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Marruecos se sitúa al mismo nivel militar que España tras la compra de 18 cazas franceses
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Marruecos se sitúa al mismo nivel militar que España tras la compra de 18 cazas franceses

En los corrillos del Ministerio de Exteriores no se ocultaba ayer el malestar por el hecho de que Marruecos se ponga al mismo nivel militar que

Foto: Marruecos se sitúa al mismo nivel militar que España tras la compra de 18 cazas franceses
Marruecos se sitúa al mismo nivel militar que España tras la compra de 18 cazas franceses

En los corrillos del Ministerio de Exteriores no se ocultaba ayer el malestar por el hecho de que Marruecos se ponga al mismo nivel militar que España con la compra a Francia de 18 cazabombarderos. Y es que el país galo no sólo no ayuda a España en los asuntos relacionados con Marruecos y el Sahara sino que, encima, opta por la venta de los citados aviones militares.

Como no podía ser de otra forma, la versión oficial fue otra muy distinta. Desde París, el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, restó ayer importancia a la posible adquisición por parte marroquí de los 18 cazas Rafale franceses. Alonso manifestó que se trata “de una cuestión de mercado” y estimó lógico que los franceses quieran vender sus productos aeronáuticos y defiendan su industria “del mismo modo que nosotros defendemos la nuestra”. El importe de la operación es de 2.000 millones de euros.

Según fuentes de la Secretaría de Estado de Defensa, la industria francesa, en este caso el fabricante de los Rafale, Macel Dassault, necesita colocar estos cazas para sobrevivir empresarialmente. Cuenta para ello con la ayuda del Gobierno galo, que no está dispuesto a reconocer el fracaso de su política armamentística. Francia optó en su día por fabricar cazas propios en vez de unirse a Reino Unido, Alemania, Italia y España para la construcción del Eurofigther, que es tecnológica y militarmente superior.

Eso explicaría el enorme interés de las autoridades francesas en colocar cazas Rafale en los países árabes, singularmente en Arabia Saudita, pero también en Marruecos y eventualmente en Libia.

El Eurofigther compite con el estadounidense F-22, de la Lockheed Martin, por el mercado asiático. El primero ya cuenta con clientes europeos como Austria y con el compromiso de adquisición de varias unidades por parte de Arabia Saudita. Según un portavoz de la Secretaría de Estado de Defensa “no parece que las cosas vayan mal”.

España tiene 18 Eurofigther

En el plano militar, la aparente falta de interés de las autoridades españolas por la modernización del ejército de Mohamed VI se atribuye no sólo al hecho de que la adquisición de nuevos cazas no desequilibra la superioridad española respecto al vecino del sur –España cuenta ya con 18 Eurofigther de un compromiso de adquisición total de 87 cazabombarderos- sino a que los responsables militares no consideran esos aviones un arma decisiva para la ocupación del territorio.

En ese sentido recuerdan que Arabia Saudita regaló a Marruecos 20 cazas F-16 en 2002 y que el vecino del sur ni siquiera los exhibió durante la crisis del peñón de Perejil. Los mandos consultados conceden mayor importancia al medio centenar de carros de combate T-72 -que Marruecos adquirió a Bielorrusia en 2002 y que obligaron a reforzar los vehículos de caballería en Ceuta y Melilla- que a los cazas franceses.

“La aviación de combate francesa nunca fue gran cosa, como se demostró con los famosos Breguett que quedaron en manos de la República durante la Guerra Civil”, dice irónicamente un miembro del gabinete del Estado Mayor de la Defensa. Aquellos aviones, que llegaron a España en 1935, no sirvieron para nada: sólo permitían una ametralladora y lanzar una única bomba de 75 kilos. Una alusión a la inferioridad gala, que persiste, frente a la tecnología aeronáutica que despliegan británicos o rusos.

En los corrillos del Ministerio de Exteriores no se ocultaba ayer el malestar por el hecho de que Marruecos se ponga al mismo nivel militar que España con la compra a Francia de 18 cazabombarderos. Y es que el país galo no sólo no ayuda a España en los asuntos relacionados con Marruecos y el Sahara sino que, encima, opta por la venta de los citados aviones militares.