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ETA cambia su ‘modus operandi’: crea comandos con un solo etarra y experimenta con nuevos explosivos
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ETA cambia su ‘modus operandi’: crea comandos con un solo etarra y experimenta con nuevos explosivos

Catorce meses de tregua dan para mucho. ETA ha aprovechado el alto el fuego permanente para cambiar su forma de actuación incorporando dos importantes novedades: utilizar

Foto: ETA cambia su ‘modus operandi’: crea comandos con un solo etarra y experimenta con nuevos explosivos
ETA cambia su ‘modus operandi’: crea comandos con un solo etarra y experimenta con nuevos explosivos

Catorce meses de tregua dan para mucho. ETA ha aprovechado el alto el fuego permanente para cambiar su forma de actuación incorporando dos importantes novedades: utilizar comandos con un solo terrorista y experimentar nuevos explosivos para sustituir a los habituales amosal, cloratita -ambos de fabricación casera- y la dinamita Titadyne que sustraía de polvorines franceses. Esa es, al menos, la conclusión a la que han llegado los expertos antiterroristas tras las detenciones de tres etarras los últimos días en Santander y en la localidad gala de Angulema.

Fuentes policiales reconocían ayer a El Confidencial su sorpresa por el modus operandi puesto en marcha por la banda armada con el etarra Aritz Arginzoniz Zubiarre, detenido el pasado martes en la capital cántabra. En un primer momento, los servicios de información creyeron que se encontraba acompañado al menos por otro miembro de la banda terrorista, en concreto, por su novia Saioa Sánchez Iturregi, con quien había escapado al sur de Francia el pasado mes de diciembre después de que la Ertzaintza descubriera un zulo con explosivos en la localidad vizcaína de Amorebieta.

Sin embargo, a las pocas horas de su detención en la estación de autobuses de Santander, los investigadores dejaron de buscar a Saioa al descubrir que Aritz Arginzoniz se había desplazado a Cantabria el pasado 1 de julio sin ningún acompañante, como comprobaron en los campings donde se había alojado. La Policía ha sabido ahora que el etarra iba a recibir un vehículo cargado de explosivos la noche del mismo día que fue detenido. “Seguramente, la organización dejaría el coche-bomba en un lugar convenido y él ni siquiera vería al que hacía la entrega”, añaden a este diario fuentes policiales. Aritza, en cuyo poder se encontró un temporizador, tenía órdenes de llevarlo al aparcamiento de un edificio público, del que había estado recabando información en los últimos días, y hacerlo explosionar. Un etarra, un atentado.

No es la primera vez que ETA envía a un terrorista en solitario. El pasado 25 de enero la Policía detenía a Iker Agirre al intentar entrar en España en tren por la frontera gerundense de Portbou. Agirre, que aseguró viajar solo, tenía instrucciones de recoger información sobre la Copa América que se iba a celebrar en Valencia y, además, debía buscar futuros objetivos para una campaña de atentados en la costa Mediterránea. En un primer momento, los expertos antiterroristas pensaron que tal vez mentía cuando aseguraba que no se iba a encontrar con nadie y que con anterioridad había entrado en España un segundo terrorista del comando. Ahora, tras la detención de Santander, piensan que tal vez ETA ha decidido combinar los comandos asentados en determinadas zonas e integrados por varios integrantes -como el Donosti desarticulado por la Guardia Civil a finales de marzo- con otros unipersonales y de carácter itinerante.

Nuevos explosivos

También el material incautado a los dos etarras detenidos el miércoles cerca de la localidad francesa de Angulema, Iker Mendizábal Cubas y José Juan García González, ha provocado sorpresa entre los expertos de la lucha antiterrorista. En la furgoneta en la que viajaban cuando fueron interceptados, la Policía gala encontró cien bolsas de un laxante en polvo de la marca Auxitrans a base de hidróxido de magnesio y un paquete con la anotación “nitrome 35%” conteniendo dos bidones de plástico de dos litros y medio cada uno. Dentro de los bidones había un líquido cuya naturaleza aún no se ha determinado, aunque llevaba las enigmáticas inscripciones manuscritas “tornado fuel” y “oxytrans”.

Catorce meses de tregua dan para mucho. ETA ha aprovechado el alto el fuego permanente para cambiar su forma de actuación incorporando dos importantes novedades: utilizar comandos con un solo terrorista y experimentar nuevos explosivos para sustituir a los habituales amosal, cloratita -ambos de fabricación casera- y la dinamita Titadyne que sustraía de polvorines franceses. Esa es, al menos, la conclusión a la que han llegado los expertos antiterroristas tras las detenciones de tres etarras los últimos días en Santander y en la localidad gala de Angulema.