historia de los dos grandes partidos que el presidente del Gobierno se somete a la reelección y no obtiene la mayoría absoluta. Además, su estrategia centrada en reducir la fuerza del PP a base de orillarlo no ha funcionado: el famoso Pacto del Tinell con el que comenzó la anterior legislatura, en el que el PSOE se comprometía a no pactar con el PP, no ha dado su éxito. Los populares ganan 400.000 votos más, por lo que han captado el voto nuevo, mientras que los socialistas superan en 20.000 votos la mayoría lograda en 2004.

"Somos el partido político de España que más ha subido en votos, en escaños y en porcentaje de votos", proclamaba ayer Rajoy a los suyos a quienes prometió que el PP estaría a la altura de las circunstancias. En la sede del PP había consternación; en la del PSOE, euforia, bailes y fiesta hasta altas horas. Los populares continuarán en su particular travesía del desierto -y ya van para ocho años-, con un Alberto Ruiz Gallardón fuera del Congreso y sin posibilidad de que dentro del grupo parlamentario surja un líder alternativo a Rajoy.

"Hace cuatro años me dijisteis que no fallara, no lo he olvidado ni un solo día", proclamó al filo de las once de la noche Zapatero, sabedor de su victoria. Mariano Rajoy acababa de llamarle para felicitarle por el triunfo. Zapatero se dirigió a los suyos y marcó el objetivo de su nueva legislatura: profundizar en las cosas "que hemos hecho bien, corrigiendo los errores". Y abrir "una nueva etapa sin crispación, que excluya la confrontación" en el que buscará "el acuerdo en los asuntos de Estado".

El nuevo Gobierno que conforme el líder socialista precisa de siete votos más para lograr la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados y poder sacar adelante las leyes. Necesitará, por tanto, alcanzar alianzas puntuales o pactos de gobierno con CiU (11 diputados, uno más que en 2004, pero 61.000 votos menos); PNV (6 escaños, uno menos que hace cuatro años y 117.700 votos de caída) o bien un pacto a varias bandas con ERC (tres escaños, 356.000 votos menos), IU (dos escaños, 321.000 papeletas menos), Coalición Canaria (dos diputados, uno menos que en la anterior legislatura, y pérdida de 72.000 votos), Na-Bai (1 diputado y la ganancia de mil votos) y el fenómeno de las elecciones, Rosa Díez, la candidata de UpyD que, en sólo seis meses, ha logrado 303.513 papeletas y un escaño. Díez, el látigo del nacionalismo, obtiene 289 votos más que el PNV.

El PSOE crece a costa de IU, ERC y de los nacionalistas

IU y Esquerra han pagado cara su alianza con Zapatero en la pasada legislatura. El partido heredero del PCE ha perdido el grupo parlamentario, al bajar de cinco a dos diputados con el 3,8% de los votos. Su candidato, Gaspar Llamazares, asumió toda la responsabilidad y anunció su retirada de la dirección de la coalición cuando se convoque la asamblea general. Llamazares atribuyó el fracaso al "tsunami bipartidista" y a la "injusta" ley electoral, pero no hizo autocrítica del constante apoyo que aportó al Gobierno en estos cuatro años. "El bolso de Zapatero" le llegaron a tildar sus críticos.

El nuevo socialismo que encarna Zapatero ha crecido no sólo a base de succionar a IU, sino por el inédito transvase de votos nacionalistas de Cataluña y el País Vasco. El caso vasco es histórico. Por primera vez el PSOE vasco gana en todas las provincias, por delante del PNV: nueve escaños (38% de los votantes) frente a seis (26,4%). Todo un frenazo a las aspiraciones de Juan José Ibarretxe, el lehendakari que barajaba disolver esta misma semana el Parlamento autónomo para abrir su proceso soberanista. La abstención creció allí 12,5 puntos (alcanzó el 37,5%), opción que propugnaba el mundo de Batasuna.

El PSC recordó anoche a Zapatero sus galones, su "aportación decisiva" al éxito del partido, como recordó ayer José Montilla, el presidente catalán. Los votos de este partido se han convertido en la llave de la victoria del PSOE: ha logrado 25 escaños, como en la famosa victoria de Felipe González de 1982, cuatro más que en 2004. La crisis de los socavones no ha castigado a Zapatero, quien cerró allí la campaña con González en un multidinario mitin que cauterizó heridas.

El resultado electoral afianza además el liderazgo de Zapatero al frente del partido. No sólo porque continúa con el poder del Estado desde La Moncloa, sino porque se han llevado todo un golpe las dos personas que podrían hacerle sombra ya que suelen estar por encima de él en las encuestas: José Bono y María Teresa Fernández de la Vega.

Bono, candidato por Toledo, perdió casi cuatro puntos respecto a 2004, aunque crece un escaño por el aumento de la población, pero el PP subió allí 30.000 votos. Y Fernández de la Vega fue triturada en Valencia, donde perdió 20.000 votos aunque mantuvo los siete escaños de su partido frente a los nueve logrados por el PP (uno más que en 2004). Por su parte, Mariano Fernández Bermejo, en Murcia, mantuvo los tres diputados, aunque perdió cinco mil votos respecto a 2004 y el PP creció en 50.000 papeletas (un escaño más). Al igual que en Valencia, el PP gana diputados en Murcia ya que IU sale castigada, por mediación de la Ley D"Hont.

Otro dirigente que un día pudo hacer sombra a Zapatero, el ex ministro Juan Fernando López Aguilar, fue oportunamente enviado a Canarias, donde ha conseguido un diputado más por su comunidad y 45.000 votos adicionales. La mayoría de estas papeletas provienen del crecimiento del PSOE en Las Palmas donde se confirma como primera fuerza política.

Madrid le dio otra vez la espalda al líder socialista. Madrid es del PP, que sacó diez puntos al PSOE (49,34% frente al 39,45%) y ganó un diputado, hasta 18 escaños a costa de la lista socialista, que quedó en 15 parlamentarios. La participación alcanzó el 79% en beneficio de los populares: crecieron en 146.000 votos y sin Alberto Ruiz Gallardón, el alcalde de la capital.

Las primeras palabras del Gobierno, PSOE y PP nada más conocer los resultados fueron para expresar su condolencia con la familia de Isaías Carrasco, el ex concejal del PSOE asesinado el viernes por ETA en Mondragón (Guipuzcoa), y en recuerdo del resto de las víctimas del terrorismo.

En el Senado todo sigue igual. El PP alcanzó una mayoría minoritaria que le permitirá enredar con las leyes del Gobierno salidas del Congreso, como ocurrió en la legislatura pasada. Los populares consiguieron allí 101 de los 208 escaños, frente al PSOE que se queda en 89 representantes... Ni Zapatero ni Rajoy consiguieron su objetivo.

Todo queda casi igual, aunque con un Parlamento aún más bipartidista. El candidato del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ganó ayer las elecciones generales al movilizar el voto útil a costa de sus aliados de Izquierda Unida y Esquerra Republicana, que juntos perdieron 680.000 votos. Logró 169 escaños, frente a los 153 de su rival, Mariano Rajoy, pero no podrá formar gobierno en solitario. Otra vez el poder en España depende de las minorías nacionalistas, como PNV y CiU.