Imaz: “No estoy dispuesto a ser el segundo presidente del PNV que lleva al partido a una escisión”

“Yo no puedo ni estoy dispuesto a pasar por ser el segundo presidente del PNV que lleva a este partido a una escisión”. Con estas palabras, el líder nacionalista, Josu Jon Imaz, transmitió a los suyos su renuncia a la reelección, materializada ayer en forma de una carta que conmocionó la política española. Era el final de una larga pugna con el sector soberanista de Joseba Egibar, su eterno rival, que culminó el lunes pasado, cuando ambas tendencias aprobaron por unanimidad la ponencia política del próximo congreso del partido.

Imaz abandona la carrera por la presidencia del partido en aras de la cohesión interna, dice en su carta de despedida que remitió ayer a diversos medios de comunicación y titulada Apostar por el futuro. Teme, como todos, otra escisión. La ocurrida en 1984 aún traumatiza al partido. Entonces, muchas discusiones entre militantes terminaron a bofetadas, se borraron de las agendas muchos números de teléfono y hasta se dividieron familias, especialmente entre vizcaínos y guipuzcoanos. La razón: los dos sucesores de Juan Ajurriaguerra -Xabier Arzalluz y Carlos Garaikoetxea- se enfrentaron a cuenta, precisamente, de un pacto en Navarra. La crisis terminó cuando el segundo abandonó el partido y creó Eusko Alkartasuna.

“Haced ese documento, pero yo me aparto porque no puedo defenderlo”, ordenó Imaz a su entorno cuando autorizó el acuerdo con la facción soberanista para cerrar la ponencia política, que ahora será debatida por la militancia. Un documento que rechaza que pueda haber "limitaciones o imposiciones" a la voluntad de los vascos.

Para entonces, Imaz había perdido la partida. El presidente del PNV ha presidido su gestión bajo una palabra simbólica: ‘Transversalidad’. Esta bandera implica su convicción de que nunca será posible alcanzar la paz en el País Vasco si no se tiene en cuenta a casi la otra mitad de la población, la no nacionalista. Lección aprendida, en teoría, tras la ruptura de la tregua con ETA en 1998, cuando se descubrió que el PNV de Egibar y Arzalluz había pactado con los terroristas un acuerdo que no contemplaba a los no nacionalistas.

El sector soberanista siempre ha defendido un pacto previo entre todos los nacionalistas, acompañado del famoso referéndum que tanto esgrimen Egibar y Juan José Ibarretxe. Ambos sectores acordaron que tal consulta se convocaría “en ausencia de violencia” y así se prometió en la campaña electoral por la que el segundo fue reelegido lehendakari. Pero, tras la ruptura de la actual tregua, Ibarretxe volvió a su senda y quiere convocar un referéndum soberanista con ETA atentado incluso.

La caja de Pandora la abrió Ibarretxe antes de verano, cuando anunció que convocará la consulta soberanista, a pesar de ETA, e Imaz le respondió con un artículo que supuso el inicio público de las hostilidades entre ambos sectores. Ya rozaron la escisión en 2003, con la elección de Imaz como presidente.

‘En cuanto tenemos un amigo, se lo f…’