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Andrea Fabra deberá dejar Telefónica para iniciarse como senadora popular por Castellón
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Andrea Fabra deberá dejar Telefónica para iniciarse como senadora popular por Castellón

Si alguien pensaba que con la llegada de la democracia se habían acabado con las herencias sanguíneas en los cargos públicos, estaba equivocado. O Carlos Fabra,

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Andrea Fabra deberá dejar Telefónica para iniciarse como senadora popular por Castellón

Si alguien pensaba que con la llegada de la democracia se habían acabado con las herencias sanguíneas en los cargos públicos, estaba equivocado. O Carlos Fabra, sempiterno presidente de la Diputación de Castellón, no tiene muy claro esto de la soberanía popular. Buena parte de la dirección del Partido Popular, calle Génova 13 para más señas, ha recibido con absoluta perplejidad la elección de su hija Andrea como senadora por designación territorial en la Comunidad Valenciana.

Así que la llegada al Senado de Andrea Fabra –que no llega a Madrid porque ya vive en la capital- al Senado tiene como objetivo a medio plazo nada menos que ser la receptora de la herencia política de su padre, que la ha designado entre sus cuatro hijos –dos varones y dos mujeres- como la depositaria de su legado como presidente de la Diputación de Castellón. Y es que este concepto hereditario de la política, tan poco propio de un sistema democrático, tiene sus raíces.

El bisabuelo de Fabra fue presidente de la Diputación de Castellón, como lo fue su abuelo, y su padre, y él mismo... Y ahora quiere que su hija se prepare para recoger el testigo de la saga de los Fabra, o al menos eso dicen en fuentes valencianas del PP, que han visto en esta operación el anuncio de la retirada definitiva de Fabra, acosado por los jueces y por denuncias cuyo veredicto está todavía por escribirse. Esta es la única razón de la designación, aunque en Madrid todos hayan puesto cara de poker.

Empezando por la propia presidenta regional, Esperanza Aguirre, a quien nadie le ha consultado el hecho de que la mujer de unos de sus consejeros, y no de cualquiera de ellos, Juan José Güemes, a la sazón responsable de la sanidad madrileña, se convierta en senadora territorial y pase a ocupar plaza de política en activo. Claro que habrá quien se pregunte el porqué había de serle consultado, pero es que a Aguirre no le gusta enterarse de estas cosas por los periódicos.

Lo que sí es seguro es que la hija de Carlos Fabra, como nueva senadora por designación territorial, tiene la obligación de abandonar cualquier puesto remunerado que ocupara hasta ahora, como por ejemplo el que la sitúa al lado de Arturo Moreno (ex dirigente del PP) en Telefónica, dado que el sueldo de senador no es compatible con ningún otro. Fuentes populares del Senado señalaron a este diario que la llegada de Andrea Fabra servirá para tapar huecos en algunas comisiones, aunque todavía nadie sabe cuál es su especialidad.

Lo que no es probable es que, pese a que su designación implica que el senador Diego Castells diga adiós al Palacio de la Plaza de la Marina, ocupe el puesto de éste en la Dirección del Grupo Parlamentario. “Demasiado joven e inexperta”, dicen por allí. Aunque preparándose para un futuro prometedor, o al menos eso espera su padre.

Si alguien pensaba que con la llegada de la democracia se habían acabado con las herencias sanguíneas en los cargos públicos, estaba equivocado. O Carlos Fabra, sempiterno presidente de la Diputación de Castellón, no tiene muy claro esto de la soberanía popular. Buena parte de la dirección del Partido Popular, calle Génova 13 para más señas, ha recibido con absoluta perplejidad la elección de su hija Andrea como senadora por designación territorial en la Comunidad Valenciana.

Carlos Fabra