Ibarretxe sigue con su plan y logra en Latinoamérica el apoyo de la ‘diáspora’ vasca

El lehendakari ha vuelto a repetir el ritual que lleva protagonizando varios años, según el cual presenta sus polémicas intenciones en el Parlamento vasco y emprende después un viaje a Latinoamérica, uno de los principales focos del exilio vasco, para conseguir apoyo a sus planes.

Ahora no ha sido una excepción. Poco después de formalizar su nuevo proyecto soberanista, generando una profunda controversia política, Juan José Ibarretxe ha volado hasta Argentina para participar en los actos de la Semana Vasca, primera escala de un viaje que luego le ha llevado a Chile y a Colombia. Y, como en ocasiones precedentes, Ibarretxe ha conseguido el apoyo de la colectividad vasca para sus pretensiones políticas. Ya lo hizo durante la larga tramitación de su primer plan y también con motivo del proceso abierto en su contra por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco por reunirse con la ilegalizada Batasuna.

Hace ahora un año, la Federación de Entidades Vasco Argentina, una organización que agrupa a más de 20.000 personas nacidas en Euskadi y a sus descendientes, elaboró un documento en el que mostraba su rechazo a la investigación iniciada contra el lehendakari, le trasladaba su apoyo incondicional y achacaba la actitud de los jueces a motivaciones políticas.

Defensa incluso de ETA

La Federación ha vuelto a movilizarse, ahora para transmitir públicamente su respaldo a la consulta soberanista de Ibarretxe, llegando a equiparar la violencia de ETA con la de aquellos que defienden “una Constitución impuesta”. La declaración evidencia la orientación netamente nacionalista de buena parte de la ‘diáspora’ vasca, anclada aún en muchos casos en el recuerdo del exilio durante el franquismo y alineada con el independentismo.

Ibarretxe es un lehendakari muy querido por la colectividad vasca en el extranjero, que siempre le ha prestado su aval cuando las críticas arreciaban en su contra. En un momento en el que el jefe del Gobierno de Vitoria necesita escenificar que cuenta con amparo social para tratar de justificar la convocatoria de una consulta ilegal, el respaldo de los miles de vascos que viven fuera de Euskadi podría favorecer ese objetivo; un respaldo que no sería desdeñable si el lehendakari se empecinara en celebrar el referéndum pese a la oposición del Gobierno.

Mañana martes, ante Zapatero, el presidente vasco volverá a apelar a la existencia de un pueblo vasco con derechos ancestrales y de un conflicto histórico previo a la irrupción de ETA para reivindicar una consulta que, pese al rechazo expresado por la organización terrorista, ya ha recibido algún ‘guiño’ de la izquierda abertzale.

El batasuno Pernando Barrena ha sugerido que no se opondrán a la propuesta soberanista, un mensaje que puede sugerir un eventual apoyo en el Parlamento de Vitoria del Partido Comunista de las Tierras Vascas. Se repetiría la situación de diciembre de 2004, cuando tres votos prestados por quienes no han condenado nunca la violencia permitió a Ibarretxe sacar adelante su primer plan.