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Sevilla se perfila como el sustituto de Pla en Valencia tras el descalabro del PSOE
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Sevilla se perfila como el sustituto de Pla en Valencia tras el descalabro del PSOE

Los partidos se han pasado las últimas horas haciendo balance y, allí donde las cosas no han ido bien, lamiéndose las heridas. Además de Madrid, uno

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Sevilla se perfila como el sustituto de Pla en Valencia tras el descalabro del PSOE

Los partidos se han pasado las últimas horas haciendo balance y, allí donde las cosas no han ido bien, lamiéndose las heridas. Además de Madrid, uno de

los sitios donde el PSOE ha salido peor parado es en la Comunidad Valenciana, donde ha perdido

Una ‘debacle’ que el PSOE ya veía venir, de forma que el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, se dirigió hace unas semanas al ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, para que, de confirmarse los malos pronósticos que se estaban manejando, fuera “preparando las maletas”. Su misión sería volver a su tierra para recomponer un PSPV maltrecho y necesitado de un líder que inyecte moral a la tropa.

Y ese no es el caso de Joan Ignasi Pla, que ha salido muy ‘tocado’ de estas elecciones. Pla y la candidata a la Alcaldía de Valencia, Carmen Alborch (una apuesta personal de Rodríguez Zapatero) han salido seriamente tocados. Fuentes socialistas señalan que aún está por decidir el momento en el que Sevilla desembarcará en Valencia, pero “a Zapatero le ha salido bien la apuesta de López Aguilar en Canarias y quiere repetir la experiencia” con otro ministro.

Sevilla fue el principal soporte de Zapatero en materia económica hasta que llegó Miguel Sebastián a la vera del presidente del Gobierno, y el autor de aquella célebre frase (“esto te lo enseño yo en dos tardes”) que le dirigió a su ‘jefe’. Por su lado, Zapatero lo hizo ministro de Administraciones Públicas nada más llegar al poder, un ministerio por el que Sevilla está pasando sin pena ni gloria.

Distanciamiento con Zapatero

Hay quien dice, incluso, que Sevilla más que un ministro parece un director general, aunque la responsabilidad no es tanto suya como de un presidente que ha preferido vaciar de contenido político un departamento de evidente trascendencia en cuanto a relaciones con las autonomías se refiere. De hecho, el distanciamiento entre Sevilla y Zapatero en los últimos tiempos es más que notable, y la presencia pública del ministro puede decirse que es casi nula.

De ahí que no parece que vaya a ser un problema para Zapatero el tener que hacer un ajuste ministerial, aunque sea a ocho meses de las generales, este verano, y mover algo el banquillo de su consejo de ministros. Esa sería una buena oportunidad para que Sevilla tomara los bártulos en dirección a la capital del Turia. Hay, sin embargo, un handicap: Sevilla no es diputado autonómico, por lo que tendría que compartir el liderazgo del partido con el portavoz en las Cortes, probablemente el propio Pla.

La otra opción, que no cambia esa circunstancia, es la de que Zapatero espere a después de las elecciones generales. El problema es que, entonces, no sabe si estará o no en el poder. De ahí que, según estas fuentes, la decisión de Blanco sea adelantar las posibles sustituciones a antes de las generales para, al menos, dejar resueltas las crisis internas antes de esos comicios y que no interfieran en ellos.

Los partidos se han pasado las últimas horas haciendo balance y, allí donde las cosas no han ido bien, lamiéndose las heridas. Además de Madrid, uno de

los sitios donde el PSOE ha salido peor parado es en la Comunidad Valenciana, donde ha perdido