El Gobierno catalán aprieta las tuercas a Zapatero: “Si no hay acuerdos, no hay foto”

El Gobierno central se reúne hoy con representantes de la Generalitat de Catalunya para tratar diversos temas sobre traspasos de competencias en la comisión bilateral entre ambas administraciones. Oficialmente, se sigue negociando “hasta el último minuto”. “Hemos marcado una política dura porque hay reticencias a efectuar los traspasos y algunos miembros del Gobierno están en contra de perder competencias”, afirma una fuente del Gobierno catalán.

Los principales temas que tiene sobre la mesa la comisión bilateral son los traspasos de Cercanías, inspección de trabajo, inmigración y reordenación del litoral. “El paquete a traspasar puede ser interesante, pero cuesta mucho negociar con el Gobierno central. Queremos ser prudentes y esperar hasta la misma reunión a ver lo que están dispuestos a ceder, porque de éstos no te puedes fiar hasta que todo esté firmado”, admite una fuente de los representantes catalanes en la negociación.

En primer lugar, el traspaso de la gestión de Renfe está casi ultimado, pero el problema que se plantea es que este traspaso ha de realizarse juntamente con la dotación presupuestaria económica correspondiente para que el Gobierno autonómico no tenga que apelar a la deuda pública para financiar este transporte. De momento, se habla de un traspaso escalonado hasta el año 2010, lo que permitiría efectuar la transferencia sin problemas. Y los socios de Gobierno ya han cuantificado el coste de la operación: Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) demanda 6.000 millones de euros desde ahora hasta el 2020, mientras que Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) sube la cifra hasta los 7.200 millones. Estas cifras, sin embargo, lo mismo que el método de financiación, son negociables.

Voluntad política

El tema de la inspección de trabajo es otra de las cuestiones protagonistas de esta reunión, lo mismo que el de la gestión de la inmigración. En este último tema lleva trabajando una subcomisión varios meses, con representantes de cuatro ministerios y tres consejerías y el tema está casi ultimado, “pero ahora dependerá de la voluntad política que tenga el Gobierno central para hacer efectivos los acuerdos”, según apuntan representantes de la Generalitat. Lo mismo ocurre con la gestión del litoral, una competencia exclusiva que tiene, en la actualidad, el Gobierno central.

Desde el gobierno autónomo catalán se duda de la voluntad política de la Administración central. “Están muy nerviosos y cuesta mucho negociar con ellos. De momento, hemos abierto varios frentes para avanzar en los traspasos”, afirma la misma fuente. Y el mensaje que lanzan es muy claro: “Tal y como están las cosas, el Gobierno ha de ser flexible. Lo que tenemos claro y ya les hemos dicho es que... fotos, las justas. Si no hay acuerdos, no hay foto. Nosotros no tenemos ningún problema”. Este aviso, enmarcado en la coyuntura de que el PSOE se juega la presidencia del Gobierno en Cataluña, no es una cuestión baladí: Zapatero necesita apaciguar los ánimos y preparar el terreno para encarar la campaña electoral con garantías de que repetirá como presidente del Gobierno.