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Un padre de tres hijos, sindicalista y futbolero que había renunciado a llevar escolta
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Un padre de tres hijos, sindicalista y futbolero que había renunciado a llevar escolta

 Isaías Carrasco. (Efe)Isaías Carrasco, de 43 años, la última víctima mortal de ETA, asesinado con cinco disparos cuando salía de su casa para ir al trabajo,

Isaías Carrasco, de 43 años, la última víctima mortal de ETA, asesinado con cinco disparos cuando salía de su casa para ir al trabajo, vivía en el barrio obrero de San Andrés, en Mondragón, localidad guipuzcoana en la que se establecieron sus padres procedentes de Zamora. Carrasco estaba casado y tenía tres hijos: dos chicas de 20 y 15 años; y un niño de apenas 4 años.

Trabajaba desde hace unos cuatro años como cobrador en el peaje de la autopista AP-1, en la vecina localidad de Bergara, para la empresa concesionaria Bidelan. Antes había trabajado en una empresa con su padre, ya fallecido, y posteriormente en el sector de la construcción.

Se trataba de una persona muy conocida en la localidad, aparte de por su trabajo, por su actividad política y sindical. Fue militante de base socialista, lo que compatibilizó con la pertenencia a UGT. En la legislatura 2003-2007 fue elegido concejal en el ayuntamiento al ocupar el quinto puesto en las listas del PSE-EE, partido que obtuvo precisamente cinco concejales en unos comicios en que la izquierda abertzale no pudo concurrir debido a su ilegalización.

El pasado año volvió a integrar las listas socialistas al ayuntamiento de Mondragón como número seis, pero quedó fuera del consistorio, ya que el PSE-EE solo logró tres ediles tras irrumpir ANV en las elecciones. En el ayuntamiento guipuzcoano formó parte de la Comisión Informativa de Desarrollo Estratégico y fue el representante del PSE-EE en el Consejo Sectorial de Medio Ambiente, un órgano asesor que comparten los representantes del consistorio con miembros de otras instituciones como organizaciones ecologistas, sindicatos y la Universidad de Mondragón.

También formó parte de la Junta de Gobierno de la Comunidad del Alto Deba, una institución constituida por los municipios de la comarca, en calidad de miembro sustituto de la titular del PSE-EE, Matilde Martín Delgado.

Además de su interés por la política, destacaba su gran afición al fútbol. De hecho, fue entrenador de un equipo de "futbito" y había jugado en el conjunto de su barrio. Por otra parte, Carrasco también se preocupó de mantener sus raíces zamoranas. Sus padres eran originarios de Morales del Toro, de donde también eran sus abuelos, localidad que el ex edil visitaba asiduamente.

Mientras ejerció de concejal, Carrasco se vio obligado a acudir a trabajar acompañado de su escolta, quien aguardaba en la cabina de peaje junto a él. Sin embargo, una vez que dejó de ejercer como cargo público, y pese a que el PSE-EE le ofreció continuar con su servicio de escolta, decidió renunciar.

Isaías Carrasco, de 43 años, la última víctima mortal de ETA, asesinado con cinco disparos cuando salía de su casa para ir al trabajo, vivía en el barrio obrero de San Andrés, en Mondragón, localidad guipuzcoana en la que se establecieron sus padres procedentes de Zamora. Carrasco estaba casado y tenía tres hijos: dos chicas de 20 y 15 años; y un niño de apenas 4 años.