La ‘vieja guardia’ de Jordi Pujol deja de lado a Artur Mas y arropa a Duran i Lleida

La ‘vieja guardia’ que arropaba a Jordi Pujol ha abandonado definitivamente a Artur Mas, actual presidente de Convergència i Unió (CiU) y delfín del president. Además, lo ha hecho bajo luz y taquígrafos, escenificando su poca sintonía con el máximo dirigente convergente y apostando por su principal rival, el democristiano Josep Antoni Duran i Lleida.

Desde hace cuatro meses, las relaciones entre Duran y Mas están muy deterioradas. Exactamente, desde Navidad, cuando el presidente de Unió Democràtica (UDC) decidió diseñar su propia estrategia al margen de los postulados de Artur Mas, a quien consideraba demasiado prisionero del núcleo duro de Convergència. Por ello, se desmarcó de los postulados de CiU y apostó por entrar en el gobierno central y reconducir las relaciones con los socialistas. Después de las vacaciones navideñas, Mas pidió oficialmente una reunión con Duran para limar diferencias y diseñar una estrategia común con el fin de no transmitir la imagen de desunión, pero hasta el momento sólo ha recibido calabazas.

Por contra, Duran ha cultivado sus relaciones en estos últimos meses, con una intensa ronda de contactos y entrevistas con dirigentes del Partido Popular y del PSOE. Por su cargo de presidente de la Comisiones de Exteriores, también mantiene una constante actividad que le reporta publicidad extra: hace poco fue noticia porque debía encabezar una visita a Ucrania que se anuló finalmente y ahora está abocado a una posible visita al Sahara. Y entre tanto ajetreo, incluso tuvo tiempo para ultimar un libro, que tituló Entre una España y otra. Del 11-M al atentado de Barajas.

Roca, un aliado inesperado

Fiel a su estilo, Duran sorprendió a propios y extraños al buscar un prologuista del libro: nada más ni nada menos que Miquel Roca i Junyent, antiguo secretario general de Convergència, ex portavoz del Grupo Catalán en el Congreso y hoy potente cabeza visible de uno de los bufetes de abogados más influyentes de España-. Quería epatar y lo hizo. “Nadie sabía nada y fue una sorpresa”, reconoce una fuente de la dirección de UDC. Y no era para menos: Miquel Roca y Josep Antoni Duran pasaban temporadas sin hablarse y lanzándose puyas mutuas porque cada uno de ellos se postulaba para ser el delfín de Jordi Pujol.

Durante años, cada lunes, se reunía un reducido grupo de seis personas (tres de Convergència y tres de Unió) para discutir la estrategia de la coalición nacionalista. En alguna de estas reuniones, tuvo que ser el propio Jordi Pujol quien amonestase con dureza a los dos rivales por su antagonismo. Pero ahora las cosas han cambiado. El principal antagonista de Duran es Artur Mas y el presidente democristiano está dispuesto a utilizar todas las armas a su alcance.

El ala moderada, lejos de Mas

Las relaciones de Roca con Mas tampoco son buenas. El presidente de CiU ha barrido literalmente a los roquistas de la cúpula nacionalista y esta situación provocó que el propio Roca y Francesc Homs (hombre muy próximo a él y conseller de Economía antes que accediese a este cargo Artur Mas) se reuniesen con él para intentar enderezar la estrategia de CiU y moderar la política seguida por Mas. Todo fue inútil, por lo que se creó el caldo de cultivo necesario para que dos antiguos rivales (Duran y Roca) conviniesen en que ahora sólo tienen un único rival: Artur Mas.