Ibarretxe amenazó con dimitir si el PNV no aceptaba su consulta soberanista
Todos entendieron sus palabras como una amenaza velada. El lehendakari del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, acababa de afirmar que si en el debate de política
Todos entendieron sus palabras como una amenaza velada. El lehendakari del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, acababa de afirmar que si en el debate de política general del próximo 28 de septiembre no podía proponer a la sociedad vasca su famoso referéndum soberanista, no se veía “con fuerzas” para presentarse ese día en el Parlamento vasco. Ocurrió durante las negociaciones sobre la ponencia política del congreso del PNV, que culminaron el lunes con la aprobación unánime de documento y, el miércoles, con la dimisión del presidente del partido, Josu Jon Imaz.
“Si no puedo contar nada, no me veo con fuerzas para seguir en el proyecto y presentarme el día 28”. Esas fueron sus palabras, según fuentes nacionalistas. Tal amenaza ponía a Imaz contra las cuerdas: si el lehendakari se retiraba, él figuraría como principal responsable de su caída ante su eterno rival -el sector soberanista de Joseba Egibar, presidente del partido en Guipúzcoa- y ante la historia del centenario PNV.
El presidente del PNV optó por no enfrentarse a Ibarretxe y pidió a Iñigo Urkullu que pactara con los soberanistas la ponencia política. “Haced ese documento, pero yo me aparto porque no puedo defenderlo”, dijo Imaz a los suyos, como reveló ayer El Confidencial. Se incluyó el referéndum del lehendakari, sin fecha fija pero también con la posibilidad de que éste se celebre aun siendo ilegal y sin contar con los no nacionalistas.
La hoja de ruta de Imaz incluye arrastrar a Egibar en su caída y provocar una candidatura de consenso entorno a Urkullu, el líder del partido en Vizcaya y persona de su confianza. “Si el PNV ha conseguido un solo documento político, no se entendería que se presentaran dos candidatos”, razonan en fuentes nacionalistas. Imaz aspira a que, con la entrega de su cabeza y la cesión ante Ibarretxe, los soberanistas queden satisfechos y permitan la renovación del partido.
Pero la operación tiene un calado mayor. Si todo sale bien, hay fuentes que aseguran que Imaz podría acabar en un futuro como lehendakari del Gobierno vasco, dado que Ibarretxe tiene visos de acabar quemado en su obcecación por convocar el referéndum soberanista. “Es una hipótesis a largo plazo, porque en política todo cambia en cuestión de horas”, reconoce una fuente interna.
Representantes de ambas facciones negociaban ayer una única candidatura entorno a Urkullu. Se espera que la representación se reparta al 50% entre ambos sectores. Hoy arranca el complejo calendario del PNV para elegir a la próxima dirección del Euskadi Buru Batzar, ya que finaliza el plazo de presentación de firmas en la Comisión de Garantías y Control por parte de los afiliados, que pueden presentar a los candidatos.
Egibar tiene poco margen de maniobra tras la operación de Imaz. “Es posible que Xabier Arzalluz esté calentándole la cabeza para que se presente, pero si Egibar lo hace, Vizcaya se pondrá en guerra”, sentencian fuentes internas.
El PNV vizcaíno es el más poderoso de todos y cuenta con la militancia más numerosa. Urkullu, su presidente, ha sabido limpiarlo de exponentes adscritos al sector crítico soberanista. Cuenta, además, con el apoyo del partido en Navarra, así como un sector de Álava y Guipúzcoa.
Todos entendieron sus palabras como una amenaza velada. El lehendakari del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, acababa de afirmar que si en el debate de política general del próximo 28 de septiembre no podía proponer a la sociedad vasca su famoso referéndum soberanista, no se veía “con fuerzas” para presentarse ese día en el Parlamento vasco. Ocurrió durante las negociaciones sobre la ponencia política del congreso del PNV, que culminaron el lunes con la aprobación unánime de documento y, el miércoles, con la dimisión del presidente del partido, Josu Jon Imaz.