La visita de Josu Jon Imaz a Cataluña ahonda la división entre Mas y Duran dentro de CiU

La visita que el presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Josu Jon Imaz, hizo a Cataluña hace escasos días ha ahondado la crisis interna en que se encuentra Convergència i Unió (CiU). El líder peneuvista se entrevistó largo y tendido con el presidente de la Generalitat, José Montilla, y con el secretario general de CiU y presidente de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), Josep Antoni Duran i Lleida, pero no con el presidente de la federación nacionalista catalana, Artur Mas. En palabras de un dirigente de la ‘vieja guardia’ convergente, “en estos momentos, hay que estar atentos a gestos como éste, porque denotan una pérdida de peso político. Mal vamos por este camino”.

Las relaciones de Artur Mas y de Duran i Lleida son distantes, a pesar de ser los máximos dirigentes de CiU. La escenificación de este distanciamiento es sólo un signo de las divergentes estrategias y sensibilidades que existen dentro de la formación nacionalista. Y las críticas a la gestión de Artur Mas por un sector de Convergència son cada día más abiertas. “Ha habido un cierto giro de Mas en las últimas semanas”, admite la fuente anteriormente citada. “Se ha arrinconado al núcleo duro, como Felip Puig o David Madí, a quien ni se le ha visto en la campaña de las municipales ni posteriormente, y eso es una buena señal, pero la estrategia todavía ha de cambiar mucho más”.

El “núcleo duro”, arrinconado

Lo cierto es que hay signos de que el ‘núcleo duro’ en torno a Mas comienza a resquebrajarse. Este grupo de dirigentes son acérrimos defensores de una política nacionalista, partidarios de un acercamiento a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y conforman lo que se conoce como el sector soberanista de Convergència. Pero en privado, y en pequeños círculos económicos y políticos, alguno comienza a lanzar veladas críticas a Artur Mas y a dejar patente su descontento con la línea del presidente de la formación.

Las críticas son mucho más abiertas desde las filas de Unió Democràtica, donde Duran i Lleida marca el ritmo y se adelanta a cualquier movimiento de Artur Mas. “Duran ha marcado su territorio y quiere ser el único interlocutor válido de CiU fuera de los límites de la escena política estrictamente catalana”, se comenta en la propia formación. Y otra fuente añade que “está preparando el terreno para controlar al milímetro la candidatura de CiU en las próximas elecciones generales y su papel en el terreno de la política española”.

Así, se entiende que fuese el propio Duran quien, en Navidad, advirtió, en contra de la línea seguida por Mas, que los nacionalistas catalanes habrían de integrarse en el Gobierno central, advertencia que reiteró la semana pasada y que pasaría por ultimar las condiciones de tal integración el próximo mes de septiembre. Y en el consejo nacional de su partido, celebrado el sábado día 9, volvió a la carga reclamando de nuevo la entrada en el Gobierno (a cambio de la aceptación de determinados puntos de su programa que habría que negociar con el partido que obtenga la presidencia) y reivindicando su papel de “locomotora” de CiU, al tiempo que lanzaba veladas críticas a Artur Mas. Críticas similares ha incluido también en la carta semanal que el pasado viernes envió a los militantes de Unió, contradiciendo las propuestas de Mas en cuanto a la reforma de la ley electoral.

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